La educaci¨®n que saldr¨¢ de la pandemia
El gran salto evolutivo aprovecha la tecnolog¨ªa y las nuevas corrientes de la docencia
A Sandra, de 15 a?os, alumna de 4? de ESO en el IES Alpedrete (Madrid), la llam¨® una amiga el 9 de marzo: "?Que cierran los coles!". Pens¨® que era una broma. Hasta que a la ma?ana siguiente, en clase, sus profesores confirmaban la noticia. "Parec¨ªan tan perdidos como nosotros", recuerda. El 11 de marzo ya estaba en casa, con un ordenador de sobremesa de segunda mano (40 euros cost¨®) que le dur¨® dos d¨ªas. Ahora estudia con el port¨¢til personal de su madre, que, afortunadamente, puede teletrabajar con el de empresa. Como ella, unos 10 millones de ni?os y j¨®venes, de infantil a la universidad, han dejado las aulas en Espa?a por la covid-19. Todos han pasado a la educaci¨®n online. Casi todos han sufrido la descoordinaci¨®n de las primeras semanas. "De repente te encontrabas con tareas de cuatro asignaturas con la misma fecha de entrega". Los m¨¢s desfavorecidos, sin tecnolog¨ªa o familias que apoyen, corren adem¨¢s un grave riesgo de descolgarse.
"Fue como el traje nuevo del emperador, con las carencias de la escuela bien a la vista", lo compara Toni Solano, director del IES Bovalar de Castell¨®n. Plataformas digitales que se ca¨ªan, "las Administraciones como pollo sin cabeza", alumnos sin competencia digital, profesores sin pedagog¨ªas ni metodolog¨ªas adecuadas al entorno digital. "No, mandar ejercicios en?[formato] PDF para que te los resuelvan no es ense?ar ni aprender en l¨ªnea", remacha. "Creo que en el grueso de los centros hay ganas de sacar esto adelante", cuenta Fernando Trujillo, coordinador de un trabajo de la Universidad de Granada que, al mes del cierre, busc¨® la opini¨®n de m¨¢s de 3.000 educadores sobre la mejor opci¨®n de evaluaci¨®n para terminar el curso; y de un segundo trabajo, promovido por Acci¨®n Magistral y respondido por m¨¢s de 5.000 profesionales, sobre c¨®mo encarar el periodo acad¨¦mico 2020-2021. "Hemos encontrado que est¨¢n preocupados y que sienten una gran responsabilidad, que la situaci¨®n les ha supuesto un aprendizaje muy acelerado sobre TIC y que han creado redes de colaboraci¨®n para ayudarse entre s¨ª", incide.
Las redes sociales bullen de innovaci¨®n y ejemplos pr¨¢cticos de c¨®mo educar pantalla mediante. Retos, gamificaci¨®n, clase invertida, trabajo cooperativo, por proyectos, tutoriales y canales de YouTube, visual thinking. A Trujillo le gusta hablar de "pedagog¨ªas emergentes", porque son la respuesta a una emergencia, excepcional y transitoria (otro tema es cu¨¢nto tiempo durar¨¢ la transitoriedad), pero tambi¨¦n porque son herramientas que estaban ah¨ª y que ahora han tenido la oportunidad de brotar. Solano ve imposible trasladar sin m¨¢s el esquema presencial tradicional ¡ª25 o 30 alumnos por clase, curr¨ªculos inabarcables, asignaturas desconectadas entre s¨ª que parcelan el conocimiento¡ª a un escenario online. Y le parece mentira que haya tenido que venir un virus a poner en evidencia que hay que trabajar por competencias, con ratios m¨¢s bajas y con una mayor coordinaci¨®n docente.
El 60% de los m¨¢s de 200 docentes universitarios de toda Espa?a preguntados por Ingrid Gil, profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas, nunca hab¨ªa impartido una asignatura a trav¨¦s de Internet, y el 65,8% dec¨ªa tener alguno, poco o ning¨²n conocimiento previo; la mayor¨ªa avanza gracias a la ayuda de su instituci¨®n (un 72%) y de sus compa?eros (un 51%). M¨¢s le chocaron a la investigadora las respuestas de los 200 alumnos que, a 22 de mayo, hab¨ªan contestado a su cuestionario: un 63% admiti¨® poca, muy poca o ninguna preparaci¨®n para afrontar un aprendizaje online. Mientras que una mayor¨ªa de ense?antes (un 61%) se mostraba satisfecha con los resultados, a una mayor¨ªa de ense?ados la experiencia le hab¨ªa resultado negativa o muy negativa (un 36,6%), o simplemente indiferente (un 40,7%); un n¨²mero significativo confesaba estr¨¦s por motivos acad¨¦micos, y a un 43,4% no le parec¨ªan justas en la situaci¨®n actual las tasas abonadas.
