Chandigarh: las sillas que est¨¢ prohibido sacar de la India sin el permiso del ministro de Cultura (y una Kardashian tiene en su casa)
El proyecto urban¨ªstico de Le Corbusier para una India en pleno discurso anticolonialista se remat¨® con una l¨ªnea de mobiliario, atribuida a su primo Pierre Jeanneret, por cuyas sillas se pagan hoy m¨¢s de 10.000 euros en subastas internacionales
"Chandigarh ser¨¢ la expresi¨®n de la fe de la naci¨®n en el futuro", afirm¨® el primer ministro de la India Jaw¨¡harl¨¡l Nehru en 1952 mientras visitaba la nueva capital, a¨²n en construcci¨®n, del estado de Punyab. Y ten¨ªa motivos para el entusiasmo: el pa¨ªs acababa de obtener su independencia gracias, entre otras cosas, a esa confianza inquebrantable en un futuro mejor. As¨ª que Chandigarh era una ciudad pero tambi¨¦n un s¨ªmbolo, el de la nueva India que sal¨ªa de nueve d¨¦cadas de dominio brit¨¢nico llena de ilusiones. Lo que con seguridad el Pandit no pudo anticipar fue el camino que tales ilusiones recorrer¨ªan para materializarse ¨Cen forma de silla¨C en el hogar de una Kardashian.
Ese camino hab¨ªa comenzado un a?o antes, cuando el arquitecto franco-suizo Charles-?douard Jeanneret, Le Corbusier, acept¨® el encargo del gobierno de la India de dise?ar los edificios p¨²blicos que jalonar¨ªan Chandigarh. La capital habr¨ªa de construirse en las proximidades de un antiguo templo dedicado a la diosa Chandi, de la que tomaba el nombre. El profesional originalmente designado para aquella tarea, Maciej Nowicki, acababa de fallecer en accidente de aviaci¨®n, y su socio, el urbanista Albert Mayer, abandon¨® la nave, no sin antes dejar su plan urban¨ªstico a disposici¨®n de las autoridades indias.
Se hab¨ªa acordado que Le Corbusier partiera del trabajo de Mayer, pero ¨¦l prefiri¨® firmar un nuevo plan a su imagen y semejanza. De este modo pod¨ªa resarcirse de su nunca realizado Plan Voisin de 1925 para Par¨ªs, que propugnaba el derribo de barrios enteros del centro de la ciudad para reemplazarlos por un trazado homog¨¦neo de rascacielos. A la vista est¨¢ que para Le Corbusier la metr¨®poli del futuro se constru¨ªa sin temor a la piqueta. Sin embargo, Chandigarh presentaba la ventaja de no requerir de ella, ya que la operaci¨®n consist¨ªa en erigir una ciudad partiendo completamente de cero.
El acuerdo con Le Corbusier: una 'escuela' para los profesionales indios
Lo que no quiere decir que no existieran otras servidumbres. Un requisito esencial era que el arquitecto trabajase in situ con el fin de formar a un grupo de profesionales indios que pudieran seguir aplicando en el pa¨ªs las ense?anzas recibidas. Pero Le Corbusier no ten¨ªa especial inter¨¦s en pasar varios a?os viviendo en mitad del Punyab, as¨ª que propuso otra soluci¨®n.
Una vez dise?ado el plan, ¨¦l se limitar¨ªa a supervisar su ejecuci¨®n en la distancia, mientras que su primo y colaborador Pierre Jeanneret (juntos hab¨ªan escrito el manifiesto "Cinco puntos de la arquitectura moderna") permanecer¨ªa al pie del ca?¨®n. Fue as¨ª como, durante la d¨¦cada larga que la ciudad tard¨® en construirse, Corbu viaj¨® una veintena de veces a la India, mientras que Pierre Jeanneret fij¨® all¨ª su residencia casi hasta el fin de sus d¨ªas (falleci¨® en Ginebra en 1967).
El proyecto urban¨ªstico firmado por Le Corbusier part¨ªa de un trazado reticular en el que se insertaban abundantes zonas verdes, amplias avenidas y edificios administrativos de osadas hechuras escult¨®ricas. De entre todo ellos destaca el complejo del Capitolio, un sue?o brutalista hecho realidad que en 2016 ser¨ªa incluido, junto con otras 16 creaciones suyas, en la lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Nadie distingue el original de una buena copia
Pero incluso en los sue?os, si son arquitect¨®nicos, es necesario que la gente pueda sentarse. Y posar tazas de t¨¦, y libros, y almacenar papeles y pertenencias personales. As¨ª que tambi¨¦n se dise?¨® una completa l¨ªnea de mobiliario destinado a surtir aquellos magn¨ªficos edificios y prestar servicio a sus ocupantes. Sus formas funcionales y depuradas remit¨ªan al Movimiento Moderno de arquitectura, pero fueron elaborados por talleres locales en materiales aut¨®ctonos, asequibles y apropiados para aquel clima, como teca, mimbre, bamb¨² y cuero.
