Instintos bajos en lo m¨¢s alto: cuando un esc¨¢ndalo sexual acaba con una carrera pol¨ªtica
Adulterio, "sexting", armarios y hasta un intento de asesinato: repasamos algunos casos legendarios que mancharon lo m¨¢s alto de la pol¨ªtica y, en algunos casos, inspiraron grandes obras del cine y la televisi¨®n

En c¨®mo reaccionamos a los esc¨¢ndalos sexuales de los pol¨ªticos, por su mezcla de vida ¨ªntima y proyecci¨®n p¨²blica, hay mucho de nuestras filias, fobias, miedos y prejuicios como sociedad. Al revisar algunos de los casos con la perspectiva del tiempo, sorprende ver c¨®mo se enfocaron y contaron desde los medios y la opini¨®n p¨²blica; a veces, v¨ªctimas y verdugos invierten sus papeles y se confunden; otras, lo que era motivo de mofa y befa adquiere tintes dram¨¢ticos. Al final, estas historias nunca son meros cotilleos de sal¨®n, nos ponen frente a nuestro reflejo m¨¢s crudo e ilustran la hipocres¨ªa y debilidades humanas que no figuran en ning¨²n argumentario pol¨ªtico.
Como la lista podr¨ªa ser interminable, incluimos solo aquellos affaires en los que intervino, aunque fuese como sospecha, alg¨²n elemento delictivo. As¨ª, dejamos fuera historias como las de Fran?ois Hollande ¨Cle fue infiel a su esposa siendo presidente de la rep¨²blica francesa- o Arnold Schwarzenegger ¨C al poco de dejar de ser gobernador de California se descubri¨® que ten¨ªa un hijo secreto con una empleada dom¨¦stica - porque a la postre, fueron casos que afectaron solo a su vida privada y no, al menos de forma directa, a la pol¨ªtica.

El Caso Profumo: el pol¨ªtico y la corista
El esc¨¢ndalo. He aqu¨ª un caso que lo ten¨ªa todo para sacudir a la Gran Breta?a de principios de los 60: un miembro del gobierno responsable de la seguridad nacional, una joven atractiva de solo 19 a?os y tejemanejes de la clase alta sazonados en el contexto de la Guerra Fr¨ªa. La forma en la que todo empez¨® no permit¨ªa adivinar hasta donde se llegar¨ªa. En diciembre de 1962 un delincuente llamado Johnny Edgecombe dispar¨® contra la puerta de un apartamento londinense creyendo que su amante Christine Keeler estaba all¨ª con el cantante jamaicano Aloysius ¡°Lucky¡± Gordon. El piso pertenec¨ªa a Stephen Ward, que combinaba las profesiones de artista y oste¨®pata y estaba muy bien relacionado con las altas esferas.
La polic¨ªa comenz¨® a investigar y descubri¨® que, por mediaci¨®n de Ward, Christine Keeler hab¨ªa mantenido un romance de pocos meses en 1961 con John Profumo, ministro de defensa. No se trataba solo del affaire de un hombre casado de clase alta con una bailarina de topless; cuando se supo que en la misma ¨¦poca Christine se acostaba tambi¨¦n con el agregado naval de la embajada sovi¨¦tica Yevgeny Ivanov, considerado por el MI5 un esp¨ªa, la prensa, el p¨²blico y los investigadores enloquecieron.
Las consecuencias. Profumo neg¨® el affaire en la c¨¢mara de los comunes, pero semanas despu¨¦s tuvo que reconocerlo y renunciar al cargo. Ward fue acusado de comportamiento inmoral, de proxenetismo, e incluso se sospechaba que ¨¦l tambi¨¦n era un esp¨ªa para la URSS. Cuando se suicid¨® ingiriendo una dosis letal de p¨ªldoras para dormir antes de la resoluci¨®n de su juicio, estos rumores no hicieron sino aumentar, as¨ª como la idea de que proteg¨ªa a otros poderosos amigos.
Como Christine hab¨ªa acusado en su d¨ªa al cantante jamaicano?Aloysius ¡°Lucky¡± Gordon de violaci¨®n para luego retractarse, fue condenada a seis meses de prisi¨®n por perjurio. Vendi¨® sus memorias a los tabloides y pas¨® a ser considerada en la mentalidad nacional el ep¨ªtome de la ¡°mala mujer¡±. Su imagen promocional para una pel¨ªcula que nunca lleg¨® a hacerse, desnuda sobre una silla, es uno de los iconos brit¨¢nicos de los sesenta. Al final, la crisis que produjo el caso en el gobierno de Harold Macmillan influy¨® en la p¨¦rdida de las elecciones de los conservadores en 1964.
?Quiero m¨¢s! La pel¨ªcula Esc¨¢ndalo (1989) se centra en la figura de Profumo; la serie de la BBC The Trial of Christine Keeler (2019), analiza la visi¨®n de la historia de su protagonista femenina.

