Spike Lee: ¡°El mundo entero necesita reiniciarse¡±
Ha sido durante varios decenios el gran cronista cinematogr¨¢fico de la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Retrat¨® como pocos en sus pel¨ªculas la turbulenta vida en Nueva York, ciudad que ahora observa vac¨ªa desde su confinamiento por la pandemia en el Upper East Side. All¨ª comparte estos d¨ªas cenas con su familia, tardes de cine y lecturas. Ahora vuelve con nuevo filme. Y asegura que la humanidad se medir¨¢ en dos fases: A. C. / D. C. Antes del Coronavirus y Despu¨¦s del Coronavirus.
Hace ya quiz¨¢ demasiado tiempo del primer cuelgue de Spike Lee. Aquella historia de Nola Darling y sus amor¨ªos por Brooklyn, deliciosamente rodada en blanco y negro bajo el t¨ªtulo original de She¡¯s Gotta Have It, supuso el despegue en 1986 de un buen pu?ado de obras con las que este cineasta menudo y de verbo chispeante lleva varios decenios contando los avatares de la comunidad afroamericana de Estados Unidos y llenando la pantalla de m¨²sica ¡ªsiempre buena m¨²sica¡ª, destellos de realidad y fantas¨ªas sobre sus obsesiones. Entre ellas, la denuncia del racismo en sus diversas formas o el lenguaje de las calles. Y Nueva York, la ciudad de sus sue?os y sus desvelos. Ahora m¨¢s que nunca, convertida en uno de los enclaves m¨¢s azotados por la pandemia en Estados Unidos.
Desde all¨ª, en su rinc¨®n en el Upper East Side de Manhattan, donde reside desde hace a?os en la antigua vivienda del artista Jasper Johns con su esposa, ?Tonya; sus hijos, Satchel y Jackson, un viejo yorkshire terrier llamado Ginger y un nuevo perro de raza shih tzu, Spike Lee (Atlanta, 63 a?os) habla con El Pa¨ªs Semanal mediante videoconferencia. La entrevista transcurre durante la pr¨®rroga del confinamiento por el coronavirus que ha decretado hasta mayo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, cuya popularidad se dispara ante los desmanes del presidente Donald Trump. ¡°Nuestro gobernador ha demostrado gran liderazgo frente a esta crisis, y en sus decisiones ha puesto las vidas humanas por delante del dinero¡±. Hoy todo se para en casa de la familia Lee cada d¨ªa a las siete de la tarde. A esa hora, todos cenan en torno a una mesa, acontecimiento que antes solo ocurr¨ªa los fines de semana. Despu¨¦s de nuestra conversaci¨®n, el patriarca sacar¨¢ algo de tiempo para hacerse los autorretratos que ilustran estas p¨¢ginas.
Sentado en un sof¨¢ sobre el que ir¨¢ adoptando varias posturas no exentas de saltos, carcajadas y gritos con su voz grave y explosiva, Lee viste camiseta roja y cubre los ojos con las habituales gafas de montura gruesa y redonda. Rematando su careto de vacil¨®n neoyorquino asoman la perilla espesa poblada de canas y una gorra con el lema Da 5 Bloods, t¨ªtulo de su nuevo cuelgue en forma de filme b¨¦lico sobre las aventuras de unos combatientes negros veteranos de Vietnam cuyo estreno mundial a trav¨¦s de la plataforma Netflix est¨¢ previsto para el pr¨®ximo 12 de junio. La trama de este nuevo joint o cuelgue, como ¨¦l mismo llama a sus cintas, tambi¨¦n lleva mensaje incorporado: el recuerdo a los soldados negros que fueron enviados como carne de ca?¨®n a primera l¨ªnea en Vietnam en una proporci¨®n desmedida respecto a la poblaci¨®n total de Estados Unidos. Los ecos de Muhammad Ali y Martin Luther King resuenan de nuevo en su metraje. El cineasta, tan cachondo como iracundo, parece hoy relajado. Como ha venido ocurriendo durante los ¨²ltimos treinta y tantos a?os, cuando despertemos al nuevo mundo tras el confinamiento Spike Lee seguir¨¢ estando ah¨ª.
