A la felicidad por la escoria: la historia de Divine, la estrella m¨¢s soez del mundo y el modelo real de ?rsula, la bruja de 'La sirenita'
Recordamos la deslumbrante vida de la protagonista de 'Pink Flamingos', cuyo legado protagoniza una exposici¨®n virtual y una colecci¨®n c¨¢psula y solidaria de Loewe
¡°Divine era, sencillamente, m¨¢s grande que la propia vida en todos los sentidos: como persona, artista, personalidad y cuerpo. A mi manera de ver, encarna la autodeterminaci¨®n¡±. El dise?ador Jonathan Anderson define as¨ª la fascinaci¨®n turbulenta y casi prohibida que sigue despertando hoy la figura de Divine, el personaje creado por el estadounidense Harris Glenn Milstead (1945-1988) que, en los a?os sesenta, alcanz¨® la fama junto a su amigo John Waters y puso las bases para una fruct¨ªfera trayectoria esc¨¦nica y musical que se interrumpi¨® bruscamente con su fallecimiento repentino en 1988. Desde entonces han pasado m¨¢s de tres d¨¦cadas, pero su figura ha seguido creciendo hasta alcanzar una categor¨ªa, la de artista de culto e icono underground, que es la que reivindica Anderson a trav¨¦s de Loewe, la firma de lujo en la que ejerce como director creativo desde 2015. Este jueves se inaugura un homenaje por partida doble. Por un lado, una exposici¨®n digital de fotograf¨ªas de memorabilia de Divine tomadas por su amigo, el retratista Greg Gorman, en la que hay desde sus vestidos hasta su ba¨²l de maquillaje. Por otro, una colecci¨®n c¨¢psula de tres camisetas y un bolso Tote que ya est¨¢n a la venta con fines solidarios.
¡°Is this ¡®woman¡¯ the filthiest person alive?¡± (?Es esta ¡®mujer¡¯ la persona m¨¢s soez del mundo?) es la frase que aparece en una de las camisetas del proyecto, y tambi¨¦n todo un manifiesto que acompa?¨® a Divine desde sus primeras apariciones en las pel¨ªculas amateur que dirig¨ªa su amigo John Waters. En Pink Flamingos (1972), todo un cl¨¢sico de los cines de sesi¨®n golfa de Estados Unidos y Europa, Divine protagonizaba situaciones en las que lo escatol¨®gico alcanzaba el nivel de la n¨¢usea. Pero en un mundo en el que estaban a punto de eclosionar las subculturas ¨C¡° "No soy punk ni lo he sido nunca, entre otras razones porque cuando yo hac¨ªa esas cosas el movimiento punk a¨²n no exist¨ªa", declaraba a este peri¨®dico en 1984¨C, su irrupci¨®n en la cultura pop adquiri¨® tintes mesi¨¢nicos.
Divine no se parec¨ªa a nadie. Hab¨ªa comenzado en los circuitos drag alternativos, pero pronto se dio cuenta de que la obsesi¨®n de las drag queens por la elegancia y el glamur hollywoodiense se le quedaba corto. Su corpulencia ¨Clleg¨® a pesar 150 kilos¨C, su maquillaje disfuncional ¨Cobra del estilista Van Smith¨C y, sobre todo, su sentido del humor y de la provocaci¨®n iban m¨¢s all¨¢ del travestismo cl¨¢sico. Cuando el personaje Divine se sub¨ªa al escenario ¨Cy protagoniz¨® varias obras teatrales y espect¨¢culos a su medida¨C, lo primero que hac¨ªa era insultar al p¨²blico. Y el p¨²blico, de manera aparentemente parad¨®jica, aullaba de placer. Muchos de los c¨®digos heterodoxos que conforman la cultura queer contempor¨¢nea, desde la Movida madrile?a (por cierto, Alaska lleva el rostro de Divine tatuado en el brazo) hasta Rupaul Drag Race no ser¨ªan iguales sin la influencia liberadora, cat¨¢rtica e incorrect¨ªsima de Divine.
Igual que sucede con el cine gore, sus nauseabundos ¨Cy, ojo, eso en el mundo de Divine era un elogio¨C sketches ten¨ªan algo de magn¨¦tico y de sofisticado. ¡°Divine anticip¨® la glorificaci¨®n de la escoria; la fusi¨®n de exquisitez y miseria; la maravillosa supresi¨®n de las barreras de g¨¦nero¡±, apunta Jonathan Anderson. Divine era un actor que se quitaba el maquillaje nada m¨¢s bajar del escenario y un hombre gay al que sus conocidos siguen refiri¨¦ndose en masculino, pero tambi¨¦n una muestra de que la divisi¨®n binaria del g¨¦nero estaba dejando de ser ¨²til. Tal vez por eso, el homenaje que ahora le rinde Loewe tiene utilidad extra. El 15% de las ventas ir¨¢ destinado a la organizaci¨®n Visual AIDS, que lucha contra la estigmatizaci¨®n del VIH a trav¨¦s de la cultura. Y otra cuant¨ªa se ha donado a Baltimore Pride, ¡°por dos razones que consideramos importantes¡±, explica el dise?ador. ¡°En primer lugar, se trata de la ciudad natal de Divine y el escenario de la pel¨ªcula Hairspray. Pero, adem¨¢s ¨Cy esto es a¨²n m¨¢s importante¨C Baltimore Pride es una organizaci¨®n y celebraci¨®n LGBTQ+ liderada por afroamericanos¡±.
Divine, que deseaba ser actor ante todo y que pudo protagonizar personajes m¨¢s poli¨¦dricos en Hairspray o Lust in Dust, vivi¨® una inusitada edad de plenitud en los ochenta gracias a pegadizos temas disco que le llevaban a giras interminables por clubes de todo el mundo, aunque hab¨ªa fijado su residencia en Los ?ngeles. Su fallecimiento en 1988 por un ataque al coraz¨®n mientras dorm¨ªa lleg¨® como una amargu¨ªsima mueca del destino; sucedi¨® la noche antes de comenzar a rodar su primer episodio en Matrimonio con hijos, la famos¨ªsima sitcom en la que hab¨ªa logrado su objetivo de un papel como actor desligado de sus personajes underground. Posiblemente tampoco ten¨ªa ni idea de que no muy lejos de all¨ª, en los estudios de Disney, los responsables del pr¨®ximo gran ¨¦xito de la casa, La sirenita (1989), estaban utilizando su inspiraci¨®n, su maquillaje, su ropa y hasta sus gestos para dar forma a Ursula, la bruja del mar. Un salto intertextual ¨¦pico: de los antros de la contracultura al VHS de millones de ni?os en todo el mundo.
El documental I am divine, estrenado en 2013 con numerosos testimonios de amigos, colegas de trabajo y familiares, narra los ¨²ltimos a?os de un artista intuitivo y exigente que, tal vez sin pretenderlo, encarn¨® las ansias de cambio de su ¨¦poca. ¡°No iba por ah¨ª d¨¢ndoselas de pol¨ªtico¡±, afirma su amigo y mentor, el cineasta John Waters. ¡°Divine encarnaba la apariencia. Alguien que no encajaba, que exager¨® lo que todos odiaban, lo convirti¨® en un estilo y gan¨®¡±. Que m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s de su desaparici¨®n sigamos hablando de su talento da buena muestra de ello.
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