?Ha existido una historia m¨¢s triste que la de Patrick Dewaere, el actor a la sombra de G¨¦rard Depardieu?
Una infancia infernal, la adicci¨®n a las drogas y una terrible inseguridad persiguieron a este actor franc¨¦s durante su corta vida. Pero su legado lo ha dejado como uno de los mejores int¨¦rpretes de su generaci¨®n y hoy se sigue concediendo un premio con su nombre
El 16 de julio de 1982, la televisi¨®n francesa abr¨ªa sus noticieros con el suicidio de Patrick Dewaere, de 35 a?os, uno de los actores m¨¢s respetados y prometedores de su generaci¨®n. Pese a su reputaci¨®n de profesional dif¨ªcil, en su agenda no faltaban los proyectos. ¡°?C¨®mo puede explicarse este gesto?¡±, le preguntaba un reportero al director de cine Bertrand Blier, con el que hab¨ªa estado la noche anterior. ¡°Es algo que nunca puede explicarse¡±, respond¨ªa Blier. Y, sin embargo, en la vida de Dewaere se acumulaba un n¨²mero suficiente de desgracias como para pensar que, si no con una explicaci¨®n, aquella muerte s¨ª hab¨ªa llegado con preaviso.
¡°Acab¨¦ siendo actor porque era la ¨²nica cosa que sab¨ªa hacer¡±, hab¨ªa dicho ¨¦l mismo. Con esto parec¨ªa dar a entender que, m¨¢s que una vocaci¨®n, la interpretaci¨®n hab¨ªa sido para ¨¦l una condena. O, quiz¨¢, una enfermedad hereditaria. Su madre, Mado Maurin, era una respetada actriz. ?l y sus cinco hermanos se sumaron a la profesi¨®n siendo ni?os: bajo el nombre colectivo de les petits Maurin (¡°los peque?os Maurin¡±), actuaron en obras teatrales, pel¨ªculas y series de televisi¨®n. Patrick hab¨ªa sido reconocido como hijo por el segundo marido de Mado, Georges Collignon, pero en realidad su padre era un amante de paso que la hab¨ªa abandonado al saberla embarazada. Mado esper¨® a que ¨¦l tuviera diecisiete a?os para cont¨¢rselo, y ¨¦l no encaj¨® muy bien la noticia. Con un car¨¢cter atormentado ya desde la infancia, Patrick se consideraba distinto a sus hermanos, y en aquel ambiente competitivo de ni?os artistas sufr¨ªa porque estaba convencido de tener menos talento que ellos. Madre e hijo mantuvieron una relaci¨®n especialmente turbulenta en la que no faltaron los episodios de violencia rec¨ªproca. Como veremos, mucho despu¨¦s se sabr¨ªa que un adulto del entorno familiar hab¨ªa abusado sexualmente de ¨¦l.
Quiz¨¢ con el fin de marcar distancias, al llegar a la edad adulta renunci¨® al nombre Patrick Maurin para pasar a llamarse Patrick de Wa?re primero, y despu¨¦s Patrick Dewaere. As¨ª rebautizado, fund¨® el caf¨¦-teatro Caf¨¦ de la Gare junto a otros comediantes como la guionista y actriz Catherine Sigaux, Sotha, con la que se cas¨® a los veinti¨²n a?os, y con la que despu¨¦s mantendr¨ªa una duradera amistad. Entre sus compa?eros hab¨ªa otra pareja de actores, Michel Colucci (m¨¢s conocido como Coluche), y Silvette Herry (in arte Miou-Miou). Ambas parejas se rompieron al poco tiempo, y Dewaere y Miou-Miou iniciaron una relaci¨®n sentimental que, seg¨²n los conocidos de ambos, ser¨ªa la m¨¢s importante de su vida.
Como el resto de la compa?¨ªa, Patrick trat¨® de hacerse hueco en el cine, trabajando como secundario en un pu?ado de pel¨ªculas. Al p¨²blico no le pas¨® desapercibido aquel joven de rom¨¢ntico bigote y ojos de cervatillo que interpretaba sus papeles con una entrega deudora del Actor¡¯s Studio norteamericano. Hasta que en 1974 lleg¨® el bombazo de Los rompepelotas. La segunda pel¨ªcula de un joven director llamado Bertrand Blier narraba las correr¨ªas delictivas y sexuales de dos delincuentes de poca monta aderezadas con unas cantidades de sal gruesa sin precedentes. Se convirti¨® en la segunda pel¨ªcula francesa m¨¢s taquillera de aquel a?o, solo por detr¨¢s de Emmanuelle, de la que representaba una especie de reverso oscuro: donde Emmanuelle mostraba la cara burguesa, esteticista y chic del erotismo, Los rompepelotas era una irreverente comedia negra con momentos de una vulgaridad extrema.
