Desertores de Occidente
La iron¨ªa est¨¢ en que Trump y Johnson se sientan legitimados para seguir su camino por libre mientras reprochan a Europa que busque ayuda y alianzas en China
?Conocen la novela Cucaracha, de Ian McEwan? En ella, su protagonista, Jim Sams, es una cucaracha que se despierta convertida en el primer ministro de la Inglaterra del Brexit. Es un gui?o evidente a La metamorfosis,de Kafka, y ya supondr¨¢n por qu¨¦: solo algo realmente kafkiano puede describir a esos pol¨ªticos populistas que tanto se divierten al mando de las democracias m¨¢s antiguas del planeta. El caso es que el gran plan del pol¨ªtico-cucaracha de McEwan es hacer remar a su pa¨ªs a contracorriente del mundo, desplegando una teor¨ªa econ¨®mica que cambiar¨¢ la direcci¨®n del flujo del dinero: la gente tendr¨¢ que pagar por trabajar y recibir¨¢ dinero por comprar.
Si les parece absurdo, piensen que eso es lo que Trump y Johnson llevan haciendo desde hace tiempo, incluida su actual ¡°gesti¨®n¡± del coronavirus. No solo est¨¢n empe?ados en llevar a sus pa¨ªses al abismo a lomos de un nacionalismo ultra, sino que adem¨¢s, la pandemia ha terminado por confirmar el abandono anglosaj¨®n de Europa. Como esa cucaracha ficticia, los m¨¢ximos exponentes del populismo occidental se afanan en mostrar que sus pa¨ªses pertenecen a una cultura distinta, agarrados a la equivocada creencia de que as¨ª les ir¨¢ mejor: uno, con el Brexit y su alucinante estrategia para controlar el virus fuera de influencias euroasi¨¢ticas; el otro, rompiendo el lazo transatl¨¢ntico sobre el que se construy¨® Occidente tras la Segunda Guerra Mundial, e intentando aislar a su pa¨ªs de cualquier contacto con la apestada Europa y el ¡°virus chino¡±.
Si partimos de eso que Huntington llam¨® ¡°civilizaci¨®n¡±, parece evidente que el mundo anglosaj¨®n pretende escindirse del occidental, haciendo que sus viejas democracias practiquen una pol¨ªtica de inter¨¦s nacional exacerbado conducidas por demagogos de manual. Que el resto se las arregle como pueda. Son ellos quienes se separan voluntaria y voluntariosamente de nuestro mundo com¨²n. La iron¨ªa est¨¢ en que Trump y Johnson se sientan legitimados para seguir su camino por libre mientras reprochan a Europa que busque ayuda y alianzas en China. ?Somos una comunidad con un inter¨¦s civilizatorio com¨²n o no lo somos? ?A qu¨¦ viene su absurdo reproche? No es cierto que estemos normalizando a la autocracia china, o al menos no en menor medida que su s¨®rdido y antiguo juego de alianzas con satrap¨ªas como Arabia Saud¨ª. Fueron ellos, y no nosotros, quienes abandonaron antes el barco compartido. ?Por qu¨¦ se arrogan el derecho de decirnos hacia d¨®nde hemos de conducirlo? Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ sea un tic de los viejos imperios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.