La validaci¨®n como captura
No todos los sistemas de generaci¨®n de conocimiento son ciencia, no todos los movimientos de mujeres son feminismo ni toda manifestaci¨®n po¨¦tica es literatura
Las narrativas sobre la realidad de la pandemia se han vuelto tan densas que me siento imposibilitada de hacer un an¨¢lisis medianamente estructurado de los efectos que tendr¨¢ todo lo que est¨¢ sucediendo. Me he expuesto a demasiados est¨ªmulos informativos y de an¨¢lisis que plantean argumentos en el contexto de la pandemia sobre temas variados: la econom¨ªa, la bio¨¦tica, los sistemas de salud, el impacto de la cuarentena en la salud mental, la desigualdad estructural y sus consecuencias e incluso an¨¢lisis interesantes sobre el uso de las noticias falsas. Las discusiones sobre si los efectos de esta pandemia declarar¨¢n el fin del capitalismo o su renacimiento con mayor fuerza ocupan una buena parte de las discusiones que se est¨¢n planteando en diferentes c¨ªrculos virtuales de an¨¢lisis. Confieso que me faltan elementos para sacar conclusiones que puedan guiarme en medio de la lluvia de argumentos y generar despu¨¦s un diagn¨®stico que me permita pensar siquiera en tomar posturas m¨¢s o menos definidas. En medio de todo ese contenido, me interesan particularmente los efectos y las respuestas que se gestan desde los pueblos ind¨ªgenas ante la pandemia. En busca de esta informaci¨®n me encontr¨¦ tambi¨¦n con un fen¨®meno particular pero ya conocido: en distintos espacios virtuales los conocimientos sobre el cuerpo y la salud que se han generado desde los pueblos ind¨ªgenas se narran como alternativas posibles para enfrentar e incluso ¡°curar¡± la covid-19 hasta extremos de personas que explican los rituales mediante los cuales la ¡°ciencia tolteca¡± puede crear una especie de escudo protector contra el coronavirus. Del otro lado, como una reacci¨®n f¨¢cilmente predecible, se encuentran las descalificaciones que plantean que los conocimientos de los pueblos ind¨ªgenas sobre el cuerpo y la salud son del todo in¨²tiles, propios de gente cr¨¦dula e ignorante, y que s¨®lo el conocimiento cient¨ªfico puede hacer frente a la pandemia.
Estas discusiones no son nuevas, ciertamente, y me recuerdan la imposibilidad constante de traducir entre distintos sistemas de conocimiento y de validaci¨®n. El sistema mixe de producci¨®n y socializaci¨®n del conocimiento tiene sus propios espacios y mecanismos, as¨ª como el sistema de producci¨®n de conocimientos cient¨ªficos tiene sus propios espacios y mecanismos sociales de producci¨®n, se realiza en determinadas lenguas, se valida mediante un sistema de evaluaci¨®n entre pares, se produce en instituciones determinadas, se valida con premios y publicaciones en revistas especializadas; todo esto no escapa a condiciones hist¨®ricas definidas, a cuestiones ¨¦ticas, ni a un sistema econ¨®mico, social y cultural determinado. El esc¨¢ndalo que desat¨® la declaraci¨®n de m¨¦dicos franceses sobre la idea de probar la vacuna para la covid-19 en el continente africano nos hace volver a plantear preguntas sobre la relaci¨®n hist¨®rica entre el colonialismo y la producci¨®n cient¨ªfica, por mencionar un ejemplo. ?Cu¨¢nto del conocimiento cient¨ªfico no se ha generado sobre la explotaci¨®n colonial? La ciencia como sistema de generaci¨®n de conocimiento es uno entre los m¨²ltiples que existen en el mundo y, al igual que el sistema mixe de generaci¨®n de conocimientos, est¨¢ sujeto a la historia, a la econom¨ªa y a las din¨¢micas culturales y sociales de los contextos en los que se desarrolla. El bi¨®logo C¨¦sar Carrillo Trueba ha explicado que, desde la tradici¨®n occidental, la relaci¨®n con otros sistemas de generaci¨®n de conocimientos se puede establecer desde tres posibles acercamientos: mediante el desprecio, mediante la idealizaci¨®n o mediante la validaci¨®n. El abierto desprecio es f¨¢cilmente detectable, dir¨ªa que estoy casi acostumbrada a que el sistema de conocimientos mixe sobre el cuerpo y sobre el mundo sean homologados discursivamente a simple charlataner¨ªa o ignorancia. En contra parte, Carrillo Trueba hace evidente c¨®mo la idealizaci¨®n es la otra cara de la moneda del desprecio, desde esta postura se hace una b¨²squeda de una sabidur¨ªa esencial en los sistemas de conocimiento de los pueblos ind¨ªgenas que son opuestos a la malvada ciencia occidental mientras que la medicina tradicional de nuestras comunidades es presentada como conocimiento puro, primigenio y natural quit¨¢ndoles as¨ª toda historicidad y complejidad. Las posturas idealizadoras s¨®lo refuerzan la idea del ¡°buen salvaje¡± sabio y, en muchos casos, generan din¨¢micas de extractivismo y apropiaci¨®n cultural indebida.