Su nuevo cuelgue es una historia de veteranos de Vietnam que todav¨ªa tienen ganas de formar parte del juego. ?As¨ª es como se siente usted hoy?
Nunca he dejado de estar en este juego, ?sabes? Atravieso mi cuarta d¨¦cada en activo y todav¨ªa tengo historias que contar.
En las escenas iniciales de Da 5 Bloods los viejos colegas se reencuentran entre abrazos, lo normal hasta ahora. ?Cu¨¢nto tiempo cree que falta para que podamos abrazarnos con nuestros amigos?
Ojal¨¢ vuelvan los abrazos, pero a¨²n veo lejos el momento en que volveremos a chocarnos los cinco. Al menos, hasta que haya una vacuna.
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?C¨®mo encuadra el mundo que vendr¨¢ despu¨¦s del coronavirus?
D¨¦jame ponerme b¨ªblico. Esto va a ser A. C. / D. C. Antes del Corona y Despu¨¦s del Corona. El mundo entero necesita reiniciarse. Esta pandemia ha expuesto las desigualdades repartidas por todo el planeta. En Estados Unidos, la poblaci¨®n negra ha sufrido los estragos de la pandemia m¨¢s que nadie. La gente negra de este pa¨ªs sabemos qui¨¦nes somos y d¨®nde estamos. Somos conscientes de haber padecido el peor sistema educativo y muchas otras desigualdades. Cuando las escuelas cierran, ?c¨®mo puedes aprender desde casa durante el confinamiento si no tienes ordenador ni wifi? Persiste un manojo de desigualdades sociales que fueron pasadas por alto en la ¨¦poca Antes del Corona. Todas esas situaciones deber¨ªan ser tenidas en cuenta con vistas al reinicio que se va a imponer.
Los ecos de Martin Luther King resuenan, una vez m¨¢s, en su nueva pel¨ªcula. ?Cree que su mensaje permanece vigente para las generaciones m¨¢s j¨®venes?
Yo al menos s¨ª creo que su mensaje permanece vigente, otro asunto es si la gente quiere escucharlo o no. En general, los j¨®venes saben hoy que el Dr. Martin Luther King dijo: ¡°Tuve un sue?o¡±, que aqu¨ª hay un d¨ªa de fiesta nacional en el que no tienen que ir a clase¡, y no mucho m¨¢s. Pero yo no culpar¨ªa a la gente joven de este tipo de cosas. Somos nosotros quienes tenemos que ense?ar lo importante a las nuevas generaciones.
?C¨®mo lleva el confinamiento?
Ya vamos camino de tres meses por aqu¨ª¡ Intento limitar las excursiones fuera de casa. Toda la familia Lee permanecemos bunkerizados.
?Por qu¨¦ quiso comprar esa casa que antes ocup¨® Jasper Johns?
No tuve elecci¨®n. ?Est¨¢s casado?
S¨ª. Creo que s¨¦ por d¨®nde va¡
Pues lo que sucedi¨® es que mi esposa, Tonya, dijo un d¨ªa: ¡°Spike, vas a tener que elegir, los ni?os y yo o Brooklyn¡±. Y ya te imaginas lo que pas¨®.
?Qu¨¦ ha descubierto de su familia estos d¨ªas pasando tanto tiempo todos juntos?
En el mundo Antes del Corona el personal iba a su rollo. Creo que esto era algo universal. Ahora, todos los d¨ªas, a las siete en punto de la tarde, nos sentamos juntos a la mesa y cenamos. Eso antes solo ocurr¨ªa algunos fines de semana. Todos tienen aqu¨ª su habitaci¨®n, cada cual desayuna cuando quiere y hace su vida. Pero durante estos ¨²ltimos d¨ªas, a las siete en punto permanecemos todos juntos.
