La Barcelona antigua, en 11 fotograf¨ªas explicadas por arquitectos y urbanistas
La transformaci¨®n del puerto, el ensanche o la vida cotidiana de las Ramblas permiten a estos expertos analizar los retos medioambientales, econ¨®micos y sociales a los que se enfrenta la capital catalana
Cuando uno se ve ante unas cuantas fotograf¨ªas de Barcelona tomadas a lo largo de un siglo y medio, la primera tentaci¨®n conduce al ejercicio nost¨¢lgico. C¨®mo no solazarse en el recuerdo de la arquitectura de sus barrios bulliciosos y empapados de sabor popular, de un puerto mucho menos high-tech que el actual, del trazado a¨²n medieval de muchas de sus calles, o incluso en los principios higienistas del plan de urbanismo puesto en pr¨¢ctica en la segunda mitad del siglo XIX por Ildefons Cerd¨¤, ese ensanche burgu¨¦s cuya construcci¨®n supuso una suerte de momento fundacional para la celebrada modernidad barcelonesa.
Sin embargo, la tentaci¨®n se disipa r¨¢pidamente si hablamos con algunos de los arquitectos que tienen a Barcelona como campo de acci¨®n, y que por tanto nos aportan un enfoque m¨¢s cr¨ªtico. Porque hay otra forma de enfrentarse a las im¨¢genes del pasado: la que en lugar de lamentar lo que hemos perdido nos ayuda a entender nuestro presente, y por tanto promueve la acci¨®n que nos lleve hacia un futuro donde se resuelvan los problemas actuales. Algunos de los cuales antes no exist¨ªan, mientras que otros siguen siendo b¨¢sicamente los mismos.
Avenidas amplias y calles medievales: el dilema del aire
Esta imagen fue tomada en 1928 en la Gran V¨ªa de les Corts Catalanes (entonces llamada simplemente Cortes), una amplia avenida surgida del plan Cerd¨¤. ¡°El aire de la Barcelona amurallada del siglo XIX resultaba insalubre y favorec¨ªa la propagaci¨®n de epidemias. El Plan abri¨® la ciudad y permiti¨® su expansi¨®n, aumentando la ventilaci¨®n y mejorando calidad de vida de sus habitantes. Las grandes avenidas como esta de 13 km de largo y 50 metros de anchura, que cruza toda Barcelona de r¨ªo Llobregat al r¨ªo Bes¨®s, son parte de esa estrategia¡±. As¨ª lo explica la arquitecta y comisaria de exposiciones Olga Subir¨®s, que trabaja en coordenadas similares. Su pr¨®ximo proyecto, llamado AIR ARIA AIRE, dar¨¢ contenido al pabell¨®n catal¨¢n de la 17 Bienal de Arquitectura de Venecia que, originalmente prevista para este a?o, se ha trasladado a 2021 debido a la pandemia de la covid-19. El t¨ªtulo del pabell¨®n nos advierte sobre la direcci¨®n hacia la que se encamina su discurso, como tambi¨¦n lo hacen las reflexiones de Subir¨®s sobre estas fotos.¡°Necesitamos urgentemente una transformaci¨®n radical de nuestras ciudades para convertirlas en un entorno saludable¡±, afirma. Y esta misma frase podr¨ªa haber resumido los objetivos que hace siglo y medio persegu¨ªa Cerd¨¤.