Jeremy Thorpe: entre el armario y el delito
El esc¨¢ndalo. Si el caso Profumo hab¨ªa sacudido la conservadora Gran Breta?a de los sesenta, el esc¨¢ndalo Thorpe hizo lo mismo con un pa¨ªs que era muy diferente una d¨¦cada despu¨¦s y a?adi¨¦ndole un ingrediente nuevo: homosexualidad. En 1976 Jeremy Thorpe era el popular l¨ªder del partido liberal brit¨¢nico. Estaba a punto de llegar al gobierno cuando uno de sus examantes, Norman Scott (de nombre real Norman Josiffe) le acus¨® de haber intentado asesinarlo. Pero la historia era todav¨ªa m¨¢s rocambolesca de lo que la frase ya sugiere, y ven¨ªa de quince a?os atr¨¢s.
Seg¨²n Scott, se hab¨ªan conocido en 1960, cuando ¨¦l era mozo de cuadras y Thorpe acababa de ser elegido parlamentario. Al a?o siguiente, despu¨¦s de perder su empleo y pasar un tiempo internado en un psiqui¨¢trico, Norman recurri¨® al influyente pol¨ªtico para que le ayudase. Y tanto que lo hizo: Thorpe lo instal¨® en casa de su madre, le compr¨® ropa nueva y se hicieron amantes. Despu¨¦s de la ruptura, las cartas comprometedoras que se hab¨ªan intercambiado y el comportamiento err¨¢tico de Norman convencieron a Thorpe, supuestamente, de que la ¨²nica forma de salvaguardar su carrera era acabar con su vida. Seg¨²n esa misma suposici¨®n, en 1975 pag¨® 5000 libras al piloto Andrew Newton para que lo hiciese. ?ste se aproxim¨® a Norman asegurando ser un enviado para protegerle, pero despu¨¦s de disparar contra ¨¦l en el parque nacional de Exmoor, la ¨²nica v¨ªctima fue Rinka, el perro gran dan¨¦s de Scott.
Las consecuencias. Thorpe tuvo el dudoso honor de ser el primer miembro del parlamento brit¨¢nico acusado de asesinato. Tras un juicio cubierto por la prensa nacional e internacional con fruici¨®n, se le declar¨® inocente en junio de 1979, pero su carrera pol¨ªtica estaba acabada. Su segunda esposa, Marion, se mantuvo a su lado hasta que ¨¦l falleci¨® en 2014. Ella muri¨® pocos meses despu¨¦s. En la actualidad, Norman Scott vive junto con su novio en Devon.
?Quiero m¨¢s! En la brillante y premiada serie A very english scandal (2018), Hugh Grant interpreta a Thorpe y Ben Whishaw a Scott.