Ah¨ª est¨¢ siempre la familia, para lo bueno y para lo malo.
Siempre en las dos direcciones, eso es, las dos direcciones¡ ?Pero cuidado! ?La gran carrera hacia los divorcios est¨¢ a punto de arrancar!
?Sus hijos ven sus pel¨ªculas?
¡°Todo est¨¢ en pausa con el confinamiento. ?Pero cuidado! ?La gran carrera hacia los divorcios est¨¢ a punto de arrancar!¡±
Han crecido con ellas. Realmente no hablamos mucho sobre el tema. Solo soy pap¨¢, el director de cine. Trato de poner el foco en lo que hago y que ellos pongan el foco en lo suyo. Creo que eso es algo que aprecian. Todav¨ªa soy su padre.
Estos d¨ªas echar¨¢ de menos ir a ver a los New York Knicks, su equipo de baloncesto.
La verdad es que no¡ ?Lo est¨¢bamos haciendo fatal esta temporada! Lo que s¨ª echo de menos es sentirme como un neoyorquino. Especialmente, amo Nueva York en el verano. Pero este mundo ya ha cambiado.
Y su propia vida, ?c¨®mo ha cambiado?
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Por primera vez desde que empec¨¦ a dirigir pel¨ªculas voy m¨¢s despacio. Todo se ha convertido en una pausa. Me he pasado cuatro d¨¦cadas arrancando proyectos, corriendo de un sitio para otro, d¨¢ndole vueltas al tarro sin parar. Ahora he tenido tiempo de pensar, de recordar a familiares que dejaron de estar conmigo hace a?os, de leer libros pendientes¡ He le¨ªdo una biograf¨ªa de Marlon Brando y otra de Paul Newman, una obra sobre b¨¦isbol... Y he visto muchas pel¨ªculas. Cuando entend¨ª que este encierro iba en serio, me hice la promesa a m¨ª mismo de no dejarlo pasar perdiendo el tiempo. Al principio pens¨¦ que esto iba a durar para siempre. Pero los d¨ªas han volado. Me sigo levantando temprano por las ma?anas. Hago mis ejercicios y, si puedo, paseo con la bici por la ciudad vac¨ªa. Es una sensaci¨®n muy extra?a. Cada vez que he salido de la ciudad por un corto periodo de tiempo, ya sea por vacaciones o para rodar una pel¨ªcula, al regresar y bajar del avi¨®n la energ¨ªa me golpeaba enseguida en la cara. La energ¨ªa que hay aqu¨ª es dif¨ªcil de describir. Son unas vibraciones muy especiales.
Ha pasado a?os retratando la vida de Nueva York en sus pel¨ªculas. ?Qu¨¦ siente hoy al verla vac¨ªa?
Veo a una poblaci¨®n extraordinaria. Encerrada y golpeada por la pandemia, pero todav¨ªa fuerte. Vivimos algo parecido el 11-S. Pero los neoyorquinos son duros y valientes. Tienes que serlo para vivir aqu¨ª. Nueva York es estilo, ego y arrogancia.
?Y c¨®mo ser¨¢ despu¨¦s del coronavirus?
Creo que Nueva York tendr¨¢ que cuidar en serio de su poblaci¨®n negra, que ha demostrado m¨¢s que nadie lo que significa estar en primera l¨ªnea durante la pandemia: conduciendo autobuses y metros, despachando v¨ªveres en las tiendas y supermercados¡ Y en general, los Estados Unidos de Am¨¦rica tendr¨¢n que ser mejores cuando salgamos de esta. No podemos volver a lo que ¨¦ramos antes, un territorio lleno de desigualdades. De lo contrario, miles de personas habr¨¢n muerto en vano. Y esto tambi¨¦n vale para todo el planeta.
¡°No podemos regresar a las desigualdades anteriores a la pandemia. De lo contrario, miles de personas habr¨¢n muerto en vano¡±
?Dejar¨¢ de ser Nueva York la capital del mundo?