Frente a esto, y como contraste, una instant¨¢nea de la angosta calle de Malla, desaparecida como consecuencia de la apertura de la Via Laietana. Esta tambi¨¦n fue una obra originalmente prevista por Cerd¨¤, pero no comenz¨® a realizarse hasta finales de la primera d¨¦cada del siglo XX. Hoy las calles han ampliado su anchura, pero la insalubridad sigue presente debido a la contaminaci¨®n producida por los veh¨ªculos a motor. Se trata, por as¨ª decirlo, del mismo problema con distinto origen. ¡°El ideal higienista de Cerd¨¤ no se cumple actualmente¡±, diagnostica Subir¨®s. ¡°La Gran Via forma parte de la red que permite la circulaci¨®n de 6.000 veh¨ªculos por Km2 en el municipio de Barcelona, que es la densidad de veh¨ªculos en circulaci¨®n m¨¢s alta de una ciudad europea. As¨ª que el aire no presenta los est¨¢ndares de calidad que piden la OMS y la Uni¨®n Europea. Hablar de la calidad del aire implica hablar de un modelo de ciudad y territorio y, en definitiva, poner la salud y la vida en el centro de la toma de decisiones¡±. Subir¨®s considera por ello que no son suficientes medidas como la Zona de Bajas Emisiones o el desarrollo de las supermanzanas, por las que se cierra el tr¨¢fico en ¨¢reas que quedan convertidas en espacios peatonales.
Barreras para los coches, libertad para los ciudadanos
Cuando hablamos de supermanzanas, resulta inevitable que surja el nombre del barcelon¨¦s Salvador Rueda, fundador de la Agencia de Ecolog¨ªa Urbana de Barcelona. ?l es el autor e impulsor de este modelo que propugna cerrar al tr¨¢fico conjuntos enteros de manzanas, cuyas calles intermedias ser¨ªan as¨ª transitables solo por los peatones. Ya se ha implantado en algunas zonas de la ciudad Ciudad Condal y se estudia aplicarlo tambi¨¦n en Madrid.
Una de esas ¨¢reas convertidas en supermanzanas es el barrio de Sant Antoni, donde se ubica el mercado del mismo nombre. Rueda apunta que, cuando hace diez a?os se rehabilit¨® este mercado, el dise?o privilegiaba a los coches: ¡°Solo hay que ver el n¨²mero de plantas subterr¨¢neas o los puntos de salida y entrada de veh¨ªculos al mercado en las calles laterales¡±. La supermanzana revierte este esquema al hacer de los peatones la figura central: ¡°Son dos proyectos con l¨®gicas distintas que corresponden a momentos hist¨®ricos diferentes. Aun as¨ª, las sinergias entre ambos nos permiten disfrutar de un espacio de gran calidad urbana y un lugar atractivo para todos¡±.
Por otra parte, ante esta ¡°barricada¡± de locales de hosteler¨ªa que se erig¨ªa frente a la playa, la reflexi¨®n de Rueda pone en valor el respeto por el paisaje natural sin detrimento del disfrute del ocio por parte de los ciudadanos: ¡°Hoy, el acceso al mar es di¨¢fano. Haciendo uso del espacio que ocupaban los chiringuitos ilegales, la playa se ha ensanchado y est¨¢ a¨²n m¨¢s llena de vida¡±. Esos antiguos chiringuitos son objeto de algunas reivindicaciones por su pintoresquismo, pero Rueda no los echa en falta: ¡°Representaban una barrera f¨ªsica para el acceso al mar en el barrio de la Barceloneta¡±.
El puerto, amenazado por el cambio clim¨¢tico
Hay que decir que se trataba de una barrera que solo reemplazaba otra. Como rememora la arquitecta, paisajista y t¨¦cnico urbanista Miriam Garc¨ªa, directora de LAND LAB, oficina dedicada al dise?o urbano y la planificaci¨®n de paisajes, fue con el derribo de la muralla medieval en 1881 como la ciudad se conect¨® con el barrio de pescadores de la Barceloneta, hasta entonces aislado de la ciudad: ¡°El desarrollo de Barcelona no se puede entender sin su relaci¨®n con el litoral, pero fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando se consolid¨® como gran puerto industrial del Mediterr¨¢neo".
Ese fen¨®meno experimentar¨ªa un avance en los a?os ochenta del pasado siglo: ¡°Entonces se potenci¨® la relaci¨®n entre el puerto y la ciudad, abriendo el muelle Bosch i Alsina (o ¡°muelle de la Fusta¡±) al uso p¨²blico. La cumbre lleg¨® en 1986, cuando Barcelona fue nominada como sede ol¨ªmpica para los Juegos de 1992. Despu¨¦s, entre 1993 y 2007, el puerto continu¨® ganando terreno con la finalizaci¨®n de las obras del desv¨ªo de la desembocadura del r¨ªo Llobregat¡±.