De entre todos estos muebles destacan las distintas variantes de una silla en forma de uve invertida originalmente prevista como mobiliario de oficina. Gobernantes, pol¨ªticos, maestros, grandes y peque?os funcionarios utilizaron estos asientos que revest¨ªan el racionalismo de una cierta amabilidad org¨¢nica. Y sin duda esto contribuy¨® a mejorar su calidad de vida, lo que nos recuerda la importancia del (buen) dise?o para favorecer una existencia cotidiana digna y confortable.
Seg¨²n un amplio consenso entre los expertos, los muebles fueron mayoritariamente obra de Pierre Jeanneret. Y as¨ª suele asumirse sin grandes cuestionamientos pese a que, en realidad, no se conoce ning¨²n dibujo firmado por ¨¦l que permita atribuirle oficialmente la creaci¨®n. Por ello, en teor¨ªa los dise?os pueden reproducirse a voluntad. De hecho, hace apenas un a?o, la firma italiana de mobiliario Cassina reedit¨® dos sillas, una butaca y una mesa de Chandigarh bajo el nombre Capitol Complex como homenaje a su m¨¢s que probable autor.
Desde Mil¨¢n, la responsable del archivo hist¨®rico de Cassina, Barbara Lehmann, nos explica que la empresa emprendi¨® una investigaci¨®n sobre esta autor¨ªa que por el momento no ha dado con las evidencias necesarias: "S¨ª hallamos en la Fundaci¨®n Le Corbusier el dibujo de la butaca, y decidimos utilizarlo. Fabricamos esos muebles a nuestra manera, es decir, m¨¢s lujosos y tambi¨¦n m¨¢s resistentes que los originales que salieron de peque?os talleres. Pero si vas a las subastas, algunos de los que se anuncian como originales lo ser¨¢n, y otros seguramente no".
El objeto 'ex¨®tico' m¨¢s deseado en la decoraci¨®n occidental
Lo cierto es que, a partir de los a?os ochenta, las piezas originales languidec¨ªan en Chandigarh. Deterioradas por el uso y el tiempo, comenzaron a api?arse en almacenes p¨²blicos, y despu¨¦s las que se salvaron de la destrucci¨®n se vendieron por un pu?ado de rupias. Para entonces hab¨ªan atra¨ªdo la atenci¨®n de los connaisseurs occidentales: concebidas en teor¨ªa bajo estrictos criterios utilitarios, pocos pasaron por alto su c¨¢lida elegancia. As¨ª que comenzaron a verse en algunos de los interiores m¨¢s sofisticados de Europa y Am¨¦rica.
Como consecuencia, el aprecio por los muebles Chandigarh dentro la propia India experimentar¨ªa un viraje que llev¨® a que, desde 2011, se prohibiera su salida del pa¨ªs sin la aprobaci¨®n expresa del ministro de Cultura. El bien se volvi¨® m¨¢s escaso en el mercado internacional, y por tanto m¨¢s deseable. As¨ª, en los ¨²ltimos a?os las casas de subastas han rematado por precios astron¨®micos las piezas puestas en circulaci¨®n, no sin su correspondiente alerta informativa en los medios locales: "El patrimonio de la ciudad, a subasta en el extranjero, otra vez". Como ejemplo, en 2018 Christie¡¯s adjudicaba dos sillas originales de teca y rejilla por 11.250 d¨®lares.
De Suiza a India y de vuelta a California
El interiorista Axel Vervoordt, conocido por sus espacios casi monacales, ha recurrido a los asientos Chandigarh en algunos de sus proyectos m¨¢s difundidos. Y, en un inesperado giro de los acontecimientos, cuando la empresaria e influencer Kourtney Kardashian dio a conocer las estancias su residencia de Calabasas, en Los ?ngeles, pudo apreciarse que se hab¨ªa hecho con al menos una docena de las piezas de Jeanneret, varias de las cuales se utilizaban como sillas de comedor.
Hoy sigue abierto el debate sobre el modelo urban¨ªstico de Chandigarh. Sus defensores destacan que en ella las condiciones de salubridad siguen siendo mejores que en otras urbes indias, m¨¢s masificadas. Pero tambi¨¦n se ha criticado su escala desmesurada, una frialdad que roza lo inh¨®spito, la dificultad para ampliarla dando cabida al crecimiento de la poblaci¨®n, y los inconvenientes pr¨¢cticos generados en los edificios por el uso masivo del hormig¨®n armado en un clima extremo. Pocos discuten, sin embargo, la relevancia del patrimonio conformado por los muebles originales.
De alguna manera, el viaje que experiment¨® ese legado (de Suiza a la India, y de all¨ª hasta Calabasas, California) ilustra un devenir que va mucho m¨¢s all¨¢ del dise?o o el urbanismo. Podr¨¢ aqu¨ª se?alarse la iron¨ªa de que para construir la imagen de una India libre, inserta en un discurso descolonizador y nacionalista, se recurriera a un arquitecto estrella occidental. En cambio, lo que no puede negarse es que la fe en el futuro que profesaba Nehru fue recompensada. Solo que no como ¨¦l habr¨ªa esperado.
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