Las l¨¢grimas de Bolsonaro
Hay mil motivos para que Bolsonaro llore m¨¢s all¨¢ del miedo a que sus ministros o los militares puedan abandonarle
Ya no es un secreto que el presidente Jair Bolsonaro sufre crisis de llanto. A veces en el silencio de la noche, como ¨¦l mismo ha confesado, y a veces ante algunos de sus interlocutores del Planalto como ha publicado, Igor Gielow en su columna de Folha de S. Paulo.
Podr¨ªa extra?ar que el capit¨¢n exparacaidista, un militar atleta, que defiende la dictadura y la tortura, cuya pasi¨®n son las armas, pueda llorar. Se cuenta que llora porque se siente atacado por todos, sobre todo por la prensa que dice que le odia. Y porque empieza a perder millones de los que le hab¨ªan votado y hoy est¨¢n arrepentidos. Y no sabe como reconquistarlos.
Es sabido que sus preocupaciones, m¨¢s que la tragedia del coronavirus, son el que pueda ser o no reelegido en el 2022 o que tenga que dejar la Presidencia antes de acabar el mandato. Todo ello, sin embargo, podr¨ªa provocarle rabia, ira y deseos de venganza. ?Pero llorar? No es f¨¢cil encontrar en el mundo a presidentes de la rep¨²blica importantes con crisis de llanto. ?Se imaginan a un Putin y hasta a un Trump sollozando porque pierden consensos?
Sobre el llanto existe una gran literatura psicol¨®gica. Sabemos que, como el re¨ªr, tambi¨¦n el llorar es una facultad exclusiva de los seres racionales. Los animales no lloran. Y los humanos lloramos m¨¢s de dolor, de emoci¨®n y alegr¨ªa que de miedo. Se dice que lloran m¨¢s las mujeres que los hombres, pero se trata de algo cultural m¨¢s que biol¨®gico. Es at¨¢vico. Cuenta la leyenda que cuando el ¨²ltimo rey Isl¨¢mico de Granada en Espa?a, Boabdil, al salir de la Alhambra, tras entregar las llaves a los Reyes Cat¨®licos en 1492, su madre la sultana Aixa pronunci¨® la famosa frase: ¡°Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre¡±. En esa frase est¨¢ encerrada toda la literatura del mito de la supuesta fragilidad de la mujer que es la que llora ante el peligro. Los hombres no lloran.
Lo que s¨ª ser¨ªa interesante saber es si el presidente que llora en sus noches de insomnio - adem¨¢s de llorar porque se siente incomprendido y con miedo de que lo saquen de su trono- llora tambi¨¦n por otros motivos nobles como los males que sufre Brasil. Y ciertamente no le faltan motivos para sufrir y llorar e interesarse por este pa¨ªs hoy amedrentado por la epidemia del coronavirus y donde millones de personas sue?an con un trabajo que les permita vivir con decencia y que hoy temen perder lo poco que les queda.
Hay mil motivos para que Bolsonaro pueda llorar m¨¢s nobles que el miedo a que sus ministros m¨¢s importantes o los militares de su Gobierno puedan abandonarle. Hay motivos para llorar viendo la codicia de los bancos que ahorcan con sus intereses entre los mayores del mundo a millones de trabajadores y que siguen impasibles y fr¨ªos tambi¨¦n hoy frente a la tragedia de la epidemia. Hay motivos de dolor frente al mar de privilegios de los pol¨ªticos y las castas que se resisten a morir y que son una ofensa a la dignidad de los que sufren necesidades y son abandonados a su suerte.
Ser¨ªa un punto a su favor, si Bolsonaro el duro, fuera tambi¨¦n capaz de llorar por sentirse responsable de todas las l¨¢grimas derramadas en este pa¨ªs por los que m¨¢s necesitar¨ªan ser ayudados; de todos los dolores de las madres que pierden a sus hijos v¨ªctimas de una violencia a la que los pol¨ªticos parecen retirar su mirada. Y aunque ser¨ªa mucho pedirle, que fuera tambi¨¦n capaz de llorar por el asesinato continuo de la Amazonia y de sus habitantes, a los que nos cuesta aceptar que son tan o m¨¢s humanos que nosotros a pesar de que son ellos quienes mejor conservan los valores del Homo sapiens y que nuestra civilizaci¨®n ha olvidado.
Es posible que las crisis de llanto que aquejan a Bolsonaro sean una alarma de alg¨²n trastorno ps¨ªquico como algunos intentan insinuar. Pero lo que m¨¢s preocupa es que un presidente de la envergadura de Brasil, con millones condenados al abandono, sea al mismo tiempo condescendiente con un capitalismo que asesina a los m¨¢s pobres y excluidos del sistema.
No sabemos el motivo real de los lloros del presidente, pero ciertamente no parece que sea, por ejemplo, por los ancianos que, seg¨²n ¨¦l, no importar¨ªa dejar que fueran devorados por la epidemia. Ni por los m¨¢s pobres y marginados del sistema, ni por los diferentes, los no atletas, los que la naturaleza ya ha castigado y la humanidad deja arrinconados.
Brasil, hoy, m¨¢s que de l¨¢grimas del presidente necesita de pol¨ªticas valientes de recuperaci¨®n de una sociedad enferma de miedo, porque no sabe si quienes deber¨ªan cuidar de ella prefieren seguir aferrados a sus privilegios y a su voracidad de poder en vez de sacrificarse por su rescato social y pol¨ªtico.
Peor que el llanto de los poderosos son las l¨¢grimas que los m¨¢s pobres y perseguidos se tienen que tragar antes de que les lleguen a sus rostros endurecidos por el abandono al que les condena un poder que tiene alergia a los pobres, un vocablo que les cuesta hasta pronunciar.
Ellos sin embargo existen. Los pobres y olvidados, que son mayor¨ªa, ser¨¢n ma?ana, o quiz¨¢s hoy mismo, los jueces de quienes no consiguen llorar por ellos y con ellos. La ira de los pobres y olvidados podr¨ªa ser m¨¢s peligrosa y mortal que la de la epidemia que nos amenaza a todos y nos est¨¢ obligando a hacer un profundo examen de conciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.