Inicios ca¨®ticos
"Cada profesor emprendi¨® la docencia a su manera, sin tener en cuenta el resto de asignaturas, ni si hab¨ªa compa?eros que viv¨ªan en un pueblo con una mala conexi¨®n a Internet o que estaban atravesando momentos dif¨ªciles por causas econ¨®micas o por el fallecimiento de alg¨²n familiar". Habla Ferran Tudela, delegado de 2? C del grado de Maestro de Educaci¨®n Primaria de la Universitat Jaume I de Castell¨®n (UJI), que empez¨® a canalizar quejas y preocupaciones estudiantiles para que sus tutores tomaran nota. "Creo que la mayor¨ªa no ha sabido trasladar la docencia presencial a online", lamenta. A ¨¦l no le consta ning¨²n caso, pero est¨¢ seguro de que ha habido gente que ha dejado la carrera. "Quiz¨¢s a las universidades presenciales nos haya faltado humildad para aprender de quienes saben, de las online", admite Jordi Adell, profesor de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la UJI y director de su Centre d'Educaci¨® i Noves Tecnologies (CENT).
A finales de abril, la conferencia de rectores (CRUE) estimaba que el 3% de los universitarios, unos 36.000, ten¨ªa dificultades t¨¦cnicas para seguir las clases. Los campus han estado facilitando ordenadores y tarjetas 4G. Tambi¨¦n los colegios e institutos, donde el problema es mayor, seg¨²n constata el estudio Brecha digital infantil y Covid-19, coordinado por Teresa Gar¨ªn, catedr¨¢tica de An¨¢lisis Econ¨®mico de la UNED: en Espa?a, un 1% de los hogares con menores de 16 a?os no dispone de conexi¨®n a Internet; un 6,1% no tiene ning¨²n equipamiento tecnol¨®gico. La brecha digital ahonda en las ya existentes, la econ¨®mica, la sociocultural, socavando a¨²n m¨¢s la equidad en el aprendizaje. Conseguir que todos los alumnos hasta 4? de ESO tengan recursos materiales costar¨ªa, seg¨²n los c¨¢lculos de los investigadores, algo m¨¢s de 45 millones de euros.
"La universidad ha reaccionado todo lo bien que ha podido para transformar las asignaturas a una ense?anza online de emergencia; porque esto no es educaci¨®n a distancia", deja claro Adell. Pero ahora toca planificar c¨®mo va a ser 2020-2021. Aulas y espacios, ratios, horarios. Quiz¨¢s, aventura, los alumnos solo vayan dos d¨ªas a clase, a tutor¨ªas, al laboratorio, y el resto lo haga desde casa, leyendo, reflexionando, trabajando en grupo; los curr¨ªculos podr¨ªan ajustarse para adelantar las asignaturas m¨¢s te¨®ricas y dejar las pr¨¢cticas para a?os venideros, cuando regrese la presencialidad. "El curso que viene nos lo jugamos en estos meses; si somos capaces de pensarlo tranquilamente, saldr¨¢ bien", asegura. ?Al mismo nivel? "Siendo optimista dir¨ªa que s¨ª, que podr¨ªamos aguantar, solo durante un tiempo; hay muchas variables. Veremos", responde.
Adell cree que es una buena oportunidad para hacerse preguntas como hasta qu¨¦ punto las metodolog¨ªas tradicionales son imprescindibles ahora que hay tecnolog¨ªa. "La crisis finalizar¨¢, pero (...) las herramientas online (...) se seguir¨¢n utilizando de manera mucho m¨¢s integrada y como complemento a la ense?anza tradicional", apunta Gar¨ªn. "Esta crisis ha puesto de relieve desaf¨ªos, problemas y necesidades que ya estaban; ha sido el aprendizaje que faltaba para que sea inexcusable definir la escuela del siglo XXI", presentaba Miguel Barrero, director de la Fundaci¨®n Santillana, un seminario web sobre La escuela que viene. Uno de los participantes, Carlos Magro, presidente de la Asociaci¨®n Educaci¨®n Abierta, recordaba que innovar en educaci¨®n era "dialogar con la tradici¨®n". En aquel webinar, Barrero subrayaba la "buena noticia" de que hubiera mejorado la opini¨®n p¨²blica acerca de la labor docente. La mayor¨ªa de las 36.000 familias encuestadas en una investigaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona dos semanas despu¨¦s del cierre educativo valor¨® que la escuela de sus hijos hubiera reaccionado r¨¢pido y eficientemente.
Con vistas a septiembre, Trujillo plantea tres posibles escenarios, con sus correspondientes planes: el A, en el que se puede acudir a los centros respetando las medidas de distancia f¨ªsica; el B, con presencialidad durante unas horas o d¨ªas de la semana y el resto en casa; y el C, que es lo que puede ocurrir en caso de rebrote y vuelta al confinamiento. "El consenso parece llegar hasta que cuando las escuelas se reabran, el regreso a las aulas ser¨¢ limitado (tantos ni?os, tantos metros, tantos d¨ªas u horas...) y tendr¨¢ lugar en paralelo con el mantenimiento de la actividad virtual, en l¨ªnea o a distancia, lo que se ha dado en llamar una ense?anza, o un aprendizaje, o digamos un sistema (para no discutir aqu¨ª lo que no urge tanto) bimodal", escrib¨ªa Mariano Fern¨¢ndez Enguita, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, en The Conversation.