Nueva York siempre ser¨¢ Nueva York, pase lo que pase. Y Estados Unidos¡, eso ya es otra cosa. Tengo muchos amigos de distintos pa¨ªses que suelen preguntarme con frecuencia: ¡°Spike, ?qu¨¦ est¨¢ haciendo tu presidente?¡±. Siempre les contesto igual: no es mi presidente.
Sobre todo, imagino, cuando recomienda inyectarse desinfectante para tratar el coronavirus. Usted suele llamarle Agente Naranja. Y en ocasiones, directamente hijo de perra.
Lo triste es que muchos estadounidenses se toman las palabras de este t¨ªo como si fueran el evangelio.
?Qu¨¦ hizo mal Barack Obama para dejarle entrar en la Casa Blanca como su sucesor?
No creo que hiciera nada equivocado. Que este t¨ªo se convirtiera en presidente de Estados Unidos fue la reac?ci¨®n a ocho a?os de la presidencia de un hombre negro. Espero que haya un cambio en las elecciones de noviembre. Obama ya ha dicho que van a ser las m¨¢s decisivas en la historia de Estados Unidos. Yo voy m¨¢s all¨¢: el destino del mundo va a depender de lo que pase en esos comicios.
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?Levantaos! Lleva decenios gritando eso en sus pel¨ªculas. ?Alguien le ha hecho caso? ?Cree que su cine puede cambiar algo?
Yo vivo en un pa¨ªs donde ser negro sigue siendo la ¨²nica raz¨®n por la que uno puede ser asesinado. Cuando Radio Raheem gritaba ¡°?Levantaos!¡± en Haz lo que debas, era 1989. Ahora estamos en 2020¡ Y nada ha cambiado. Al menos puedes aportar luz con lo que haces y que acabe formando parte de la conversaci¨®n.
Los recientes galardones del Pulitzer de las artes han reconocido el trabajo de autores que narran la Norteam¨¦rica negra. ?Cree que esos premios prestan m¨¢s atenci¨®n a la diversidad racial que los Oscar?
No conozco en profundidad el funcionamiento de c¨®mo se organizan los Premios Pulitzer, pero lo que s¨ª tengo constatado es que para elegir a los ganadores de un premio hace falta un grupo de personas. Y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas tom¨® conciencia en 2016, cuando Spotlight fue la ganadora a la mejor pel¨ªcula, de que los miembros que votan esos galardones han de ser m¨¢s diversos. La consecuencia es que desde entonces m¨¢s personas de raza negra han sido nominadas y han ganado Premios Oscar. Y ah¨ª me incluyo. Tambi¨¦n ha sido mi caso.
?Se reconcili¨® con Hollywood el a?o pasado cuando gan¨® la estatuilla dorada? Tardaron 30 a?os en proponerle como candidato al premio.
?Demasiado tiempo! Todav¨ªa son pocas las personas de raza negra que toman decisiones en Hollywood. Me refiero a las decisiones importantes en el sistema de los estudios: qui¨¦n financia, qui¨¦n escribe y qui¨¦n dirige una pel¨ªcula. Esa es la siguiente frontera.
En su discurso de los Oscar del a?o pasado grit¨® ?haz lo que debas!, evocando su pel¨ªcula hom¨®nima donde el racismo explotaba desde varias esquinas de una misma calle que llevan al mismo sitio: la violencia. ?Cree que el coronavirus ha elevado un pelda?o en el enfrentamiento entre Estados Unidos y China que puede incendiar una explosi¨®n de xenofobia hacia la poblaci¨®n asi¨¢tica en su pa¨ªs?
