Espa?a no es Twitter
Jos¨¦ Mari Calleja era bueno y valiente y sensato. Y hubiera disfrutado al leer la mucha sensatez que se desprende de todas las encuestas publicadas estos d¨ªas en los medios
Terminaba ayer este art¨ªculo, cuando la confirmaci¨®n de la muerte por coronavirus de Jos¨¦ Mari Calleja convirti¨® todo lo que escrib¨ªa en irrelevante. ¡°Hoy solo nos queda llorar mucho juntos, aunque sea en la distancia¡±, me escribi¨® un amigo, y pens¨¦ en sus hijos y en su pareja y en toda su familia, en lo que representa para ellos este llorar en la distancia. Lo hemos contado mucho en todos los medios de comunicaci¨®n, pero llega el momento en que le pones cara a ese duelo en la distancia, la cara de mi amigo Javier despidiendo a su hermana, la de mi amigo Alberto despidiendo a su madre.
Calleja era bueno y valiente y sensato. Y hubiera disfrutado al leer la mucha sensatez que se desprende de todas las encuestas publicadas estos d¨ªas, que fue lo que se me vino a la cabeza cuando pens¨¦ que ya nunca podr¨ªa comentarlas en la SER.
Encuestas de peri¨®dicos ¡ªEL PA?S, Abc, El Mundo¡ª y bar¨®metro del CIS ¡ªs¨ª, siempre hay interesant¨ªsima informaci¨®n en las encuestas del CIS, pese a Tezanos¡ª. En todas ellas se adivina una sociedad mucho m¨¢s consciente de la gravedad y de la verdad del momento que vivimos de lo que creen los hiperventilados.
El error de pensar que Espa?a son las redes sociales ya lo pag¨® Podemos en el a?o 2016. Ahora, los ultras de Vox, y los m¨¢s excitados del PP, han podido comprobar que la viralizaci¨®n verdadera es la de cada d¨ªa a las ocho de la tarde, la que parece reunir a los espa?oles en torno a dos o tres certezas: esto es muy gordo, p¨®nganse de acuerdo en c¨®mo salir de esta cat¨¢strofe y no recorten ni un euro, sino que restituyan lo recortado a los servicios p¨²blicos esenciales. Ahora es la Sanidad, pero enseguida ser¨¢ la Educaci¨®n, que tendr¨¢ que adaptarse a marchas forzadas a la ense?anza online y, por supuesto, hablemos de c¨®mo atender decentemente a nuestros mayores. Pero, tambi¨¦n, escuchen y ayuden a nuestras empresas para que mantengan un empleo digno y no se olviden de los que se quedan al margen de cualquier cuneta.
La brutalidad de una parte de la oposici¨®n no exime al Gobierno de liderar este proceso con vocaci¨®n integradora. Si hay que resetearlo todo, hag¨¢moslo a la altura de tantas mujeres y hombres buenos, valientes y sensatos.
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