Ideas para el futuro
Junto a la modalidad presencial ¡ª?Fern¨¢ndez Enguita defiende que sea competencia de los centros, que, seg¨²n recuerda, cuentan con m¨¢s espacios adem¨¢s del aula ordinaria¡ª y la online ¡ªque deber¨ªa nutrirse de "actividades s¨ªncronas y as¨ªncronas, en conexi¨®n y sin ella, individuales y colaborativas, supervisadas o no"¡ª, el experto introduce una tercera, de "aprendizaje aut¨®nomo y/o en l¨ªnea, pero en sede". Espacios para el estudio en el centro educativo, pero no necesariamente dentro de una clase, para aquellos alumnos que "necesitan m¨¢s que nunca un lugar para estudiar, para otras actividades formativas y de desarrollo, incluso para jugar, que su medio no puede ofrecerles", reflexiona. "Me atrever¨ªa a decir que siempre fue necesaria y siempre habr¨ªa sido, es y ser¨¢ positiva, pero ahora resulta en todo caso necesaria, o lo es m¨¢s que nunca, porque no todos los hogares pueden dar soporte, o igual soporte, y menos hoy, a la modalidad virtual", argumenta.
Tanto Sandra como Ferran observan que las cosas han mejorado con el paso de las semanas. Las aulas virtuales no se caen, las tareas y el material les llegan de manera m¨¢s coordinada. Los dos echan horas y esfuerzo, y coinciden en que han adquirido conocimiento, pero tambi¨¦n lo que se conoce como soft skills o habilidades blandas. "He aprendido a ser m¨¢s independiente, a organizarme mejor y a priorizar", opina ella. "He aprendido a trabajar en grupo, de manera cooperativa, y he ganado en autonom¨ªa", estima ¨¦l. A Sandra le gustar¨ªa que, cuando todo vuelva a la normalidad, la evaluaci¨®n fuera continua, entendiendo como tal que se valore el trabajo a lo largo de todo el curso y no con ex¨¢menes finales. "Me gusta m¨¢s que se eval¨²e poco a poco y mediante trabajos... Para Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n hicimos un corto y me lo pas¨¦ bomba", subraya. "Si el curso que viene vamos a un modelo h¨ªbrido, habr¨ªa que mejorar mucho la docencia online, y dejar claro desde el principio c¨®mo ser¨¢ la evaluaci¨®n", pide Ferran.
A vueltas con la evaluaci¨®n
Examen oral mediante videoconferencia y escrito con herramientas anticopiado, one minute paper (papel de un minuto) para confirmar que se ha entendido una sesi¨®n formativa, trabajos, mapas conceptuales, diario reflexivo, portafolio, proyecto, resoluci¨®n de un problema o caso. La Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE) ha puesto a disposici¨®n de las universidades una gu¨ªa de recomendaciones para evaluar de manera no presencial, con modalidades tanto s¨ªncronas (en tiempo real) como as¨ªncronas (sin coincidencia temporal). Sin olvidar que "la experiencia acumulada nos dice que la evaluaci¨®n continua es una opci¨®n muy valiosa", como se?ala ?ngel Pazos, presidente de Crue-Docencia y rector de la Universidad de Cantabria. Poner las notas de final de curso a alumnos que estudian en casa es una de las cuestiones candentes a resolver de esta formaci¨®n online de emergencia. Cada universidad decide c¨®mo quiere hacerlo.
Por no descartarse, no se descarta ni el examen presencial, aunque por ahora no parece una opci¨®n muy viable. Mientras, las pruebas online se est¨¢n empezando a desarrollar en las diversas plataformas virtuales, como recuerda Pazos. La UNED ha implementado en tiempo r¨¦cord AvEx, una aplicaci¨®n propia que, seg¨²n fuentes de la instituci¨®n, garantiza el derecho a intimidad (los datos personales no salen de la universidad ni se comparten) y el respeto a la diversidad, funcional (pruebas inclusivas, adaptadas a personas sordas o invidentes), territorial, tecnol¨®gica (se puede ejecutar desde cualquier terminal) o econ¨®mica, esta ¨²ltima aterrizada en el proyecto UNED100%: la universidad se compromete a subsanar las dificultades t¨¦cnicas de sus estudiantes para realizar las pruebas en l¨ªnea. Un algoritmo que realiza dos o tres fotograf¨ªas en momentos aleatorios, incluidas en la carpeta que recibe el profesor junto con la resoluci¨®n del ejercicio, evita que los alumnos copien.
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