"Encontr¨¦ Espa?a llena de gente que se mor¨ªa por expresar m¨¢s"
Dos a?os despu¨¦s de su debut en Loewe, el norirland¨¦s Jonathan Anderson ha obrado una revoluci¨®n en el mayor s¨ªmbolo del lujo espa?ol
Adem¨¢s de corbatas, trajes y maletines, quien entre en Loewe esta primavera podr¨¢ comprarse sudaderas de Goofy, monederos de toalla y una variedad de curiosas prendas y accesorios con estampado manga. La nueva tienda de la casa en Miami es un cubo blanco con un h¨®rreo en medio, importado de Galicia. Sus anuncios sugieren lujo intelectual en vez de gritar ¡°caro¡±. El responsable de esta agresiva estrategia de renovaci¨®n es Jonathan Anderson, un norirland¨¦s de 31 a?os que acaba de recibir dos British Fashion Awards y es conocido por su habilidad para convertir aparentes suicidios comerciales, como pantaloncitos de volantes para hombres, en agentes del ¨¦xito. Alguien cuyas colecciones, dice, han de tener un 35% de incomodidad para funcionar.
Se nos olvida que una camiseta la fabrican manos humanas. Puede costar cuatro euros, pero ignoramos las consecuencias sociales y econ¨®micas de que sea tan barata. Eso es lo fundamental del lujo: protege la artesan¨ªa
Y funcionan. S¨®lo dos a?os despu¨¦s del nombramiento de Anderson por LVMH (el grupo franc¨¦s due?o de Loewe), esta casa centenaria ha pasado de languidecer en el gusto burgu¨¦s a liderar la ¨²ltima revoluci¨®n de la moda masculina. El nuevo Loewe maneja provocativamente la tradici¨®n. Su imagen, andr¨®gina y retadora, se ha convertido en un paradigma de la industria. Honra sus ra¨ªces artesanas fabricando s¨®lo en Espa?a, pero ha conseguido nuevos dise?os superventas que cortan la dependencia de los cl¨¢sicos, como el bolso Puzzle. Desde sus estudios en Londres y Par¨ªs (de su propia marca y de Loewe, respectivamente), Anderson organiza un trabajo que resulta tan instintivo en su est¨¦tica como minuciosamente planificado. ¡°Se trata de comisariar ropa y accesorios en el contexto de hoy, reflejando el pasado¡±, explica. De modo que no es s¨®lo dise?o. ¡°Comisariar¡±, insiste. ¡°El reto es rejuvenecer la clientela y devolver la casa al buen lugar que ocupaba¡±.
?Qui¨¦n tuvo m¨¢s influencia sobre usted, un padre jugador de rugby o un abuelo dise?ador textil?
Loewe tiene que ver con la cultura, con el trabajo manual y con la industria espa?ola. Tiene que volver a ser un l¨ªder
Los dos. De mi padre he heredado la determinaci¨®n. Decidi¨® que quer¨ªa ser jugador de rugby y lleg¨® a jugar en la selecci¨®n irlandesa durante muchos a?os [en ocasiones, como capit¨¢n], y luego ha entrenado a Irlanda, Escocia e Irlanda del Norte. De mi abuelo, la creatividad. Me ense?¨® a formar mi gusto.
Describa una imagen de su infancia.
Crec¨ª en el campo, en Irlanda del Norte. Lo incre¨ªble de esa parte del mundo es el horizonte. Es verde y gris, un fondo monocrom¨¢tico. Supongo que tambi¨¦n un poco deprimente. En contraste, cualquier forma con color destaca una barbaridad. Cuando creces, aprendes por colores, y esas impresiones se quedan durante toda tu vida. En cierto modo, te entrenan la vista.
Desde el principio tengo claro que Loewe no puede convertirse en parte del paisaje tur¨ªstico. En cuanto eso ocurra significar¨¢ que la marca ya no representa su tiempo
?A qu¨¦ edad se fue de casa?
A los 19, cuando me march¨¦ a Washington D.C. a estudiar arte dram¨¢tico.
?Qu¨¦ tal se le daba la interpretaci¨®n?
La abandon¨¦ a los dos a?os. Sab¨ªa que nunca podr¨ªa ser el mejor. Pero estoy contento de haber pasado por ese proceso. Cuando dise?as moda, inventas un personaje, y cuando act¨²as, te conviertes en uno. Mucha gente me reprocha que, vistiendo como visto [con camiseta, jersey y vaqueros], no represento mi marca, pero la idea es convertirte en el personaje a trav¨¦s de otros. Del modelo, de las fotos o del consumidor.
Su forma de hablar de su profesi¨®n siempre denota mucho distanciamiento.
Mi filosof¨ªa se resume en c¨®mo llenar un lienzo en blanco. Si personificas todo lo que haces es muy dif¨ªcil descubrir algo nuevo. Te levantas cada ma?ana, te miras y acabas proyectando esa misma idea. Es mejor proyectar la fantas¨ªa de lo que no eres. Te obliga a encontrar lo pr¨®ximo en lo poco familiar.
