La cuenta de Twitter que dej¨® sin publicidad a medios ultraderechistas en EE UU aterriza en Brasil y asusta a Bolsonaro
El proyecto Sleeping Giants, que busca dejar sin publicidad a las webs afines a la extrema derecha, avanza en su proyecto global. Ha llegado a Brasil con una fuerza inusitada. Bolsonaro prepara el contraataque
El Gobierno de Bolsonaro libra dos luchas simult¨¢neas: gestionar la Covid-19 en un pa¨ªs que ya suma 43.000 muertos (cifras oficiales) y evitar la sangr¨ªa de publicidad que sufren sus medios afines desde que la c¨¦lula brasile?a Sleeping Giants despertase en redes sociales. La primera crisis afecta a la salud; la segunda, a su m¨²sculo ¨Cfinanciero y de influencia¨C para verter teor¨ªas conspiranoicas sobre el virus.
Sleeping Giants es una iniciativa que surgi¨® en Twitter para alertar a grandes empresas sobre sites de dudosa reputaci¨®n en los que aparecen sus anuncios como consecuencia de la publicidad program¨¢tica. El movimiento, liderado en EE UU por el publicista Matt Rivitz y que consigui¨® desmonetizar en cuesti¨®n de meses la poderosa web de extrema derecha Breitbart News, ha aterrizado con furia en Brasil.
Un estudiante cre¨® el perfil de Twitter Sleeping Giants Brasil en el mes de mayo, d¨ªas despu¨¦s que en ICON nos hici¨¦ramos eco de la iniciativa. Rivitz lo oficializ¨® el segundo d¨ªa de actividad. En solo una semana super¨® el n¨²mero de seguidores de la cuenta primigenia y gener¨® una oleada de solidaridad e indignaci¨®n sin precedentes.
Dos personas actualizan diariamente el perfil de Twitter y un ej¨¦rcito de voluntarios an¨®nimos contactan de forma desinteresada con las compa?¨ªas afectadas para multiplicar su ¨¢rea de influencia. La ABAP (Associa?ao Brasileira de Agencias de Publicidade) ya ha mostrado su apoyo a la iniciativa y diferentes agencias de medios han contactado con ellos para buscar asesoramiento.
El perfil suma actualmente 367.400 seguidores, empresas como Mercedes Benz, Nissan, McDonalds o Philips han retirado la publicidad de Jornal da Cidade y tiene el compromiso de m¨¢s de 200 compa?¨ªas de todo el mundo de revisar los 'sites' en los que se inserta su publicidad en Brasil
La indignaci¨®n ha alcanzado al ejecutivo de Bolsonaro porque la diana de las denuncias es Jornal da Cidade, una web alineada con la l¨ªnea ultraderechista del presidente de Brasil. El estudiante que cre¨® el perfil en Brasil, que se mantiene en el anonimato por razones de seguridad ¨CMatt Rivitz recibi¨® amenazas de muerte cuando se revel¨® su identidad¨C, explica por coreo elctr¨®nico por qu¨¦ el esfuerzo est¨¢ concentrado en esa medio digital oficialista.
¡®"Jornal da Cidade fue el medio que comparti¨® m¨¢s fake news en el ¨²ltimo proceso electoral, ha publicado infinidad de informaciones err¨®neas y pseudocient¨ªficas sobre la pandemia, como defender la eficacia de la hidroxicloroquina para tratar la enfermedad, y ha sido condenado por la justicia de Brasil en varias ocasiones por su permanente discurso de odio". Est¨¢ convencido de que el ¨¦xito de la iniciativa responde al hartazgo social: "Nuestro pa¨ªs ha sufrido much¨ªsimo a causa de la desinformaci¨®n, Sleeping Giants solo demuestra que la gente necesita y celebra herramientas para neutralizar las fake news¡¯"
El perfil suma actualmente 367.400 seguidores. Empresas como Mercedes Benz, Nissan, McDonalds o Philips han retirado la publicidad de Jornal da Cidade y tiene el compromiso de m¨¢s de 200 compa?¨ªas de todo el mundo de revisar los sites en los que se inserta su publicidad en Brasil. Sin embargo, el clan Bolsonaro ha empezado a ejercer presi¨®n sobre las compa?¨ªas en las que tiene influencia.
Por ejemplo, el Banco de Brasil, que en un primer momento se sum¨® a la iniciativa, ha rectificado y devuelto la inversi¨®n al site asociado al bolsonarismo. La instituci¨®n, controlada en un 50% por el Estado brasile?o, sucumbi¨® a la presi¨®n gubernamental. La batalla publicidad program¨¢tica vs. Sleeping Giants ha empezado. "Desgraciadamente, esta guerra se ha convertido en una cuesti¨®n de estado. Seguiremos luchando para liderar el debate social sobre la influencia de las noticias falsas, la desinformaci¨®n y restringir el discurso de odio vertido desde las instituciones oficiales".
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