Por qu¨¦ los supremacistas blancos visten ahora camisas hawaianas
La indumentaria asociada a los seguidores de la ultraderecha estadounidense siempre ha sido una mezcla de estilo rural y militar ali?ado con mensajes subliminales. Ahora les ha dado por las camisas de estampado tropical. Los motivos son tan irracionales como su ideolog¨ªa
Hace pocos d¨ªas, apareci¨® en Amazon un parche con la inscripci¨®n ¡°Boogaloo 2020¡± y los colores de la bandera estadounidense. Parec¨ªa inofensivo, pero pronto fue retirado por la plataforma. ?La raz¨®n? Boogaloo es un t¨¦rmino utilizado por las facciones m¨¢s b¨¦licas de la ultraderecha local, que se llaman a s¨ª mismos boogaloos. La procedencia es difusa: los que hay que afirman que todo empez¨® como una broma en un grupo de Telegram y otros que viene de la pel¨ªcula Electric boogaloo, cuyo t¨ªtulo completo es Breakin' 2: electric boogaloo. Por sitios como 4chan (por donde transitan gran parte de los ide¨®logos de la alt right estadounidense), pueden verse cada vez con m¨¢s asiduidad memes con la inscripci¨®n ¡°Civil war 2: Electric boogaloo¡±.
Los boogaloos se han hecho c¨¦lebres por lucir camisas hawaianas. La raz¨®n ¨Cde nuevo¨C es un juego de palabras: The Big Luau es una celebraci¨®n en las que se asan cerdos. Cerdos es una palabra que los militantes de extrema derecha (y muchos otros) usan para referirse a la polic¨ªa. As¨ª pues, con uno de esos giros de cintura que resultan surrealistas, las manifestaciones de los neonazis estadounidenses se han te?ido de colores vivos y estampados cantosos, que ejercen de contrapunto a los fusiles de asalto, los chalecos antibalas y los cuchillos con 30 cent¨ªmetros de filo. La segunda enmienda de la Constituci¨®n estadounidense, que permite a cualquier estadounidense poseer armas de fuego, implosion¨® en mitad la pandemia: jam¨¢s se hab¨ªan vendido tantas en la historia del pa¨ªs.
Igualmente, los igl¨²s (como s¨ªmbolo de resistencia) y signos que mezclan el aloha con emblemas supremacistas han aflorado en docenas de grupos que predicen la llegada de una nueva guerra civil y piden a sus militantes que empiecen a almacenar munici¨®n y alimento. Pero, a pesar del folclore derivado de un vestuario que roza la parodia y que recuerda a aquel chiflado que interpretaba Robert De Niro en El cabo del miedo, el sobrenombre gracioso (boogaloos) y lo delirante de sus teor¨ªas, lo que preocupa a los expertos es que este colectivo de simbolismo indescifrable para el ajeno no deja de crecer en n¨²mero y, adem¨¢s, tiene un acceso ilimitado a todo tipo de armas. Sus amenazas no son una simple suerte de prosa b¨¦lica.
Los nazis cambian mucho de armario
Primero fueron los dedos. El ¨ªndice, el coraz¨®n y el anular formando las siglas del Ku Klux Klan. Luego las 14 palabras, m¨¢s tarde el RaHoWa (iniciales de guerra racial sagrada), despu¨¦s las prendas de Helly Hansen por sus iniciales; el 88 (por la octava letra del alfabeto, la H, por duplicado: Heil Hitler) o las prendas de Columbia, cuyas aspas parecen formar una esv¨¢stica. Cada gesto, cada logo, cada lema, ha tenido sus altavoces a lo largo de la historia. Desde las diatribas de los grandes c¨ªclopes del Klan en Alabama hasta las canciones de Skrewdriver o No Remorse, pasando por los delirios conspiracionistas de QAnon, el misterioso agente del caos que afirma tener acceso a informaci¨®n secreta y cuya misi¨®n ¨Cinsiste¨C es destruir el deep state, una especie de poder dentro del poder. Los mismos que un d¨ªa dicen que Obama pertenece a la raza extraterrestre reptiliana se agarraban hace unos a?os al revisionismo de David Irving, el historiador brit¨¢nico que afirma que el Holocausto nunca existi¨®. Los foros, las redes sociales, los recovecos de Internet est¨¢n llenos de extra?as teor¨ªas, c¨®digos y puertas secretas. Nunca cierran, y siempre son capaces de generar material nuevo, cada vez m¨¢s elaborado.
Pero ahora la ultraderecha estadounidense (y por ende la mundial) tiene otras caras, otros mantras, otros objetivos. Y por supuesto, ha cambiado todo: los matices ideol¨®gicos, el discurso y el vestuario. Los neonazis americanos se llaman ahora a s¨ª mismos aceleracionistas: creen que los modernos reg¨ªmenes democr¨¢ticos ya est¨¢n finiquitados, pero falta darles el golpe final, acelerar el proceso. Para ello, cualquier medio es l¨ªcito, incluido el terrorismo. La teor¨ªa mezcla a Lenin con el nacional-socialismo y a los dos con la idea de que solo destruy¨¦ndolo todo, podr¨¢ surgir algo mejor.
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