La importancia del mantel en la nueva normalidad
Las cenas y comidas en casa invitan a mimar la decoraci¨®n de la mesa. Un grito de ¡°?me importas!¡± para quienes se sientan en ella.
Con la llegada de la nueva normalidad, que, dadas las restricciones administrativas y sanitarias y estando todos m¨¢s tiesos que la mojama, se adivina casera, habr¨¢ menos restaurante y m¨¢s cenas en casa. Y por supuesto, que no falte, una mesa bonita. Desde hace unos a?os, la mesa est¨¢ de moda. Muy de moda. El boom del arte de la mesa tiene mucho que ver con la crisis de 2008, que nos dej¨® sin dinero para comer fuera, pero est¨¢ tambi¨¦n relacionada ¡ªy mucho¡ª con las redes sociales y, especialmente, el auge de Instagram. Antes tu mesa la ve¨ªa solo el que estaba en tu casa, ahora que todo se expone en la plaza p¨²blica nadie quiere ense?ar sus verg¨¹enzas y quien m¨¢s quien menos hace sus pinitos colocando flores y alternando vasos de distintos colores.
Pero m¨¢s all¨¢ del efecto ¡°mi detergente lava m¨¢s blanco que el de mi vecina¡±, hemos redescubierto el verdadero placer de la belleza. Aunque sea en la versi¨®n ef¨ªmera de una simple mesa bien puesta.
Por bien puesta no me refiero a manteles de hilo almidonados ni la plata de Downton Abbey, sino simplemente a una combinaci¨®n de colores visualmente agradable y una colocaci¨®n de elementos con un buen ritmo. Valen una s¨¢bana blanca bien planchada y una fila de vasos con esas flores amarillas silvestres que ahora han aparecido por todas partes. O una sopera de loza blanca llena de br¨®coli y rabanitos a modo de decorativo centro de mesa. Con la mayor¨ªa de las florister¨ªas cerradas o bajo m¨ªnimos, son las fruter¨ªas y las cunetas de las carreteras las que nos ofrecen elementos decorativos alternativos.
Practica el arte de poner una mesa con lo que tienes, las posibilidades son casi infinitas. Poner una mesa es una forma de expresi¨®n, es colocar como a ti te gusta las cosas que a ti te gustan. Tres platos blancos alternados con otros tres que te trajiste de un viaje. Ya nadie compra vajillas de 12 comensales, ahora reina el mix & match: mezclar y combinar. La mesa no deja de ser una forma de decoraci¨®n ef¨ªmera: no todos los d¨ªas puedes cambiar el color de la pared o la tapicer¨ªa del sof¨¢, pero s¨ª el centro o el color de una servilleta. Hay que arriesgar. Unos d¨ªas se acertar¨¢ y otros la combinaci¨®n de un mantel estampado con animal print, servilletas fucsia y vajillas de flores requerir¨¢ de una ronda de gelocatiles como postre, pero, ?eh!, ?que no es cosa de un d¨ªa convertirse en la Chiara Ferragni de las mesas!
Verde y blanco siempre funciona, y a falta de flores, las velas de colores, que tienen un impresionante poder transformador. Si todo falla, usar como mantel una tela estampada de tapicer¨ªa suele ser un buen truco. Incluso una s¨¢bana ilustrada. Tambi¨¦n dejar que los ni?os den rienda suelta al rotulador sobre una loneta blanca puede tener su gracia. Nunca se sabe si hay un Jackson Pollock en potencia en casa. Hay que aprender a disfrutar de poner una mesa bonita, no solo por uno mismo, sino porque nada grita ¡°?me importas!¡± tan alto como recibir a alguien con mimo y cuidado.
De las pocas cosas buenas que nos ha tra¨ªdo esta tragedia, es haber redescubierto nuestras casas como refugios. Como hogares. El segundo paso de la desescalada es acoger en ellos a nuestros familiares y amigos en torno a una mesa. Qui¨¦n sabe, con la esferificaci¨®n de cochinillo ya hecha, la mesa agradablemente puesta, una copa de vino y cuatro buenos amigos frente a frente, igual hasta somos capaces de redescubrir el arte de la conversaci¨®n. ¡ªeps
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