6 fotosPersonajeEl piso curvo de Antonio NajarroLa historia de c¨®mo Antonio Najarro se confin¨® en su piso curvo donde todo parece bailar.Anatxu ZabalbeascoaEl Pa¨ªs Semanal18 may 2020 - 10:34CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl fondo de pliegues de madera construido por el ebanista Jorge Ballesteros esconde un armario. Antonio compr¨® las cer¨¢micas en Casa Josephine.James RajotteEl cabecero de la cama est¨¢ hecho con esquineros cer¨¢micos que confieren dinamismo al espacio. James RajotteEn el sal¨®n, el busto de un elfo junto a la terraza fue adquirido en Casa Josephine. Las butacas son una versi¨®n con respaldo m¨¢s alto del modelo Utrecht de Gerrit Rietveld.James RajotteLa cocina fue dise?ada por el arquitecto Ra¨²l Almenara. Combina la cer¨¢mica con una encimera de microcemento y una zona gris de almacenaje. Los taburetes son vintage.James RajotteLos lienzos de ensayos de bailarines en la ?pera de Par¨ªs son de Monique Lancelot. James RajotteLa cer¨¢mica Barro de Palma fue colocada por el artesano Pepe Lora. La mesa es de Michel Charron; la l¨¢mpara, un dise?o de Max Sauze. Najarro y su pareja, el bailar¨ªn Rub¨¦n Carre?o, viven en una espiral. Parece una escenograf¨ªa, la casa de una diva de la ¨¦poca dorada de Hollywood, pero es el piso de un artista contempor¨¢neo: un ¨¢tico de 80 metros cuadrados en el Rastro madrile?o. En ¨¦l no hay apenas ¨¢ngulos rectos: pliegues de madera torneada y de cer¨¢mica estriada envuelven un recorrido que la luz atraviesa, rodea y hasta parece hacer girar. La casa del que ha sido durante ocho a?os director del Ballet Nacional de Espa?a es una curva continua. Un hogar colorista, sin tabiques, repleto de reflejos. Es lo contrario a un piso minimalista y, sin embargo, apenas tiene muebles. No est¨¢ decorado, es as¨ª: una escenograf¨ªa que invita a moverse, a dar vueltas y a tocar las cer¨¢micas esmaltadas que visten lo que no es vidrio y los v¨¦rtices de madera que camuflan armarios y vestidores ¡ªtambi¨¦n curvos¡ª de la vivienda. Najarro no soporta el car¨¢cter dom¨¦stico de las viviendas. Su idea de casa est¨¢ m¨¢s cerca de una pirueta para tocar el techo que de tumbar?se en el sof¨¢. Por eso quer¨ªa vivir en un espacio din¨¢mico, un lugar donde lo c¨®modo fuera el movimiento. Para dise?arlo, confi¨® en un arquitecto joven, arriesgado, ¡°que conoc¨ªa mi trabajo y nos hab¨ªa visto bailar¡±. El cordob¨¦s Ra¨²l Almenara ¡ªformado en Arquitectura y Bellas Artes¡ª parti¨® de uno de los croquis que el bailar¨ªn traza para organizar sus coreograf¨ªas. Con el esquema de un nautilus, busc¨® reflejar ¡°la esencia de la danza espa?ola que es tradici¨®n e imaginaci¨®n¡±, explica Najarro. El barro cordob¨¦s, esmaltado en tonos azules, cumple ese papel: ¡°La cer¨¢mica me interesa porque es la tierra, la ra¨ªz, la huella del ser humano. Pide ser tocada. Es irregular y convierte el color en reflejo¡±. La imaginaci¨®n es construir un piso sin l¨ªneas rectas a partir de una idea racional: la espiral que conduce del lugar m¨¢s p¨²blico ¡ªla entrada con la cocina¡ª al espacio m¨¢s privado: la ducha circular. El resto lo pusieron los colores ¡ªel rosa palo del microcemento de la cocina o el suelo y el azul cobalto de la cer¨¢mica¡ª. Esos tonos fueron los que Teresa Hel?big eligi¨® para el vestuario de la obra Alento. Estrenada en 2015, la covid-19 ha retirado esa coreograf¨ªa del teatro MIRA de Pozuelo de Alarc¨®n, donde deb¨ªa haber llegado en abril. La vivienda es, as¨ª, m¨¢s un camino que una organizaci¨®n. ¡°Como core¨®grafo me gusta mezclar el movimiento circular con el seco. Por eso lo que nos envuelve ¡ªlos v¨¦rtices de madera y las aristas de cer¨¢mica¡ª imita ese trasiego y evoca los pliegues de las faldas que utilizamos para bailar¡±. ¡ª?No teme cansarse de vivir en una escenograf¨ªa? ¡ªTuve miedo al principio. Pero me quise arriesgar. Tengo 44 a?os y me veo aqu¨ª toda la vida. No soy una persona que piense en la edad. No la tengo nunca en la cabeza. Pero si tuviera 80 a?os y estuviera en esta casa ¡ªque te acompa?a y te deja bailar¡ª, creo que ser¨ªa un buen lugar para vivir. Las cosas cansan cuando te exigen un esfuerzo y esta vivienda es un traje a medida. No la moda de un momento. Adem¨¢s de una casa-sendero, el piso de Najarro y su pareja es tambi¨¦n un lugar que impacta. Al entrar uno siente que ha llegado a un bar secreto, la cocina ¡ªRub¨¦n, que es quien guisa, asegura que es muy funcional¡ª recibe, sorprende y permite intuir, deja adivinar. La curva de la espiral llama hacia el interior y uno se va adentrando en las zonas m¨¢s privadas. En todo momento, la luz y los espejos ¡ªforrando columnas o en el techo de la cocina¡ª multiplican el espacio y juegan con las fugas visuales. Adem¨¢s de tener su propia compa?¨ªa de danza, Najarro es tambi¨¦n autor de las coreograf¨ªas del campe¨®n mundial de patinaje Javier Fern¨¢ndez y prepara un programa sobre danza para la televisi¨®n (no puede decir cu¨¢l). Cuenta que, estando siempre de viaje y haciendo vida en hoteles y aeropuertos, su propia casa era casi un espacio temporal. ¡°No hab¨ªa tenido tiempo de quedarme quieto. En estos meses de confinamiento he podido disfrutarla, bailarla¡±. La convivencia con su propio espacio ha espantado el principal miedo de su madre: que la vivienda fuera un capricho pasajero. No es un lugar de paso: es un hogar donde quedarse. ¡°Esta es una casa c¨®moda que puede y quiere ser tocada. Explica lo que soy, mostrando las cosas que me importan, y me recuerda lo que quiero: aprovecharlo todo, no convivir con ning¨²n rinc¨®n muerto y no tener miedo. Como artista trato de emocionar a la gente y cuando alguien viene a mi casa quiero que sienta tambi¨¦n una emoci¨®n diferente¡±.James Rajotte