Los cr¨ªmenes de odio hacia la poblaci¨®n asi¨¢tica han aumentado aqu¨ª desde el momento en que el presidente de Estados Unidos empez¨® a referirse a esta pandemia como ¡°el virus chino¡±. Decir eso es una invitaci¨®n para llevar a cabo actos de odio contra las personas de dicho origen. Y a?adir¨ªa que quienes llevan a cabo esos cr¨ªmenes no distinguen entre chinos, japoneses o coreanos. Piensan que todos son chinos. ?Est¨²pidos! [pronunciado est¨²pidous].
As¨ª que conoce esa palabra espa?ola¡
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Crec¨ª en Brooklyn, ya sabes, con mis hermanos y hermanas de Puerto Rico. Conozco bien las palabras malsonantes. ?Culouuu! ?Chouchaaa!
?Y c¨®mo va a cambiar con la pandemia esa industria a la que usted se dedica?
No veo a la gente volviendo pronto a un cine, en una sala a oscuras y junto a otros desconocidos, al menos hasta que sea suficientemente seguro o exista una vacuna. El verano es la ¨¦poca de los taquillazos. Y me da la sensaci¨®n de que todos se van a posponer hasta noviembre o diciembre. Las grandes producciones no dan dinero solo con el streaming. Necesitan culos [palabra esta ¨²ltima pronunciada en pseudoespa?ol: culous] sentados en las butacas de los cines. Lo que est¨¢ pasando va a afectar a todas las industrias y a nuestras vidas. Yo iba a ser presidente del jurado en el Festival de Cannes, la primera persona de color en lograrlo. No va a poder ser de momento. Todos vamos a tener que hacer un reajuste.
Su padre, el m¨²sico de jazz Bill Lee, apareci¨® en sus primeras pel¨ªculas. Su madre, Jacqueline, muri¨® demasiado pronto. No pudo conocer su ¨¦xito. ?Qu¨¦ aprendi¨® de ella?
Lo aprend¨ª todo de mi madre. Ella era una cin¨¦fila. Mi padre odiaba las pel¨ªculas de Hollywood. Yo era el mayor de mis hermanos y me convert¨ª en el compa?ero de cita de mi madre para llevarla al cine. Ah¨ª, junto a ella, naci¨® esta pasi¨®n. Pero como mero espectador. No ten¨ªa ni idea de lo que significaba ser un director.
Hoy ejerce tambi¨¦n como responsable art¨ªstico del grado cinematogr¨¢fico en la Universidad de Nueva York, donde curs¨® estudios. Fueron las mismas aulas por las que pasaron casi al mismo tiempo otros avezados alumnos, como Jim Jarmusch. ?Qu¨¦ iba usted buscando en esas clases?
Honestamente, lo que mi generaci¨®n iba buscando entonces era contar con un equipo para rodar. Necesit¨¢bamos herramientas. Yo no iba persiguiendo que alguien me ense?ara c¨®mo ser director de cine. Pero al final, aprend¨ª. Para aprender a hacer pel¨ªculas hay que hacer pel¨ªculas.
?Y qu¨¦ van buscando los alumnos que van hoy a sus clases?
Perseguir sus sue?os. Y contar historias.
?Se ha hecho millonario con sus pel¨ªculas?
D¨¦jame decirte una frase que me encanta de El Padrino: ¡°Creo que he sido capaz de calentarme el pico¡±.
Si mira hacia atr¨¢s, ?dir¨ªa que ha conseguido hacer exactamente el cine que quer¨ªa hacer y lo ha rodado exactamente como hab¨ªa so?ado?
He sido muy afortunado, un bendecido. Tengo el derecho al montaje final de mi obra y a¨²n me quedan muchas historias que contar. Rezo por poder seguir haciendo las pel¨ªculas que quiero hacer. Pase lo que pase con esta tremenda crisis que estamos viviendo, quede lo que quede despu¨¦s de la pandemia, la gente siempre seguir¨¢ necesitando contenido.
?Hasta cu¨¢ndo se ve en este juego?
Kurosawa sigui¨® hasta los 80¡ Espero que a m¨ª me queden otros 20 a?os haciendo pel¨ªculas.
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