Libertad condicional
La confinaci¨®n de los mayores se justificar¨ªa por su mayor tasa de mortalidad. Pero ese argumento no es v¨¢lido
En mi ¨²ltima columna asoci¨¦ la mayor incidencia del virus en Espa?a e Italia al bloqueo de la emancipaci¨®n juvenil, dada la convivencia de los j¨®venes con sus familias hasta edad muy tard¨ªa. Pero eso no pasa en B¨¦lgica ni Francia, que presentan cifras catastr¨®ficas, pese a que los j¨®venes se emancipan temprano: ?ser¨¢ por latinos o cat¨®licos? He aqu¨ª otra hip¨®tesis, esta vez m¨¢s pol¨ªtica que social: la incidencia del virus correlaciona con el grado de confrontaci¨®n pol¨ªtica y territorial. Donde la conflictividad es cr¨ªtica, como en B¨¦lgica (Flandes), Espa?a (el PP, Catalu?a), Italia (la Lega lombarda), Francia (RN, gilets jaunes) o incluso EE UU (Trump), el virus encuentra terreno propicio por la falta de cooperaci¨®n entre las autoridades. En cambio, en los pa¨ªses consociativos como Alemania y los n¨®rdicos, donde no hay conflicto pol¨ªtico ni territorial, la pandemia ha sido controlada con ejemplar consenso c¨ªvico. De modo que la cultura pol¨ªtica de cada pa¨ªs importa. Veamos otro efecto perverso de este mismo factor.
El respeto a la libertad individual es un requisito fundamental de la democracia. Pero las autoridades latinas desconf¨ªan del civismo de la ciudadan¨ªa, y por eso han suspendido nuestras libertades hasta extremos inaceptables en el resto de Europa. Esto parec¨ªa justificado cuando la curva crec¨ªa sin ning¨²n freno, pero ahora que la pandemia ya est¨¢ bajo control, porf¨ªan en prolongar nuestro confinamiento manteni¨¦ndonos sine die en arresto domiciliario. Y a la hora de concedernos peque?as dosis de libertad condicional, nos segregan y discriminan por edades: los ni?os, primero, y despu¨¦s ya se ver¨¢. El alcalde de Buenos Aires ha decretado que los mayores de 70 a?os no podr¨¢n salir ni al supermercado a no ser que obtengan un permiso oficial. Tambi¨¦n el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, anunci¨® que prohibir¨ªa la liberaci¨®n temprana de los mayores, aunque luego rectific¨®: ser¨¢ una recomendaci¨®n, no una prohibici¨®n. Y entre nosotros tambi¨¦n se amenaz¨® con mantener el confinamiento de los mayores (a pesar de que mueren como moscas en su encierro residencial), aunque el s¨¢bado Fernando Sim¨®n tambi¨¦n pareci¨® dispuesto a rectificar.
?Qu¨¦ derecho tienen a recortar nuestra libertad? La confinaci¨®n de los mayores se justificar¨ªa por su mayor tasa de mortalidad. Pero ese argumento no es v¨¢lido. Como demostr¨® John Stuart Mill, ¡°la ¨²nica finalidad por la que el poder puede ejercerse sobre un ciudadano contra su voluntad es evitar que perjudique a los dem¨¢s¡±. As¨ª que s¨®lo se podr¨ªa limitar la libertad de los sujetos con mayor poder de contagio, que parecen ser los adultos de 20 a 45 a?os. Pero no de los mayores de 70, cuya capacidad de contagio es m¨ªnima. Y sobre todo, no se puede recortar la libertad por padecer mayor mortalidad, pues, de ser as¨ª, tambi¨¦n habr¨ªa que prolongar el confinamiento de los varones. As¨ª que, por favor, conc¨¦dannos ya la libertad condicional. No vaya a ser que cuando por fin nos liberen ya sea demasiado tarde.
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