El liderazgo de las mujeres en esta crisis
Las jefas de Gobierno de numerosos pa¨ªses han sido directas e innovadoras al gestionar la pandemia
La gesti¨®n de las grandes crisis pone a prueba el liderazgo de los Gobiernos de todo el mundo. Y en el caso del coronavirus a¨²n m¨¢s porque no se sabe a ciencia cierta el alcance de su impacto. Hay demasiadas inc¨®gnitas por despejar antes de que est¨¦ clara una hoja de ruta para poder comunicar a la ciudadan¨ªa cu¨¢les son los siguientes pasos a seguir una vez termine el aislamiento. Entretanto, el desconcierto social del largo confinamiento sigue creciendo, provocando el des¨¢nimo generalizado, especialmente entre aquellos a los que m¨¢s duro les resulta soportar la situaci¨®n. Y la sensaci¨®n de desconexi¨®n entre los l¨ªderes pol¨ªticos que gestionan la crisis y la sociedad que la sufre es tambi¨¦n cada vez mayor. En estas circunstancias, la estrategia comunicativa que utilicen los responsables para explicar a los ciudadanos la evoluci¨®n de la situaci¨®n resulta crucial.
En la banda sonora de la gesti¨®n de la crisis del coronavirus suena a todo volumen el lenguaje dominante masculino que tan habitual resulta cuando se trata de la esfera pol¨ªtica. Las met¨¢foras que a menudo se escuchan sobre la expansi¨®n de la pandemia hacen referencia a la guerra, la ofensiva, el combate o la resistencia en la lucha contra el coronavirus. Alusiones que nos recuerdan a espacios ocupados y protagonizados mayormente por hombres donde se perpet¨²an los estereotipos de g¨¦nero.
Los estereotipos de g¨¦nero no son m¨¢s que ideas preconcebidas que de forma consciente o inconsciente solemos tener sobre las caracter¨ªsticas, los comportamientos y los roles m¨¢s t¨ªpicos que hombres y mujeres presentan. Estas ideas preconcebidas perfilan a las mujeres como comprensivas, emp¨¢ticas, conciliadoras, mientras que los hombres irrumpen competitivos, retadores, seguros de s¨ª mismos. Aparentemente, los estereotipos masculinos aventajan a los hombres en el terreno pol¨ªtico, sobre todo si se trata de la gesti¨®n de una grave crisis. Para gestionar las grandes crisis se requiere determinaci¨®n, no tener miedo al conflicto y a asumir decisiones arriesgadas y, en circunstancias excepcionales, tener mano dura. Y a esa figura expeditiva que decide bajo presi¨®n tendemos a ponerle una cara o un nombre masculino.
Sin embargo, las consecuencias devastadoras de esta crisis sugieren que para su gesti¨®n no s¨®lo sirve la audacia o los discursos que aluden a la ofensiva contra el virus. Aunque se hable poco de ellas, algunas l¨ªderes de varios pa¨ªses del mundo han tomado decisiones contundentes, pero se han desmarcado de ese discurso beligerante. No les ha faltado arrojo y decisi¨®n a la presidenta de Taiw¨¢n, Tsai Ing-wen; a la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, o a la canciller alemana, Angela Merkel, para implementar medidas inmediatas ante la aparici¨®n de los primeros casos de coronavirus en sus respectivos pa¨ªses. Sin dudas y de forma inmediata. Con declaraciones cristalinas a los medios de comunicaci¨®n desde el primer momento sobre la seriedad de la crisis y la necesidad de implementar medidas dr¨¢sticas. Y sin temblarles la mano a la hora de adoptar disposiciones contra quienes no las acataran. Son adem¨¢s las primeras que empiezan a anunciar la suavizaci¨®n de las medidas de confinamiento en sus respectivos pa¨ªses, transmitiendo un t¨ªmido mensaje de esperanza a la poblaci¨®n.
Las l¨ªderes sorprenden con decisiones pol¨ªticas innovadoras, con gestos solidarios y emp¨¢ticos, tales como la primera ministra de Islandia, Katr¨ªn Jakobsd¨®ttir, que decidi¨® realizar test al conjunto de sus ciudadanos cuando en muchos pa¨ªses europeos los test todav¨ªa se utilizan con cuentagotas. O la primera ministra noruega, Erna Solberg, cuando sali¨® en televisi¨®n para hablarles directamente a los ni?os de su pa¨ªs, organizando una rueda de prensa en la que la presencia de los adultos no estaba permitida. La reciente decisi¨®n de todos los componentes del Gobierno neozeland¨¦s de Jacinda Ardern de bajarse el sueldo un 20% en solidaridad con la actual crisis es otro ejemplo relevante. Se trata de gestos que en medio de la tormenta del coronavirus tienen el potencial de generar una sensaci¨®n de consideraci¨®n y cercan¨ªa a los ciudadanos.
Si hay algo que esta crisis sanitaria nos muestra a diario es que nuestro sistema productivo es fr¨¢gil, que los problemas sociosanitarios tienen relevancia econ¨®mica, que las desigualdades sociales han crecido demasiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, que tenemos que cuidar de nuestro planeta y de los ciudadanos m¨¢s vulnerables. Que el bienestar no se limita a la simple capacidad de consumo, sino que tambi¨¦n tiene una importante dimensi¨®n psicol¨®gica. Es dif¨ªcil vislumbrar la utilidad de elevar el volumen a esa banda sonora agresiva de la guerra contra el coronavirus con tantos problemas sociales por resolver como tienen en la actualidad los l¨ªderes pol¨ªticos de todo el mundo.
En cambio, me convence el estilo de liderazgo de estas mujeres. Un estilo que les conecta en mayor medida con la ciudadan¨ªa para la que gobiernan. Y, lo que es m¨¢s importante, sus decisiones parecen ser m¨¢s eficaces. Y, si no, consulten la evidencia del European Center for Disease Prevention and Control (https://www.ecdc.europa.eu/en/geographical-distribution-2019-ncov-cases). Las cifras de contagios y de defunciones en los pa¨ªses en los que gobiernan mujeres hablan por s¨ª solas. ?Ser¨¢ s¨®lo una coincidencia?
Marta Fraile es cient¨ªfica titular del CSIC-IPP.
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