Hoy en d¨ªa nadie alzar¨ªa una ceja por el lenguaje grosero, los desnudos o los m¨¦nages-¨¤-trois que en ella abundan, pero la misoginia que supuran algunos momentos de su gui¨®n lo har¨ªa directamente infilmable. Esta cinta ser¨ªa determinante en la vida y la carrera de Dewaere por dos motivos: su ¨¦xito lo convirti¨® en una estrella, y adem¨¢s supuso su primer encuentro en pantalla con G¨¦rard Depardieu, que tambi¨¦n ascendi¨® al estrellato y se convertir¨ªa a partir de entonces en su amigote, su n¨¦mesis, su espejo y su rival, todo al mismo tiempo.
Juntos eran el hambre y las ganas de comer. Se ha contado que, durante aquel rodaje, Depardieu y Dewaere adoptaron un comportamiento bastante similar al de los dos gamberros que interpretaban, y que sus juergas e informalidades llegaron a retrasar seriamente el calendario de la filmaci¨®n. Eran como dos ni?os que se secundaban en sus travesuras, pero tambi¨¦n mantuvieron numerosos desencuentros. El m¨¢s aparatoso de ellos sobrevino cuando Dewaere pens¨® que Miou-Miou (que completaba el tr¨ªo protagonista del filme) le estaba siendo infiel con Depardieu, y se plant¨® en la habitaci¨®n del hotel de ¨¦ste para echar la puerta abajo.
Durante casi una d¨¦cada, ambos actores se miraron de reojo sin por ello dejar de considerarse amigos. Sus carreras avanzaron en paralelo, aunque con ritmos discontinuos. Hasta finales de los setenta, Dewaere disfrutaba de una mayor consideraci¨®n dentro de la industria y entre los espectadores, pero a partir de entonces las tornas cambiaron dr¨¢sticamente. Patrick comenz¨® a obsesionarse con la idea de que a su compa?ero (a quien llamaba ¡°el gordo¡±, quiz¨¢ no tan cari?osamente) le daban los mejores papeles, mientras que ¨¦l deb¨ªa conformarse con trabajos de bicho raro, si no directamente con los restos de serie.
En 1977, el director Claude Miller quiso volver a reunir al terceto de Los rompepelotas en la pel¨ªcula Dites-lui que je l¡¯aime: Depardieu y Miou-Miou aceptaron la propuesta, pero Dewaere no quiso acompa?arlos porque esta vez su personaje era secundario. Dos a?os m¨¢s tarde, el propio Blier volver¨ªa a juntar a los dos actores en ?Quiere usted ser el amante de mi mujer?, otra comedia con los suficientes elementos incorrectos como para que dif¨ªcilmente pudiera realizarse hoy en d¨ªa. Sin embargo gan¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera en unos tiempos m¨¢s laxos con seg¨²n qu¨¦ cuestiones de moral privada.
Aparte de este triunfo hollywoodiense, los premios se le resistieron obstinadamente. Cinco veces fue candidato al C¨¦sar al mejor actor protagonista sin llegar a obtenerlo nunca. En 1981, Depardieu y ¨¦l estaban entre los finalistas, pero fue el primero quien lo gan¨® por El ¨²ltimo metro, de Fran?ois Truffaut. Un a?o m¨¢s tarde, esperaba desquitarse al ser de nuevo candidato por Beau-p¨¨re, otra pel¨ªcula de Blier, pero la estatuilla se le volvi¨® a escapar. Despu¨¦s de la ceremonia, Depardieu acudi¨® al rescate y ambos salieron de juerga como en los viejos tiempos, y el director Jean-Jaques Annaud, que se los encontr¨® en un momento de la noche, contar¨ªa que de pronto Dewaere se ech¨® en sus brazos sollozando desconsoladamente.