Mucha gente me reprocha que, vistiendo como visto [con camiseta, jersey y vaqueros], no represento mi marca, pero la idea es convertirte en el personaje a trav¨¦s de otros
Supongo que esto tiene que ver con que se defina como comisario en vez de como artista.
S¨ª. No me considero un dise?ador puro, sino alguien a quien le gustan las cosas. La propia idea del consumo es que algo te obsesione. Yo mismo soy totalmente obsesivo. Me vuelvo loco con algo y, cuando termino, ya est¨¢, paso a lo siguiente. De eso trata la moda: es una puerta giratoria que necesita combustible para seguir funcionando.
Fund¨® su marca en 2008. ?Ha cambiado mucho?
Extra?amente, me he relajado. Estoy m¨¢s seguro de m¨ª mismo. Me importa menos lo que piense la gente. Loewe es una empresa enorme y la m¨ªa tambi¨¦n es en parte propiedad de LVMH, as¨ª que tengo la responsabilidad de convertir ambas en un ¨¦xito. Quiero dejar una huella suficientemente s¨®lida como para que puedan continuar sin m¨ª. Me he convertido en los ¨²ltimos a?os en alguien m¨¢s centrado y m¨¢s eficiente.
Sus colaboradores habituales, como el estilista Benjamin Bruno, son ahora estrellas de la industria.
?l es el ¨²nico miembro que est¨¢ en ambos equipos, junto con [el estudio de dise?o gr¨¢fico] M/M y [el fot¨®grafo] Jamie Hawkesworth. Esa es mi familia, los ¨²nicos a quienes permito hacer lo que quieran. Conf¨ªo en su gusto y en su capacidad. Me gusta que me reten y, de esa manera, encontrar la belleza.
No me considero un dise?ador puro, sino alguien a quien le gustan las cosas. La propia idea del consumo es que algo te obsesione. Yo mismo me obsesiono con algo y, cuando termino, paso a lo siguiente. De eso trata la moda¡±
?Es consciente de que est¨¢ haciendo un retrato generacional con su trabajo?
Lo interesante con M/M, Benjamin y Jamie es que, por accidente, definimos una imagen que ahora se ha convertido en la imagen. Al principio resultaba incre¨ªblemente nueva, generaba mucho desconcierto, y de repente se hace mainstream. Si echas un vistazo a los ¨²ltimos cinco a?os, te das cuenta de lo familiar que resulta ahora.
Ha roto con esa imagen en su tercera colecci¨®n para Loewe.
La creatividad significa destruir algo, avanzar. Ir¨®nicamente, este proceso de destrucci¨®n revela tanto lo que buscas como el secreto de tu m¨¦todo, y ese es el m¨ªo: destruir el pasado para atisbar el futuro, y no intentar calcular demasiado. Si lo haces, quedas atrapado en una f¨®rmula gen¨¦rica.
Muchos j¨®venes dise?adores lo admiran. Pero, mientras ellos s¨®lo quieren o¨ªr hablar de creadores experimentales que nunca han abandonado su estatus de culto, usted tiene m¨¢s en com¨²n con Miuccia Prada, la mujer que ha conseguido un ¨¦xito planetario jugando con el mal gusto.
Mi equipo y yo definimos, por accidente, una imagen que ahora se ha convertido en la imagen. Al principio resultaba muy nueva y desconcertante, pero si echas un vistazo a los ¨²ltimos cinco a?os, ver¨¢s lo familiar que resulta ahora"
Es la dise?adora m¨¢s influyente de los ¨²ltimos 20 a?os, y lo sigue siendo. Yo fui escaparatista en Prada. Ah¨ª me di cuenta de su obsesi¨®n, de su convicci¨®n en la moda y, al mismo tiempo, de su capacidad para separarse de ella. Es una mujer fascinante.
Impresiona lo s¨®lido que ya parece su trabajo en Loewe.
Cuando firm¨¦, no hice nada en un a?o. Estaba poniendo los cimientos y quer¨ªa que todo fuera perfecto. Cuando te enamoras de una firma y te enamoras de un pa¨ªs, quieres hacer lo mejor para ellos: una base s¨®lida, que conecte de nuevo con el consumidor. Por eso quise hacer una marca cultural, porque Loewe tiene que ver con la cultura, con el trabajo manual y con la industria espa?ola. Tiene que volver a ser un l¨ªder.
?
?Qu¨¦ ha descubierto de nuestro pa¨ªs?
Una f¨¢brica incre¨ªble con gente muy talentosa que se mor¨ªa por expresar m¨¢s. Por eso existe el bolso Puzzle [su primer dise?o para Loewe, plegable, inspirado en el origami], por ejemplo, para poner el dise?o en la cabeza, no en el furg¨®n de cola.
?Le tienta hurgar en el folclore?
Desde el principio tengo claro que Loewe no puede convertirse en parte del paisaje tur¨ªstico. En cuanto eso ocurra significar¨¢ que la marca ya no representa su tiempo.
Hace un par de a?os la moda masculina no estaba en su momento m¨¢s interesante. Casi todo era ropa convencional con pretensiones de elegancia. ?Lo que usted hace es consecuencia de aquella sobredosis de buen gusto?