Adem¨¢s del desprecio y la idealizaci¨®n, la validaci¨®n me parece uno de los mecanismos m¨¢s peligrosos por imperceptible o aparentemente bien intencionado. Carrillo Trueba explica como se valida cierto conocimiento de otras tradiciones fragmentando todo el sistema y s¨®lo aceptando una parte de ese conocimiento como v¨¢lido. La validaci¨®n se trata de un fen¨®meno complejo que no replicar¨¦ aqu¨ª y que Carrillo Trueba ha explicado muy bien, quisiera m¨¢s bien centrarme en la operaci¨®n ling¨¹¨ªstica que me parece parte importante de la validaci¨®n, el acto de nombrar. Mientras un amigo explicaba en un foro el funcionamiento de ciertas yerbas para la cura de la fiebre en la tradici¨®n mixe, un profesor lo interrumpi¨® diciendo que aquello era ciencia, ¡°ciencia mixe¡± dijo orgullosamente. ¡°No es ciencia y est¨¢ bien que no lo sea¡± pens¨¦ en responder. El sistema mixe de generaci¨®n del conocimiento no funciona socialmente como el sistema cient¨ªfico, no tenemos revistas indexadas ni premios especializados, nadie cuenta cu¨¢ntas veces es citado un art¨ªculo para medir su impacto ni hay que negociar con empresas para financiar investigaciones espec¨ªficas, por mencionar algunos elementos. La validaci¨®n opera desde el reconocimiento ling¨¹¨ªstico cuando se nombra, y se acepta as¨ª, como ¡°ciencia¡±, un conocimiento que se ha generado en un sistema distinto. Este reconocimiento tiene una idea impl¨ªcita, que el conocimiento cient¨ªfico es superior por esencia y que reconocer como ciencia conocimientos generados en sistemas culturalmente diferentes es elevarlos de rango. Llamar ¡°ciencia¡± al conocimiento generado dentro de un sistema distinto implica jerarquizar los sistemas de conocimiento colocando la ciencia occidental en el lugar m¨¢s prominente. La validaci¨®n evidencia c¨®mo occidente se niega a ocupar su lugar en el mundo de la diversidad de sistemas de conocimiento de una manera igualitaria, al menos, narrativamente hablando para comenzar.
Esta misma operaci¨®n de validar desde el nombre sucede con otros fen¨®menos. En el mundo existen diversos y m¨²ltiples movimientos de mujeres, cada lucha de las mujeres corresponde a sus contextos, retos y necesidades, cada movimiento presenta sus propias demandas o anhelos prioritarios y ¨¦stos se plantean y discuten en m¨²ltiples lenguas contrastantes entre s¨ª. En algunos casos una prioridad que se plantea puede ser el reconocimiento de las mujeres como posesionarias titulares de tierra comunal, en otro caso puede ser la despenalizaci¨®n del aborto o en otro caso, como lo explica la polit¨®loga k¡¯iche¡¯ Gladys Tzul en una extraordinaria entrevista, los anhelos de las mujeres se puede centrar en la posibilidad de leer e interpretar el Cor¨¢n en clave femenina. Las prioridades de cada una de las luchas de las mujeres se establecen de manera distinta. Sobre la diversidad del movimiento de mujeres opera tambi¨¦n la validaci¨®n cuando a toda lucha de las mujeres se le nombra feminismo. La lucha de las mujeres de mi comunidad cuya principal demanda en estos momentos es el acceso a un bien fundamental comunitario como lo es el manantial del que hemos bebido siempre no es feminismo y est¨¢ bien que no lo sea, nuestra lucha no ha abrevado de los textos del feminismo ni se ha organizado por olas. Esto de ninguna manera debe leerse como una postura antifeminista. Se trata de reconocer que, as¨ª como la ciencia es un sistema de conocimiento particular entre los distintos sistemas de conocimiento en el mundo, el feminismo es uno de los muchos movimientos de mujeres que existen en el mundo y que para poder dialogar en igualdad es necesario comenzar desde el acto de nombrar. La validaci¨®n desde el nombre evidencia una relaci¨®n de poder: una parte tiene la capacidad para legitimar mediante una etiqueta, en su propio sistema, la validez de la otra parte.
