La v¨ªctima es ahora la sospechosa: ¡®Tiger King¡¯, el adictivo documental de Netflix que sacude un caso de hace 20 a?os
Despu¨¦s de ver la miniserie en televisi¨®n, un sheriff de Florida ha pedido ayuda ciudadana para encontrar al marido de Carole Baskin desaparecido desde 1997
Como millones de ciudadanos estadounidenses, Chad Chronister, sheriff del Condado de Hillsborough, Florida, est¨¢ pasando esta crisis del coronavirus confinado en su casa. Y, como todo hijo de vecino a ambos lados del Atl¨¢ntico, mata el aburrimiento frente al televisor. ?Qu¨¦ ha visto? La semana pasada, sentado en el sof¨¢ de su casa junto al resto de su familia, se trag¨® los siete cap¨ªtulos de Tiger King, la serie documental que, desde hace dos semanas ofrece Netflix tambi¨¦n en Espa?a. Lo sabemos porque este lunes colg¨® un anuncio en su muro de Facebook, pidiendo ayuda para aclarar uno de los grandes misterios de los que habla esta serie documental.
Para quienes no la hayan visto a¨²n, Tiger King, dirigida por Eric Goode y Rebecca Chaiklin, es un enloquecido true crime (g¨¦nero de no ficci¨®n en el que se examina un crimen real) que retrata los parques zool¨®gicos privados de Estados Unidos, donde, se cuenta, hay una poblaci¨®n de tigres mayor que la que queda en libertad en todo el resto del mundo. Joe Exotic, un tipo extra?¨ªsimo, cojo, casado con dos hombres a la vez y cantante de?country en sus ratos libres, es el propietario de uno de ellos, el G.W. Zoo de Wynnewood, Oklahoma. Cutre, como ¨¦l y todos sus empleados, marginados a los que recoge en la calle a cambio de drogas y una vida y sueldos miserables. Cobra una fortuna a los visitantes por dejar acariciar y fotografiarse con cachorros de todo tipo de felinos y, por lo que se ve, trafica tambi¨¦n con ellos. Enfrente, Carole Baskin, considerada por algunos ingenuos ¡°la Madre Teresa de los felinos¡±. Ella no tiene un parque zool¨®gico, sino un santuario de animales. ?La diferencia? Las bestias no viven hacinadas en jaulas, sino que tienen algo de campo para correr y est¨¢n al cuidado de una legi¨®n de voluntarios que no cobran ni un duro por su esfuerzo.
A la se?ora le gusta dar lecciones de ¨¦tica y, al frente de su fundaci¨®n Big Cat Rescue, cerca de Tampa, ha emprendido una batalla legal y pol¨ªtica para cerrar parques como el de Exotic. Aunque la miniserie se centra sobre todo en c¨®mo este contrata a un sicario para intentar asesinar a su archienemiga, no tarda en salir a la luz otro asunto igual de truculento. La fortuna de Baskin, el dinero que permite a la mujer mantener su santuario y luchar contra sus competidores, proviene de su marido, Don Lewis, desaparecido misteriosamente en 1997.
Seg¨²n la versi¨®n de la supuesta viuda, muy rubia y siempre vestida con prendas estampadas con motivos felinos, se perdi¨® en el mar a bordo de su avioneta cuando iba rumbo a Costa Rica. Pero Joe Exotic, que no es precisamente de los que miden sus palabras, la acusa de haberlo matado. ¡°Le dio sus restos a los tigres para deshacerse del cad¨¢ver¡±, desliza sin ning¨²n miramiento.
El hecho cierto es que Carole Baskin nunca ha sido acusada por este asunto. Al menos hasta ahora, cuando el aburrimiento, o la verg¨¹enza torera, han hecho que el sheriff Chronister se desperezara del sof¨¢ y se sentara junto a su ordenador para escribir, en su muro de Facebook y en espa?ol: ¡°Con todo el mundo haciendo lo correcto y quedarse en casa (sic.), muchos de ustedes han visto el documental de Netflix #Tiger King. Una faceta del documental es correcta, la desaparici¨®n de Don Lewis sigue siendo un caso fr¨ªo activo. As¨ª que, con toda la atenci¨®n que lo rodea, pens¨¦ que era hora de usar la popularidad del show para ver si alguien quer¨ªa presentar nuevas pistas¡±.
Acompa?a su publicaci¨®n del t¨ªpico cartel con dos fotos de Lewis y el siguiente aviso (en ingl¨¦s, esta vez): Only YOU can help solve Jack ¡®Don¡¯ Lewis Cold Case¡± (Solo USTED puede ayudar a resolver el caso abierto de Jack ¡®Don¡¯ Lewis). Si el caso esta ¡°fr¨ªo¡±, como se?ala el sheriff de Hillsborough, parece que la venganza de Joe Exotic, que actualmente cumple una condena de 22 a?os en la prisi¨®n federal FMC Forth Worth de Texas por 17 cargos de abuso animal y dos de conspiraci¨®n para el asesinato, se ha servido a la misma temperatura.
Ante el giro de los acontecimientos, Baskin no ha tardado en arremeter contra la serie y sus creadores, a los que acusa, en una entrevista publicada el lunes en The Hollywood Reporter, de haberla enga?ado. ¡°Dijeron que la serie expondr¨ªa la miseria creada por la cr¨ªa desenfrenada de cachorros de grandes felinos. [¡] No hay palabras para explicar lo decepcionante que es ver que no hace nada de eso, sino que ha tenido el ¨²nico objetivo de ser lo m¨¢s obscena y sensacionalista posible para atraer a los telespectadores¡±, denuncia. El asunto quiz¨¢ d¨¦ para una segunda parte igual de jugosa.
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