Llevo diez a?os haciendo ropa masculina y siempre me he mantenido firme en mi idea de un armario compartido [entre un hombre y una mujer], de debatir sobre el g¨¦nero y sobre qu¨¦ puede llegar a ponerse un hombre o qu¨¦ no. Ahora todo eso se ha extendido, pero yo s¨®lo reflejo lo que creo que ocurre a nuestro alrededor.
As¨ª que todav¨ªa no se ha cansado de que le pregunten sobre el g¨¦nero y la ambig¨¹edad.
La cuesti¨®n no es si estoy cansado o no, sino que nos empe?amos en hablar de g¨¦nero cuando, aunque suene aburrido, muchas veces s¨®lo se trata de una prenda. De la obsesi¨®n de la gente con una cosa.
Hace poco me contaban que en realidad a Yves Saint Laurent, que pasa por ser el dise?ador sesentayochista, le asustaba la revoluci¨®n. Y que sus clientas, lejos de ser mujeres liberadas, s¨®lo eran se?oras ricas con un look. ?Puede la moda ser pol¨ªtica o al final s¨®lo es est¨¦tica?
La moda, el arte, la fotograf¨ªa, el cine captan lo que est¨¢ pasando en el mundo. Sea lo que sea. Y hasta que miras hacia atr¨¢s no comprendes por qu¨¦ ocurri¨®. No creo que sepamos hasta dentro de diez a?os en qu¨¦ consisti¨® esta d¨¦cada. Hoy en d¨ªa todo est¨¢ borroso, vivimos en un bucle de referencias. Eso es lo que quer¨ªa reflejar en Loewe [cuando us¨® como imagen de campa?a una foto de Steven Meisel de 1997, que a su vez recreaba un cuadro de Alex Katz de los a?os setenta]. Planteamos: esta imagen existe, hace referencia a una pintura, y ahora esta foto es la referencia de otra foto. Hemos cerrado el c¨ªrculo. Lo fascinante es que no es moda, sino documentaci¨®n de lo que estamos viviendo.
Disculpe, es un poco confuso.
?Claro que es confuso! Pero eso puede ser excitante tambi¨¦n, porque a trav¨¦s de esa confusi¨®n no tienes ni idea de lo que encontrar¨¢s, ni si algo o nada de lo que encuentres ser¨¢ nuevo. Y nunca lo sabr¨¢s.
De modo que s¨ª piensa que la moda es pol¨ªtica. O su reflejo.
S¨ª.
?Le interesa la pol¨ªtica?
S¨ª, pero mantengo mis opiniones en privado. Veo las noticias cada ma?ana y cada noche. Vivimos tiempos dif¨ªciles.
?Le endureci¨® crecer en Irlanda del Norte?
S¨ª. All¨ª te das cuenta pronto de que la vida es corta y de que puede ser arrebatada muy f¨¢cilmente. Es un microcosmos. Ves claramente c¨®mo es la gente, qu¨¦ les motiva y qu¨¦ es lo que hace que el mundo cambie de un d¨ªa para otro. En los pr¨®ximos a?os se decidir¨¢ qui¨¦n tiene el poder: ?Europa? ?China? ?Latinoam¨¦rica? Todos luchan por ser una superpotencia y, entre medias, ocurren crisis econ¨®micas, movimientos de poblaci¨®n¡ El mundo est¨¢ en un tren de alta velocidad del que no sabe c¨®mo bajarse.
En este contexto, ?la moda es escapismo?
A veces te levantas por la ma?ana y te preguntas por qu¨¦ causa est¨¢s luchando. Pero, al final, si puedo hacer feliz a gente porque pueden acceder a ciertos productos, unos m¨¢s caros y otros m¨¢s baratos, pues estupendo. ?ltimamente estoy muy comprometido con el valor de las cosas. Se nos olvida que una camiseta la fabrican manos humanas y que eso tiene un valor. Puede costar cuatro euros, pero ignoramos las consecuencias sociales y econ¨®micas de que sea tan barata. Eso es lo fundamental del lujo: protege la artesan¨ªa. Y eso cuesta dinero, porque paga a la gente lo que merece.
Tiene un discurso muy bien articulado, que expresa con gran exactitud. No quiero que suene a psicolog¨ªa barata, pero ?el control es una forma de protegerse?
Aunque no me guste, trabajo en el ¨¢mbito p¨²blico. Lo que digo y lo que hago expresan una responsabilidad; represento dos marcas que emplean a mucha gente. Tengo que estar muy centrado y saber exactamente qu¨¦ es lo que estoy haciendo.
Su planteamiento es muy moderno, pero tambi¨¦n tiene los rasgos que siempre han motivado a un dise?ador: ser controlador y querer ser recordado. Al final, ?nada cambia?
En realidad me gusta el control pero luego nunca lo tengo, lo cual es natural. ?Que si quiero ser recordado? No s¨¦ si se trata de eso, y no s¨¦ si puedes trabajar de esa manera. S¨®lo s¨¦ que lo que haces tiene que ser lo adecuado en cada momento.
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