Esta validaci¨®n sucede tambi¨¦n en otros fen¨®menos aparentemente alejados. Todas las lenguas del mundo ejercen la funci¨®n po¨¦tica del lenguaje, la lengua cotidiana en ciertas circunstancias toma otras formas y crea un tiempo ling¨¹¨ªstico extraordinario en donde las palabras crean un efecto est¨¦tico. En la tradici¨®n mixe, la funci¨®n po¨¦tica se halla relacionada con el ritual y es en ese momento en el que se ejerce preponderantemente. A estas manifestaciones propias de lo po¨¦tico se les nombra literatura en muchas ocasiones ejerciendo as¨ª, una vez m¨¢s, un acto de validaci¨®n ling¨¹¨ªstico. La literatura es una manifestaci¨®n espec¨ªfica de la funci¨®n po¨¦tica del lenguaje que se inscribe dentro de un sistema determinando con editoriales, objetos llamados libros que se venden en tiendas, rituales como las presentaciones de libros o sistemas de validaci¨®n como los premios literarios y las becas de creaci¨®n. La tradici¨®n po¨¦tica mixe tienes sus propios sistemas de creaci¨®n y funcionamiento. Los cantos cham¨¢nicos tseltales, los rezos mixes, los libanas zapotecos forman parte de tradiciones po¨¦ticas no literarias. En el mundo de las manifestaciones po¨¦ticas, la literatura es s¨®lo un ejemplo concreto desde el cual no es necesario validar a las dem¨¢s.
Tambi¨¦n hay que considerar que los distintos sistemas de conocimiento del mundo, los distintos movimientos de las mujeres y las diferentes manifestaciones po¨¦ticas se influyen entre s¨ª, son sistemas abiertos a la interacci¨®n; sin embargo, no podemos obviar el colonialismo que atraviesa estas relaciones y que explican los fen¨®menos de validaci¨®n desde el nombre. No todos los sistemas de generaci¨®n de conocimiento son ciencia, no todos los movimientos de mujeres son feminismo ni toda manifestaci¨®n po¨¦tica es literatura. No es necesaria esa validaci¨®n que oculta la diversidad de modos de ser y de hacer. Para intentar un acercamiento equilibrado, es importante insertar la tradici¨®n occidental dentro de la multiplicidad del mundo: la ciencia como uno de los sistemas de generaci¨®n de conocimiento, el feminismo como uno de los muchos movimientos de mujeres en el mundo y la literatura como una de las manifestaciones de la funci¨®n po¨¦tica del lenguaje entre muchas otras. Una entre otras; uno, entre otros. Tal vez de este modo el conocimiento y las manifestaciones de la tradici¨®n occidental dejen de ser utilizados como sin¨®nimos de conocimiento universal, un supuesto conocimiento universal que contrasta con las dem¨¢s manifestaciones a las que se les acusa de localidad. Todo conocimiento, incluyendo el occidental, es local, pues est¨¢ situado en sus circunstancias hist¨®ricas, sociales y culturales espec¨ªficas y cada uno responde a las necesidades y experiencias propias de las sociedades que las desarrollaron. Cancelar la validaci¨®n al nombrar puede ser un buen comienzo para intentar descifrar los c¨®digos que ayuden a transitar entre tradiciones diversas y podamos, tal vez, desde distintos lugares, preguntarnos qu¨¦ herramientas tenemos desde m¨²ltiples tradiciones para enfrentar todo lo que esa pandemia trae en los muy diversos aspectos de la existencia humana. Herramientas diversas para tratar de entender esta situaci¨®n tan densa en la que ahora nos encontramos. M¨²ltiples ojos para una mejor lectura del mundo.
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