M¨¢s, o menos pol¨ªtica
La pandemia dejar¨¢ grabado a fuego en nuestras sociedades la necesidad de una sanidad universal y suficientemente dotada de recursos. Si no por justicia social, por ego¨ªsmo
La pandemia nos est¨¢ dejando dos impresiones aparentemente contradictorias: la impotencia de la pol¨ªtica y la necesidad de m¨¢s pol¨ªtica. Nunca hab¨ªamos visto a l¨ªderes de todo el mundo trastabillar tanto y, a la vez, equivocarse, rectificar y decirle a su poblaci¨®n que no pueden garantizar qu¨¦ clase de vida van a poder llevar dentro de tres meses. Boris Johnson ha vivido sus vaivenes en carne propia, todos lo est¨¢n sufriendo en las cifras dram¨¢ticas de muertos y contagiados, mientras la econom¨ªa se queda sin posibles comparaciones hist¨®ricas. No eran tan poderosos, ni ellos, ni las potencias declinantes o emergentes, ni los mercados financieros. En pa¨ªses muy politizados, como el nuestro, la pol¨ªtica de los partidos y toda la escandalera que habitualmente la acompa?a, ha quedado reducida a su m¨ªnima dimensi¨®n. Lo que durante a?os ha ocupado horas y horas de radio y televisi¨®n, p¨¢ginas y p¨¢ginas de peri¨®dicos, parece hoy un juego liviano, menor, nada, enfrentados como estamos a la vida, la muerte y los cambios en nuestra manera de vivir; cambios que todav¨ªa nadie sabe precisar con rigor. Quiz¨¢s haya pronto una vacuna y eso permita que la vuelta a cierta normalidad sea r¨¢pida. Pero quiz¨¢s no sea as¨ª. Para esa incertidumbre nadie tiene respuesta. Ni los cient¨ªficos, en los que tenemos depositada ahora toda nuestra esperanza.
Y sin embargo, si algo deja al descubierto esta vulnerabilidad global, es la necesidad de que la pol¨ªtica recupere autonom¨ªa y fije las prioridades para la salud y la seguridad comunes. Que nadie se enga?e, la pandemia, dure lo que dure, dejar¨¢ grabado a fuego en nuestras sociedades la necesidad de una sanidad universal y suficientemente dotada de recursos. Si no por justicia social, por ego¨ªsmo. Frente a este coronavirus, no sirve que unos pocos se salven, o nos salvamos todos o el peligro del contagio seguir¨¢ ah¨ª, amenazante. Y dejar¨¢ grabado a fuego tambi¨¦n que solo el mercado no puede decidir qu¨¦ se produce y d¨®nde se produce. Los famosos, sucesivos e in¨²tiles ¡°proyecto de pa¨ªs¡± que nos han vendido campa?a electoral tras campa?a electoral nos han dejado varados en esta esquina rica del mundo, esperando a que nos?llegaran mascarillas chinas y pruebas r¨¢pidas de diagn¨®stico. Y no impidieron que en Espa?a nos estallara la burbuja de la construcci¨®n, y ahora la del turismo, sin tener plan B. @PepaBueno
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