¡°Apocalipsis now¡±: Evitable
Inolvidable la tremenda escena. La ¡°Cabalgata de las Valquirias¡±, de Wagner, a todo volumen desde los helic¨®pteros estadounidenses arrasando con una aldea vietnamita. Paisajes hermosos, surf en el r¨ªo; y un ataque brutal en el que ametrallan hasta a una escuela. Apocalipsis Now, Coppola, 1979.
Con las analog¨ªas b¨¦licas de algunos sobre ¡°la guerra¡± contra la covid-19, imposible no evocar a Coppola. No hay bombardeos, pero si un ¡°combo¡± explosivo mientras se limpia el clima del planeta: pandemia global que ya mat¨® a m¨¢s de 228.000; recesi¨®n despegando; tentaciones autoritarias por doquier (Bolsonaro, Duterte, Orban, etc.). Piezas que albergan semejanzas al siglo pasado luego de la Gran Depresi¨®n del 29: nutrieron el fascismo, el nazismo, el militarismo expansionista nip¨®n y llevaron a la Segunda Guerra Mundial. Con 100 millones de muertos y dem¨¢s consecuencias lacerantes conocidas.
Latinoam¨¦rica no entra a esta crisis con buen pie; 2019 convulsionado con el que se cerraba un quinquenio de desempe?o econ¨®mico ¡°decepcionante¡±, en palabras del reciente informe del Banco Mundial sobre la covid-19. Ya se estaba, pues, en problemas serios. La brecha entre la realidad y las expectativas cubri¨® la regi¨®n de inestabilidad. ?Y ahora? Pron¨®stico, al menos, ¡°reservado¡±.
Hay, sin embargo, elementos para esperar que no marchamos ineluctablemente a la cat¨¢strofe y a un ¡°gran desorden bajo los cielos¡± generalizado. Destaco cuatro sin referirme a un tema de fondo como es el de la expectativa de todos por ¡°la¡± vacuna, a¨²n inasible, que, esperemos, llegue pronto.
Primero, con algunas excepciones, en la mayor parte de pa¨ªses los Estados han asumido protagonismo y pasado a la acci¨®n. Con cuarentenas y decisiones inc¨®modas que est¨¢n recibiendo, por lo general, aceptaci¨®n entre la gente; e intervenci¨®n directa del Estado con el uso masivo de recursos fiscales.
La Uni¨®n Europea, en medio de sus tremendas tensiones internas, parece dar se?ales de que no dejar¨¢ las cosas a la deriva. El Banco Mundial en su informe reci¨¦n publicado ya anuncia un papel activo de los Estados que, incluso, tendr¨¢n ¡°que asumir participaciones de propiedad de empresas estrat¨¦gicas¡o¡recapitalizar bancos y absorber los activos no productivos¡±.
Condiciones, entonces, para que la recesi¨®n en marcha sea enfrentada con herramientas m¨¢s cercanas al new deal de Roosevelt que al laissez faire o al de una institucionalidad neofascista. Y as¨ª, en casi todo el planeta urgido para poner de lado la tesis ¨Csacrosanta para algunos- del Estado ¡°m¨ªnimo¡±.
Segundo, la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y los ¡°todopoderosos¡± algoritmos. Que han generado herramientas t¨¦cnicas de vigilancia inform¨¢tica que har¨ªan las delicias de las obsoletas tecnolog¨ªas de la SS, la KGB o la Stasi. Y que generan en muchos, como Noah Harari, grandes preocupaciones sobre su posible uso autoritario. Pero esa tecnolog¨ªa es ambivalente.
Sirve de herramienta, primero, para que la gente pueda informarse mucho mejor que nunca en el pasado, pese a todas las distorsiones de las fake news o de los medios de comunicaci¨®n tradicionales sensacionalistas y distorsionadores. Y, segundo, para relacionarse y ponerse en intercomunicaci¨®n entre s¨ª; y de all¨ª poder pasar a la acci¨®n. Millones de personas pueden ser convocadas en pocos minutos frente a zarpazos autoritarios.
Tercero, la vitalidad ¨Cen medio de todo- de algunos espacios multilaterales. Acosados por caudillos unilateralistas como Trump, el multilateralismo parecer¨ªa una ¡°especie en extinci¨®n¡±. Sin embargo, en circunstancias l¨ªmite, como las de la pandemia actual, recobra iniciativa y vitalidad; y, en especial, legitimidad y capacidad de convocatoria. Son varios los espacios multilaterales cuya legitimidad revive. Dos ejemplos:
La OMS, su legitimidad y capacidad de convocatoria en la mayor¨ªa de pa¨ªses, sociedades y l¨ªderes globales: impulso de acciones globales concretas frente a los efectos de la pandemia. El otro, la vigorizaci¨®n de espacios multilaterales que ven¨ªan desmoron¨¢ndose. Los liderazgos de Merkel y Macron en la descuajeringada Uni¨®n Europea, por ejemplo, est¨¢n pugnando por oxigenar y flexibilizar anquilosadas ortodoxias frente al efecto de la crisis en pa¨ªses como Italia o Espa?a.
Cuarto, una globalizaci¨®n que en sus modalidades actuales podr¨ªan estar cerrando un ciclo, pero que podr¨ªa apuntar a una reorientaci¨®n revitalizadora. Macron ¨Cy ya no solo ambientalistas radicales- convoca desde Francia a cambios profundos en la naturaleza de la globalizaci¨®n. Apunta a un ciclo renovado e indispensable para enfrentar la recesi¨®n que est¨¢ empezando.
Pero una globalizaci¨®n re-conceptualizada: que no sea un espacio ¡°sin fronteras¡± para el comercio y la inversi¨®n como ¨²nica variable de ¡°¨¦xito¡±; sino que haga de la gente y del enfrentamiento a la desigualdad un prop¨®sito tambi¨¦n medular. Un objetivo central en la agenda global que le dificultar¨ªa mucho las cosas a ¨¦mulos actuales de autoritarismos que en la pasada Gran Recesi¨®n ¨Cla de los treinta- fueron grandes aprovechadores.
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