Bienvenida P¨¦rez: cuando una espa?ola se convirti¨® en conflicto diplom¨¢tico
El esc¨¢ndalo. Bienvenida P¨¦rez encarnaba una versi¨®n moderna y cruel de la Cenicienta: una ni?a espa?ola v¨ªctima de abusos, nacida en la pobreza, que gracias a su atractivo y desenvoltura consegu¨ªa ascender a la vida acomodada de la clase alta brit¨¢nica convertida en Lady al casarse con Antony Buck solo tres semanas despu¨¦s de conocerse. Su matrimonio, sin embargo, ten¨ªa poco de cuento de hadas: Buck, un diputado conservador treinta a?os mayor que ella, era alcoh¨®lico y se negaba a concederle el divorcio, pese a estar al tanto de las muchas infidelidades de su esposa. En marzo de 1994, Bienvenida decidi¨® amortizar una de esas infidelidades.
Organiz¨® una cita en un hotel con uno de sus antiguos amantes, Peter Harding, jefe del alto estado mayor brit¨¢nico, para obtener fotograf¨ªas ¨ªntimas de ambos, y luego las vendi¨® al tabloide News of the world. Al morbo intr¨ªnseco de este tipo de historias se sumaba la duda de si Harding le habr¨ªa revelado secretos de estado, al producirse sus primeros encuentros sexuales en 1991 durante la guerra del golfo.
Las consecuencias. Peter Harding tuvo que renunciar a su puesto, aunque el esc¨¢ndalo pronto qued¨® opacado por una oleada de nuevos affaires sexuales y econ¨®micos que contrastaban con la cruzada moral del primero ministro John Mayor por volver a los viejos valores familiares. Bienvenida manten¨ªa entonces una relaci¨®n con el que ser¨ªa su segundo marido, el conde Sokolow, que tambi¨¦n fue objeto de pol¨¦mica. Como venganza hacia ¨¦l porque ¡°lejos de ser un marido fiel, Nicholas, de 32 a?os, la enga?aba con un camarero travestido¡±, declar¨® haber sido prostituta a 200.000 pesetas (1.200 euros) la noche, algo que luego neg¨®. Se estableci¨® en Marbella y se cas¨® una tercera vez. Aunque en Inglaterra su recorrido medi¨¢tico no fue largo, en Espa?a se convirti¨® en colaboradora habitual de programas de televisi¨®n y concursante de reality, e incluso imparti¨® seminarios de seducci¨®n a 5.000 libras cada uno.
?Quiero m¨¢s! Bienvenida escribi¨® dos libros sobre c¨®mo hacer carrera a su estilo: Hazte valer y, en ingl¨¦s,?Bienvenida: The Making of a Modern Mistress.

Clinton y Lewinsky: el esc¨¢ndalo sexual del siglo
El esc¨¢ndalo. En 1995, M¨®nica Lewinsky, reci¨¦n graduada universitaria de 22 a?os, comenz¨® a trabajar como becaria en la Casa Blanca. A finales de ese a?o empezaron los encuentros sexuales en el despacho oval con el presidente Bill Clinton. Cuando le cont¨® lo que ocurr¨ªa a su amiga y compa?era en el Pent¨¢gono Linda Tripp, esta grab¨® en secreto las conversaciones telef¨®nicas y se las facilit¨® al fiscal independiente Kenneth Starr. Ya estaba en marcha un proceso de investigaci¨®n contra el presidente por la denuncia de Paula Jones por acoso sexual, y ambos casos estaban relacionados en tanto que el presidente le habr¨ªa pedido a Lewinsky que mintiera sobre la naturaleza de su relaci¨®n. En enero de 1998 salt¨® la noticia, y a finales de mes Clinton afirmaba en una rueda de prensa: ¡°No tuve relaciones sexuales con esa mujer¡±.
Las consecuencias. En medio de un hurac¨¢n medi¨¢tico mundial sin precedentes, se inici¨® un impeachment (proceso de destituci¨®n) a Clinton, acusado de obstrucci¨®n a la justicia y perjurio. El presidente reconoci¨® entonces haber mantenido una ¡°relaci¨®n inapropiada¡±, pero se ampar¨® en un tecnicismo para defender que no hab¨ªa mentido en su primera declaraci¨®n: seg¨²n ¨¦l, como M¨®nica le hab¨ªa practicado una felaci¨®n, no ment¨ªa cuando afirmaba que no hab¨ªan tenido relaciones sexuales. Los detalles eran tan escandalosos y llamativos ¨Cel vestido azul con la mancha de semen del presidente que M¨®nica no llev¨® a la tintorer¨ªa, el cigarrillo que Clinton introdujo en la vagina de Lewinsky¡¨C y el tono general se balanceaba tanto entre el acoso medi¨¢tico a los protagonistas y la chufla escatol¨®gica que hasta los medios m¨¢s serios fueron acusados de sensacionalismo.
Lewinsky lleg¨® a pedir perd¨®n en televisi¨®n a Hillary Clinton y su hija Chelsea por la verg¨¹enza que hab¨ªan tenido que pasar ¡°por su causa¡±. Clinton fue exonerado de las acusaciones, mantuvo la presidencia hasta el final de la legislatura y, hasta el d¨ªa de hoy, su matrimonio con Hillary. Lewinsky inici¨® una carrera como estrella que pas¨® por lanzar una marca de bolsos, ser imagen de productos diet¨¦ticos o presentar un show de citas en la cadena Fox. En 2005 se retir¨® a Londres a estudiar psicolog¨ªa y, con el paso de los a?os y las nuevas perspectivas desde las que puede analizarse su experiencia y c¨®mo se narr¨® lo sucedido, ha reaparecido como activista contra el bullying del que reconoce haber sido v¨ªctima a gran escala.
?Quiero m¨¢s! Impeachment: American Crime Story, la serie de Ryan Murphy sobre el caso, de la que Lewinsky es productora, se estrenar¨¢ en oto?o de 2020.

