Bumer¨¢n

Cuando pase la emergencia habr¨¢ que dar explicaciones. Lo hemos o¨ªdo muchas veces en los ¨²ltimos d¨ªas y es cierto. Cuando volvamos a la normalidad, habr¨¢ que analizar, discutir y replantearse muchas cosas, pero no s¨®lo acerca del ¨²ltimo 8 de marzo, qu¨¦ va. Porque durante a?os, en Madrid y en el mismo trayecto, hubo una manifestaci¨®n cada semana. Pancartas blancas, banderas blancas, batas blancas colgadas en los mismos balcones a los que salimos todas las tardes a aplaudir a las ocho en punto. No creo que nadie lo haya olvidado. As¨ª que, cuando pase la emergencia, habr¨¢ que recordar el proyecto de privatizaci¨®n, parcialmente detenido por la movilizaci¨®n ciudadana, con el que el Gobierno de la Comunidad de Madrid pretendi¨® desmantelar la sanidad p¨²blica. Habr¨¢ que contar el n¨²mero de profesionales que perdieron su empleo. Habr¨¢ que calcular qu¨¦ habr¨ªa pasado si en aquella ¨¦poca no se hubiera concedido la gesti¨®n de hospitales p¨²blicos a ciertas empresas privadas que se han forrado gracias al deterioro de la atenci¨®n sanitaria que reciben los madrile?os. Y habr¨¢ que valorar algunas cosas m¨¢s. Por ejemplo, que la concesi¨®n de licencias para instalar residencias de ancianos concertadas y el control de su gesti¨®n dependen de la Comunidad de Madrid, no del Gobierno central. Habr¨¢ que ver en qu¨¦ condiciones se han obtenido, qu¨¦ calidad de servicio se les ha exigido. Por eso no me extra?a que D¨ªaz Ayuso pida 14 millones de mascarillas y ni una menos. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, pero conviene calibrar las propias fuerzas mejor que las del enemigo. Cuando pase la crisis habr¨¢ que dar explicaciones, y muchas de las maniobras populistas de Ayuso acabar¨¢n estall¨¢ndole en la cara, como un bumer¨¢n.