El d¨ªa despu¨¦s
Es esencial un planteamiento estrat¨¦gico y prudente contra la pandemia
Seguro que algunos lectores recordar¨¢n la simulaci¨®n que publicaba The Wall Street Journal para explicar el ¡°problema¡± del confinamiento. En el momento en el que ¡°cierras compuertas¡± evitas nuevos contagios y muchas personas superan la enfermedad. Sin embargo, cuando vuelves a abrirlas y se ¡°normaliza¡± la actividad, mientras quede un solo portador del virus, la din¨¢mica exponencial de contagios se puede volver a reproducir con facilidad.
Las medidas radicales y necesarias de confinamiento social impuestas por el Gobierno est¨¢n empezando a tener efecto. El confinamiento est¨¢ sirviendo para ¡°aplanar la curva de contagios¡± y ganar tiempo para prepararnos para un largo (?quiz¨¢s permanente?) periodo de transici¨®n hacia el mundo que viene. Pero, no para extinguir la pandemia.
Para vencer definitivamente al virus hoy tenemos dos opciones: o lograr una vacuna, o llegar a un punto en el que una buena parte de la poblaci¨®n ya no sea susceptible de ser contagiada. En los modelos sencillos que usan los epidemi¨®logos, la capacidad de contagio del virus va disminuyendo a medida que avanza la pandemia. Con cada nuevo contagio, quedan menos personas por contagiar (ya sea porque han fallecido o porque ya han pasado la enfermedad), hasta que llega un momento en el que la tasa reproductiva del virus es inferior a uno y puedes cantar victoria.
Las medidas radicales y necesarias de confinamiento social impuestas por el Gobierno est¨¢n empezando a tener efecto
En Espa?a, a pesar de la gigantesca incertidumbre, lo que indican las diferentes estimaciones es que es probable que tengamos un n¨²mero suficientemente alto de portadores como para que sea dif¨ªcil evitar un rebrote de contagios, y, al mismo tiempo, un n¨²mero suficientemente peque?o de contagiados como para que todav¨ªa quede mucho camino por recorrer en la evoluci¨®n de la pandemia.
Si eso es cierto, cuando ¡°abramos las compuertas¡±, habremos salvado muchas vidas temporalmente, pero nos encontraremos en una situaci¨®n similar a la del d¨ªa en que las cerramos: seguir¨¢ habiendo un n¨²mero similar de personas susceptibles de ser contagiadas como antes del cierre.
Es esencial un planteamiento estrat¨¦gico y prudente contra la pandemia. Debemos estar preparados para un escenario ¡ªojal¨¢ pesimista¡ª en el que m¨¢s que a un pico, nos enfrentamos a una cordillera de contagios. En ese mundo, los retos para alcanzar un nuevo equilibrio en el que se ¡°normalice¡± la actividad ser¨¢n enormes, requiriendo la utilizaci¨®n masiva de datos, una alta efectividad en la planificaci¨®n social y, probablemente, parones intermitentes de la actividad.
Evidentemente, ese escenario tiene importantes implicaciones econ¨®micas. El consenso en las proyecciones a d¨ªa de hoy ¡ªincluido el FMI que estima una ca¨ªda del PIB del 8% para Espa?a, aunque considera escenarios peores¡ª es que esto es una cuesti¨®n de muy pocos meses, con un impacto brutal, pero acotado en el tiempo y por tanto manejable. En cuanto se levanten las restricciones m¨¢s radicales, la recuperaci¨®n comenzar¨ªa a principios del verano.
Sin embargo, existe un escenario alternativo que no debemos ignorar. Las diferentes estimaciones en Espa?a, Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, dicen que durante el periodo de confinamiento se va a perder entre el 30 y el 40% de la actividad. Eso significa que cada mes que pasamos en confinamiento, el PIB se contrae entre un 2.5 y 3.5%.
Los esfuerzos que hagamos ahora para adaptarnos lo mejor posible a una ¡°econom¨ªa de bajo contacto¡± ser¨¢n claves
En un escenario en el que nos pasamos dos meses (marzo y abril) al 70% de actividad, dos meses m¨¢s al 80% (mayo y junio) y dos meses m¨¢s al 90% (julio y agosto) la ca¨ªda del PIB de 2020 ser¨ªa cercana del 10%. Eso es asumiendo que en verano ¡ªdonde la principal actividad econ¨®mica es el turismo¡ª funcionamos casi a pleno rendimiento y que a partir de septiembre estar¨ªamos cerca del 100% de actividad.
Ese no parece un escenario particularmente pesimista, si pensamos en c¨®mo ser¨¢n nuestras decisiones de consumo o inversi¨®n (piensen en compras de autom¨®viles, neveras o transacciones inmobiliarias) o c¨®mo puede afectar la evoluci¨®n tard¨ªa de la pandemia en EE UU a la econom¨ªa global hasta que logremos tener la vacuna. De hecho, el consenso epidemiol¨®gico considera que el distanciamiento continuar¨¢ muy probablemente al menos hasta final de a?o. En ese escenario la normalizaci¨®n de la actividad econ¨®mica no llegar¨ªa hasta 2021 y la ca¨ªda del PIB estar¨ªa m¨¢s cerca del -15% que del -10% .
En t¨¦rminos de pol¨ªtica econ¨®mica no es lo mismo prepararse para un escenario de recesi¨®n del -6 o -8% que a una ca¨ªda mucho m¨¢s pronunciada de casi el doble. Hasta ahora la estrategia de los gobiernos ha sido ofrecer avales para que los bancos siguieran prestando a las empresas y asumir una parte del coste salarial de los empleados y de los colectivos m¨¢s vulnerables. Sin embargo, si se prolonga el distanciamiento social y un nivel de actividad deprimida, algunas empresas que al principio ten¨ªan un problema de liquidez, con la enorme deuda acumulada, empezar¨¢n a tener problemas de viabilidad. En ese mundo ser¨¢ inevitable tambi¨¦n pensar en planificar una reasignaci¨®n significativa de trabajadores hacia nuevos sectores, m¨¢s compatibles con una ¡°econom¨ªa de bajo contacto¡±.
La probabilidad de que terminemos m¨¢s cerca de un escenario con da?os temporales u otro donde se destruye mucho m¨¢s capital f¨ªsico y humano ser¨¢ funci¨®n de los esfuerzos que hagamos ahora para adaptarnos lo mejor posible a una ¡°econom¨ªa de bajo contacto¡±.
Eso implicar¨¢, por una parte, acceder a mucha m¨¢s informaci¨®n sobre los contagios de la que tenemos ahora, con tests masivos, geolocalizaci¨®n y trazabilidad de los contactos, como explic¨¢bamos recientemente, en una publicaci¨®n de EsadeEcPol. Y tambi¨¦n, grandes dosis de ingenier¨ªa social y de pol¨ªticas micro en muchos ¨¢mbitos; desde las frecuencias de transporte, a los horarios de trabajo, o hasta los espacios necesarios para poder seguir yendo a restaurantes sin contagiarnos. La concienciaci¨®n de la ciudadan¨ªa, ser¨¢ clave para tener ¨¦xito. Y tambi¨¦n el rol del Gobierno en manejar las expectativas para el d¨ªa despu¨¦s.
Toni Rold¨¢n es director de EsadeEcPol, Center for Economic Policy and Political Economy.
Jorge Galindo es director de Econom¨ªa pol¨ªtica en EsadeEcPol.
Antonio Garc¨ªa Pascual es miembro del International Board, EsadeEcPo.
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