Anthony Weiner: cuidado con el m¨®vil
El esc¨¢ndalo. Las redes las carga el diablo. Qued¨® probado una vez m¨¢s en 2011 cuando el congresista dem¨®crata Anthony Weiner subi¨® de forma accidental a Twitter una foto de su pene erecto vestido con un calzoncillo gris. Aunque Weiner estaba casado con Huma Abedin, asistente y protegida de Hillary Clinton, la destinataria de la foto era una estudiante de 21 a?os con la que ya hab¨ªa intercambiado varias im¨¢genes de contenido sexual, pr¨¢ctica conocida como sexting. Despu¨¦s de negar que la foto fuese suya, Weiner admiti¨® que en los ¨²ltimos a?os hab¨ªa enviado im¨¢genes de ese tipo hasta a seis mujeres diferentes.
Para a?adir m¨¢s elementos a la ya jugosa historia, una de ellas era la exactriz porno Ginger Lee, que afirm¨® que Weiner le hab¨ªa pedido que mintiera cuando la historia comenz¨® a hacerse p¨²blica. Weiner renunci¨® a su puesto en el congreso, pero al anunciar su intenci¨®n de presentarse a la alcald¨ªa de Nueva York en 2013 aparecieron nuevas fotos comprometedoras. Reconoci¨® haber sexteado con al menos tres mujeres m¨¢s desde el anterior esc¨¢ndalo bajo el nombre de ¡°Carlos Danger¡±. Para sorpresa de pocos, perdi¨® las elecciones. En 2016 el asunto tom¨® un cariz mucho m¨¢s serio cuando se public¨® que una de las destinatarias de sus fotos era una menor de quince a?os.
Las consecuencias. En mayo de 2017 Weiner fue condenado a 21 meses de c¨¢rcel por enviar im¨¢genes de car¨¢cter sexual a una menor. Su esposa, Huma Abedin, se divorci¨® de ¨¦l. Algunos consideraron que el caso hab¨ªa influido en la victoria electoral de Trump, al no poder Hillary Clinton atacarle los suficiente por sus acusaciones de acoso sexual al contar en las filas dem¨®cratas con el caso Weiner y en su propia casa con el pasado de su marido. Weiner sali¨® de prisi¨®n en febrero de 2019.
?Quiero m¨¢s! El documental Weiner (2016) repasa c¨®mo los esc¨¢ndalos afectaron a su campa?a pol¨ªtica y c¨®mo sus asesores y ¨¦l mismo intentaron capear el temporal.

Eliot Spitzer: las dos caras del gobernador
El esc¨¢ndalo. En marzo de 2008 se public¨® que Spitzer, gobernador dem¨®crata de Nueva York, y casado, hab¨ªa contratado los servicios de una prostituta durante su estancia en un hotel en Washington. Poco despu¨¦s se supo que era una pr¨¢ctica frecuente en ¨¦l: era cliente habitual del Emperors Club VIP, un servicio de escorts en el que habr¨ªa gastado 10.000 d¨®lares que adem¨¢s habr¨ªa intentado ocultar al fisco.
Las consecuencias. El conocido como ¡°sheriff de Wall Street¡± por su estricta pol¨ªtica contra la corrupci¨®n y a favor de los trabajadores con salarios m¨¢s bajos tuvo que dimitir, en lo que muchos recibieron como un mazazo a las esperanzas que ten¨ªan en que ¨¦l pudiese sacudir a las oligarqu¨ªas de la ¨¦lite financiera.
?Quiero m¨¢s! El documental Client 9: The Rise and Fall of Eliot Spitzer repasa los hechos que condujeron a su ca¨ªda. La serie The good wife, que parte de la ya paradigm¨¢tica figura de las parejas de los pol¨ªticos pillados en esc¨¢ndalos sexuales, se inspir¨® en parte en Silda Wall Spitzer, esposa de Eliot.

