La ¡®vendetta¡¯ de Dante
La pandemia exhibe la desigualdad frente a la enfermedad y la muerte
El infierno de Dante hubiera debido incluir en su estructura doctrinal c¨ªrculos donde hornear a los responsables de que Nelson haya contra¨ªdo el coronavirus en su puesto callejero de quesadillas, contagiara a su padre, y de regreso a casa con varias pintas encima, le pegara dos bofetones a su mujer en presencia de los ni?os, mientras discut¨ªan sobre el futuro familiar sin los ingresos del tenderete. Nelson es ecuatoriano, mexicano, lime?o, bonaerense, latinoamericano. Su padre tosi¨® durante 10 d¨ªas hasta ahogarse sin haber recibido asistencia m¨¦dica. Convivieron con la desesperaci¨®n y el cad¨¢ver porque la prometida ambulancia no lleg¨®; otros abandonaron los cuerpos en la calle.
Adem¨¢s de albardar en brea hirviendo a los pol¨ªticos, en el octavo anillo de la primera c¨¢ntica de la Divina Comedia, la cavidad subterr¨¢nea ideada por el florentino Alighieri para los reos de fraude consciente y otras flaquezas hubiera debido acomodar entre las llamas a los causantes de la vulnerabilidad de 140 millones de trabajadores informales de Am¨¦rica Latina, cuyos pulmones peligran si los invade el virus. Sin registro en la Seguridad Social, ni prestaciones m¨¦dicas aseguradas, la ausencia de redes de protecci¨®n para los galeotes de la econom¨ªa es delito de lesa humanidad del desgobierno, la fragilidad institucional y el saqueo de recursos.
La pandemia exhibe la desigualdad frente a la enfermedad y la muerte, las iniquidades de una regi¨®n donde el 30% de sus habitantes no tiene acceso a la sanidad p¨²blica, mientras quienes debieran asignarla se cubren las v¨ªas respiratorias con mascarillas Armani. Las mujeres y los migrantes pillados a mitad de camino sufren como nadie los estragos de la indefensi¨®n y el paro encubierto, en andamios, canteras, explotaciones agropecuarias y servicio dom¨¦stico. Solo la subversi¨®n en democracia y la cooperaci¨®n internacional podr¨¢n socorrer a las peonadas de naciones apresadas por las deudas, casi en recesi¨®n y sin margen para asegurar el amparo integral de las v¨ªctimas de la Covid-19.
El poeta italiano olvid¨® ampliar el aforo de su cavidad infernal instalando parrillas de asar desalmados, tostadoras para la canalla detr¨¢s del vertido de residuos industriales en los manantiales abastecedores de grifos, pucheros, manos y laringes. La contaminaci¨®n del agua potable en los ranchos y villas miseria de la Am¨¦rica mendicante condujo a la perpetuaci¨®n del sarpullido, la sarna y la p¨²stula b¨ªblica; el envenenamiento del medio ambiente eterniz¨® el mal de Chagas, el dengue y el descr¨¦dito de los Estados que lo permiten.
El Satan¨¢s de Dante es r¨¦probo en el noveno c¨ªrculo del averno, pero en el Brasil contempor¨¢neo muta en demonio de mand¨ªbulas trituradoras y aliento liberticida. La muerte es el fin de la prisi¨®n de las almas nobles y la amargura de los enfangados (Petrarca dixit), pero como el contagiado de favela importa poco, el Lucifer paulista cava las fosas del mayor cementerio de Am¨¦rica Latina para sepultarlos sin remordimientos, casi agradecido.
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