Los llamados ¡°Oscars del cine franc¨¦s¡± ya le hab¨ªan deparado una experiencia especialmente amarga cuando, en la edici¨®n de 1979, ¨¦l se quedaba sin premio mientras Miou-Miou ganaba como mejor actriz. La pareja se hab¨ªa roto apenas tres a?os antes. Ella hab¨ªa intentado tenerlo como compa?ero en la pel¨ªcula D¡¯amour et d¡¯eau fra?che, pero el director prefiri¨® contratar a Julien Clerc, un cantante de moda sin experiencia interpretativa. Y este papel no fue lo ¨²nico en lo que Clerc lo reemplaz¨®, ya que al poco de empezar el rodaje Miou-Miou le anunci¨® por tel¨¦fono que le dejaba por su coprotagonista. La reacci¨®n de Dewaere consisti¨® en presentarse en el plat¨® con el prop¨®sito de atizar a Clerc.
Precisamente ese car¨¢cter explosivo se convirti¨® en factor determinante para que Depardieu terminara desplaz¨¢ndolo en los gustos de los productores y el p¨²blico. En 1980 mantuvo con un reportero que hab¨ªa publicado sin permiso la noticia de su segunda boda un violento altercado que termin¨® con un pu?etazo en la nariz del periodista. La prensa francesa se neg¨® entonces a entrevistarle durante la promoci¨®n de su siguiente pel¨ªcula, Un mauvais fils, y su nombre lleg¨® a ser omitido de las cr¨®nicas. Para empeorar las cosas, durante la presentaci¨®n de la pel¨ªcula a los medios, al director Claude Sautet se le escap¨® que antes hab¨ªa ofrecido el papel a Depardieu, y que solo despu¨¦s de que ¨¦ste lo rechazara se decidi¨® por Dewaere. Como era de esperar, ¨¦ste entr¨® en c¨®lera insultando a Sautet sin temor a la ropa tendida, lo que a¨²n amplific¨® su mala fama.
Los testigos de aquel momento dir¨ªan que el actor parec¨ªa encontrarse bajo los efectos de las drogas. Y no ser¨ªa el ¨²nico incidente que protagonizar¨ªa por esta causa. Un a?o despu¨¦s, durante el rodaje en Espa?a de Paco el seguro (que protagonizaba junto a, atenci¨®n, Alfredo Landa) el director, Didier Haudepin, se lo encontr¨® encerrado en su habitaci¨®n de hotel y hubo que sacarlo de all¨ª en ambulancia. En plena crisis de abstinencia, hab¨ªa roto una mesa de vidrio cort¨¢ndose la arteria femoral.
Los estupefacientes tuvieron un efecto devastador en su vida y la de su ¨²ltima pareja, la actriz Elsa Challier. Con ella tuvo a su segunda hija, la tambi¨¦n actriz Lola Dewaere (la madre de la primera, Ang¨¨le Herry, era Miou-Miou). En el verano de 1982, Elsa lo abandon¨® para irse de vacaciones a la isla caribe?a de Guadalupe. Su anfitri¨®n all¨ª era Coluche, el amigo de Dewaere desde los tiempos del Caf¨¦ de la Gare y antiguo novio de Miou-Miou.
En un alarmante estado de ansiedad, anunci¨® a su amiga y exmujer Sotha que contemplaba la idea de suicidarse, pero ella lo convenci¨® de que la desechara por el bien de sus hijas. D¨ªas despu¨¦s, durante una pausa en los ensayos de la pel¨ªcula ?dith et Marcel ¨Cdonde deb¨ªa interpretar al boxeador Marcel Cerdan, pareja de ?dith Piaf-, el equipo presenci¨® c¨®mo manten¨ªa una tensa conversaci¨®n telef¨®nica, tras lo cual se march¨® a su casa sin dar m¨¢s explicaciones. Una vez all¨ª, se encerr¨® en el cuarto de ba?o y puso fin a sus d¨ªas dispar¨¢ndose en la boca con una escopeta de caza. El arma era un regalo de su amigo Coluche.
Lola Dewaere contar¨ªa despu¨¦s que, ese mismo d¨ªa, su padre hab¨ªa llamado a Elsa para suplicarle que saliera de Guadalupe para regresar junto a ¨¦l, cosa a la que ella se neg¨®. Y que, al poco rato, Patrick recibi¨® otra llamada, que pudo ser la que le hizo abandonar los ensayos. No por evidente lo que le hicieron saber entonces le result¨® menos doloroso: ¡°Alguien le sopl¨® que mi madre y Coluche estaban juntos. No voy yo a tirar la primera piedra: en aquella ¨¦poca, todo el mundo estaba con todo el mundo. Pero pienso que mi padre vivi¨® aquello como la traici¨®n suprema, ya que Coluche era su mejor amigo¡±.