Olvido Hormigos: la humillaci¨®n de la concejala
El esc¨¢ndalo. En el verano de 2012 el v¨ªdeo ¨ªntimo y privado de una mujer se hizo c¨¦lebre en la peque?a localidad toledana de Los Y¨¦benes cuando se supo que pertenec¨ªa a una concejala casada. El v¨ªdeo, se supo despu¨¦s, lo hab¨ªa grabado la concejala, Olvido Hormigos, y se lo hab¨ªa enviado a su entonces amante, Carlos S¨¢nchez, un futbolista al que acus¨® de haberlo difundido, igual que al alcalde de su mismo pueblo.
Las consecuencias. Olvido se hizo famosa ¨Cmuy famosa¨C de la noche a la ma?ana, convertida en una de las presencias m¨¢s buscadas por los medios. Al estar casada y tener hijos, parte de la opini¨®n p¨²blica se volc¨® contra ella en un inesperado episodio de moralina que parec¨ªa sacado de otra ¨¦poca. Olvido aprovech¨® la ocasi¨®n: acudi¨® a plat¨®s, pos¨® en Intervi¨², particip¨® en distintos realitys y fue fotografiada junto a otros famosos.
En su d¨ªa se consider¨® que en su caso no hab¨ªa delito contra la intimidad al haber sido grabadas las im¨¢genes con su consentimiento, pero a ra¨ªz de la sentencia se reform¨® el c¨®digo penal para introducir el delito la difusi¨®n no autorizada de im¨¢genes o grabaciones ¨ªntimas. La historia de su salto a la fama pasaba a considerarse lo que siempre fue: un caso de pornovenganza. En la actualidad Olvido reside, ya como exconcejala, en su pueblo de Los Y¨¦benes con su todav¨ªa marido.
?Quiero m¨¢s! En 2015 Hormigos public¨® una novela, El abrazo infiel, sobre una mujer casada de la que se difunde un video er¨®tico que ha enviado a su amante.

Benjamin Griveaux: Francia no era tan moderna
El esc¨¢ndalo. El sexting ataca de nuevo (y suponemos que no ser¨¢ la ¨²ltima vez). Griveaux era el diputado franc¨¦s candidato del partido En Marcha a la alcald¨ªa de Par¨ªs cuando este mismo a?o apareci¨® un v¨ªdeo de contenido sexual -en el que aparec¨ªa masturb¨¢ndose¨C en una p¨¢gina de internet llamada Pornopolitique. Pocos d¨ªas despu¨¦s el artista ruso que hab¨ªa recibido asilo de Francia Piotr Pavlenski (en sus protestas contra Puntin se cos¨ªa los labios, quemaba las puertas de la KGB o se clavaba el escroto en la plaza Roja) se reconoc¨ªa autor de la filtraci¨®n.
Hab¨ªa obtenido el v¨ªdeo y m¨¢s fotos porque el propio Griveaux, casado, se los hab¨ªa enviado en 2018 a su amante (aunque solo tuvieron un encuentro f¨ªsico, la mayor parte del contacto fue online) Alexandra de Taddeo, actual pareja de Pavlenski. A nadie se le pas¨® advertido que el abogado del ruso era el espa?ol Juan Branco, famoso en Francia por la reciente publicaci¨®n de su libro Crep¨²sculo, en el que criticaba a Macron por haber sido creado por las grandes oligarqu¨ªas y empresarios.
Las consecuencias. El 14 de febrero de 2020 Griveaux anunciaba que abandonaba la carrera por la alcald¨ªa, entre los lamentos de sus compa?eros y oponentes pol¨ªticos. Francia siempre se hab¨ªa considerado menos puritana que Estados Unidos y era una defensora a ultranza de la separaci¨®n entre vida privada y p¨²blica, pero el affaire Griveaux parec¨ªa marcar un cambio de tendencia. Pavleski dec¨ªa haber difundido las conversaciones e im¨¢genes para denunciar la hipocres¨ªa de un candidato que empleaba a su familia como imagen de marca y en realidad observaba una conducta muy diferente.
Taddeo y Pavlenski fueron detenidos y se enfrentan a penas de hasta dos a?os de c¨¢rcel y multas de 60.0000 euros. Aparec¨ªan as¨ª de forma inesperada en la pol¨ªtica local francesa elementos que se han vuelto imprescindibles en el ruedo internacional: Rusia, las filtraciones tecnol¨®gicas y conductas sexuales consideradas ¡°inadecuadas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.