?El problema no era el 5G, sino las batas?
La soledad es el lazo negro que empaqueta la muerte en cascada de v¨ªctimas del virus y de la ineptitud
Nosotros temiendo depender de China para el 5G, mirando con recelo el Huawei por si Trump nos capaba alguna App, y ahora resulta que andamos muri¨¦ndonos porque dependemos de sus batas. Sus mascarillas. Sus guantes. Que nuestro modelo productivo andaba flojo lo sab¨ªamos, al calor del turismo y el ladrillo y escasito en I+D, pero que se nos iban a ir los abuelos directos al Palacio de Hielo a falta de protecci¨®n en las funerarias, y no precisamente a patinar, es mucho m¨¢s de lo que hab¨ªamos vislumbrado en los sesudos an¨¢lisis de econom¨ªa internacional. ?El problema era entonces de primac¨ªa tecnol¨®gica o acaso de unos metros de goma y tela apropiada para unas m¨¢scaras decentes?
Los ancianos mueren solos, y no porque estuvieran solos. Bastante aportan los sanitarios y cuidadores poni¨¦ndoles a los hijos al tel¨¦fono. Mueren solos porque soledad es el lazo negro que empaqueta esta muerte s¨²bita de un buen trozo de la generaci¨®n que nos cuid¨®.
En ella, en la soledad, residen a veces las grandes lecciones que la vida nos puede dar. ¡°Necesitas estar sola para cuando las palabras llegan y para cuando las palabras no llegan¡±, reflexionaba hace pocos meses Edna O¡¯Brien. Acababa de publicar La chica, a los 88 a?os, un ejercicio de enorme empat¨ªa que practic¨® esta escritora irlandesa al viajar a Nigeria para retratar el doble drama de las ni?as secuestradas por Boko Haram: el primero era la captura; el segundo era el silencio y el confinamiento al que su propio gobierno las someti¨® cuando lograban escapar.
Nuestro virus no es una historia de maldad, de la que la literatura est¨¢ llena, pero s¨ª una gran historia de soledad. No hay Boko Haram, no hay Al Qaeda, no hay Hitler, no hay guerrillas, ni paramilitares, no hay un enemigo con banderas, ni uniformes. Pero s¨ª hay v¨ªctimas multiplicadas no por la maldad, sino por una cadena de ineficacias que pueden rozar la negligencia: en China, la de quienes permiten el mercado de animales salvajes sin higiene ni seguridad y quienes tardaron en informar y actuar; en Italia y en Espa?a, el tiempo dir¨¢. Porque m¨¢s all¨¢ del an¨¢lisis minucioso de lo que ha ocurrido desde enero, acaso cabe elevar el foco y buscar c¨®mo esta inmensa cadena de ineficiencias arranc¨® tiempo antes, cuando permitimos que nuestra sanidad, y no solo las camisetas de Zara, dependiera de las mascarillas de China.
La nobel Olga Tokarczuk aporta un gran retrato a la literatura de la soledad en la protagonista de Sobre los huesos de los muertos (Siruela). Y una mirada extraordinaria sobre la sociedad: ¡°Eran habitantes de un pozo, personas que hab¨ªan ca¨ªdo dentro de ¨¦l mucho tiempo antes, y ahora viv¨ªan en el fondo convencidos de que el pozo conten¨ªa el mundo entero¡±.
El virus no es el pozo. Salgamos de ¨¦l, elevemos el foco y analicemos la cadena de ineficacias que han derivado en estas inmensas sobredosis de soledad.
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