En un giro m¨¢s de los acontecimientos ¨Cdentro de una historia que es b¨¢sicamente una sucesi¨®n de ellos¨C, en el momento de la tragedia Betrand Blier preparaba una nueva pel¨ªcula llamada La femme de mon pote (¡°La mujer de mi colega¡±), que deb¨ªan interpretar Coluche, Miou-Miou y Patrick Dewaere, y que se inspiraba en la relaci¨®n real entre los tres. A la muerte de este ¨²ltimo, Miou-Miou tambi¨¦n cancel¨® su participaci¨®n en el reparto, y quien la reemplaz¨® fue Isabelle Huppert. Ambas actrices acababan de coprotagonizar una pel¨ªcula, Coup de foudre, y durante el rodaje su relaci¨®n hab¨ªa sido p¨¦sima (obviamente esto no ayud¨® a que se reconciliaran). Por su parte, tras muchas dudas, Coluche s¨ª decidi¨® aceptar la propuesta de Blier, y con ello obtuvo algunas de las mejores cr¨ªticas de su carrera: encasillado hasta entonces en roles c¨®micos, su estatus experiment¨® un punto de inflexi¨®n, y solo un a?o m¨¢s tarde logr¨® el C¨¦sar al mejor actor que Dewaere nunca hab¨ªa obtenido. Por cierto, ¨¦l tambi¨¦n tendr¨ªa un final violento al fallecer en accidente de moto solo cuatro a?os despu¨¦s que su amigo.
En 2004, G¨¦rard Depardieu afirm¨® en una entrevista con el escritor Laurent Neumann para su libro Vivant!: ¡°Creo que, durante su infancia, Patrick fue v¨ªctima de actos de pedofilia. ?l mismo me habl¨® de ellos [¡] creo que de ah¨ª ven¨ªa su fragilidad. Esa infancia que nunca pas¨® fue su abismo interior¡±. La biograf¨ªa Patrick Dewaere. L¡¯¨¦corch¨¦, publicada en 2017 por Christophe Carri¨¨re con la aprobaci¨®n de Lola Dewaere, confirmar¨ªa las palabras de Depardieu. En el pr¨®logo del libro, la hija del actor afirmaba: ¡°Mi padre estaba jodido porque fue violado cuando era ni?o y tuvo una relaci¨®n sucia con su madre, Mado¡±. G¨¦rard Depardieu a?adi¨® en una entrevista para la revista Le Journal du Dimanche: ¡°Eso le cre¨® un desorden interno que las drogas, en cierto momento, hab¨ªan apaciguado¡±.
Solo un mes despu¨¦s de su muerte se estrenaba su ¨²ltima pel¨ªcula, Paradis pour tous, donde incre¨ªblemente interpretaba a un hombre depresivo que intentaba suicidarse. Podr¨ªa parecer que, adem¨¢s de breve, la carrera de Patrick Dewaere fue mediocre, entre tanta oportunidad perdida y tanto papel aterrizado en otras manos. Y, sin embargo, nada m¨¢s lejos de la realidad: ya en vida muchos lo consideraban el mejor actor franc¨¦s joven, y en poco m¨¢s de un lustro trabaj¨® con directores del prestigio de Blier, Sautet, Miller, Annaud, T¨¦chin¨¦, Dino Risi, Marco Bellocchio o Luigi Comencini. Pero seguramente su mejor papel lo desempe?¨® en S¨¦rie Noire (1980) de Alain Corneau, un policiaco trufado de humor macabro donde era un hombre del mont¨®n empujado al crimen por una serie de delirantes acontecimientos. Lleno de carisma, al mismo tiempo preciso e hiperb¨®lico, su desempe?o all¨ª pertenece a esa rara estirpe de ovnis interpretativos donde tambi¨¦n se cuentan la Anna Magnani de Roma, ciudad abierta o el Joaquin Phoenix de Joker. De todas sus nominaciones a los C¨¦sar en que se fue de vac¨ªo, sin duda aquel fue el robo m¨¢s flagrante que sufri¨®.
Catherine Deneuve, con la que en 1981 protagoniz¨® H?tel des Am¨¦riques, de Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, declarar¨ªa: ¡°Era conmovedor, es uno de los pocos actores que me han hecho llorar en el rodaje¡±. Ella fue una de las asistentes al funeral, junto con Miou-Miou y Mado Maurin. En cambio, sus amigos y rivales Coluche y G¨¦rard Depardieu faltaron a la cita.
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