La lealtad del capit¨¢n
El comandante del portaaviones 'Roosevelt' ha dado una lecci¨®n de lo que es la responsabilidad en el mando
No por nada se dice que en los momentos dif¨ªciles se demuestra la verdadera pasta de la que est¨¢n hechas las personas. Y qui¨¦n tiene claros los conceptos y qui¨¦n no. Uno de ellos va a ser muy importante no solo durante la superaci¨®n de la crisis sanitaria, sino en lo que va a venir despu¨¦s. Se trata de la responsabilidad que conlleva el ejercicio del poder. Quien considera el mando como una responsabilidad ante quienes son sus subordinados en la estructura del mando y quien lo ejerce como un privilegio sobre los que considera sus inferiores.
Un buen ejemplo de lo primero lo ha dado Brett Crozier, el militar al mando del portaaviones estadounidense 'Theodore Roosevelt' quien ante la tesitura de elegir entre los hombres y mujeres a los que mandaba y su brillante carrera, ha elegido a los primeros. En una ¨¦poca donde nadie quiere poner nada comprometedor por escrito porque las palabras se las lleva el viento y basta negar lo que se afirmaba rotundamente un minuto antes, el capit¨¢n Crozier se dirigi¨® por escrito a sus superiores exigiendo que permitieran desembarcar a su tripulaci¨®n ante el grave riesgo que corr¨ªa por un brote de coronavirus a bordo. Crozier ha sido fulminantemente destituido. Abandon¨® uno de los nav¨ªos m¨¢s poderosos del mundo ¨Cbaste el ejemplo de que los aviones de combate que transporta superan en n¨²mero al de la mayor¨ªa de las fuerzas a¨¦reas nacionales del mundo-- mientras su tripulaci¨®n se agolpaba en cubierta dedic¨¢ndole un caluroso aplauso de reconocimiento y gratitud.
Entre las razones esgrimidas para relevarlo del mando, y acabar con su carrera, el pol¨ªtico que ha dado la orden ha explicado que el capit¨¢n Crozier se hab¨ªa dejado llevar por sus emociones al escribir la carta. Pero resulta que es todo lo contrario. En un momento en el que gobernantes de todo el mundo est¨¢n apelando precisamente a las emociones m¨¢s que a la raz¨®n, utilizando entre otras cosas un descafeinado lenguaje b¨¦lico ¨Cporque obvia que en una guerra la muerte como sacrificio m¨¢ximo no solo es inevitable, sino exigible¨C el capit¨¢n Crozier se sent¨® a escribir una carta. No un desahogo en las redes sociales como hace su presidente, ni un whatsaap a los colegas como todos en estos d¨ªas. Un documento formal en el que expon¨ªa dos verdades: esto no es una situaci¨®n b¨¦lica, sino otra cosa, y la responsabilidad que tiene hacia sus subordinados.
Se suele decir ¨Caunque no sea necesariamente verdad¨C que el capit¨¢n come solo en su camarote. La frase refleja la soledad de quien al final tiene que tomar las decisiones. Sus dudas, su valoraci¨®n de lo que est¨¢ en juego, sus prioridades y sus principios. El aplauso de los subordinados no aparece en las hojas de servicios ni en las pecheras en forma de medalla, pero es una demostraci¨®n de reconocimiento a quien se ha mostrado leal a sus subordinados hasta el final.
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