Mirando al futuro, Garc¨ªa identifica dos grandes retos de la relaci¨®n entre puerto y ciudad: la recuperaci¨®n para el uso p¨²blico de espacios en desuso y la amenaza del cambio clim¨¢tico. ¡°Los diferentes estudios ponen de manifiesto que en los pr¨®ximos a?os se producir¨¢n fen¨®menos como el aumento del nivel medio del mar, la variabilidad de los temporales mar¨ªtimos, el aumento del oleaje, el incremento de los ciclones tropicales m¨¢s intensos o el aumento de las temperaturas medias, con una mayor frecuencia de las olas de calor. La combinaci¨®n de estos factores hace prever una mayor erosi¨®n de las playas, cambios en su morfolog¨ªa e inundaciones extremas que pueden hacerlas desaparecer¡±.
La Rambla: menos turismo y m¨¢s activismo
Como el puerto, el paseo de La Rambla es un puntal en la imagen de marca barcelonesa y un polo de atracci¨®n para los turistas. Su recorrido acog¨ªa originalmente el curso de un arroyo, que al final de la Edad Media se desvi¨® con la construcci¨®n de la muralla del Raval. ¡°Era un arenal a lo largo de esa muralla, y ahora es un ejemplo de c¨®mo lo marginal se convierte en central al volverse un icono tur¨ªstico¡±¡±, lo define Itziar Gonz¨¢lez Vir¨®s, arquitecta y urbanista que fue adem¨¢s concejala de distrito de Ciutat Vella entre 2007 y 2010. Gonz¨¢lez gan¨® en 2017 con la UTE km ZERO el concurso internacional para la transformaci¨®n integral de la Rambla, que iba a comenzarse el a?o pasado pero cuya ejecuci¨®n se encuentra retrasada, en principio hasta 2021.
En tanto que activista social (impulsa el proyecto Parlamento Ciudadano como mecanismo para la mejora de la cualidad democr¨¢tica y el impulso de la democracia directa), Gonz¨¢lez propon¨ªa en su proyecto un novedoso enfoque para replantear este paseo que visitan diariamente m¨¢s de 200.000 personas: ¡°Es un lugar cuya biograf¨ªa est¨¢ unida a las luchas y revueltas de la ciudad y que en cambio hemos dejado que se nos arrebate y se entregue a la mercantilizaci¨®n tur¨ªstica con total impunidad¡±.
Al hilo de estas palabras, y contemplando estas im¨¢genes de una calle muy activa a mitad del siglo pasado, cabe rememorar aquellas otras que en 1977 tom¨® la fot¨®grafa Colita de la primera manifestaci¨®n de Orgullo Gay, que justamente recorri¨® La Rambla y termin¨® con cargas policiales. ¡°Esta foto en color en la que pr¨¢cticamente todos los que aparecen son hombres, como ese burguesito que se hace lustrar los zapatos por un limpiabotas callejero, me resulta mucho menos interesante que la de Colita¡±, valora la arquitecta, que rememora c¨®mo en 2018 realiz¨® los tr¨¢mites administrativos necesarios para solicitar que la marcha del Orgullo volviera a recorrer el paseo por su mismo centro, en lugar de ocupar la v¨ªa lateral.
Esta otra foto de un quiosco de refrescos en la rambla de Canaletas le sirve para se?alar la tendencia a extraer una rentabilidad econ¨®mica del viandante: ¡°La idea es venderle cosas y pedirle algo a cambio. Durante demasiado tiempo la Rambla se ha dedicado a vender. As¨ª que, antes que el quiosco, personalmente prefiero la fuente [de Canaletas], cuya agua es gratuita. Ojal¨¢ esa agua fuera de mejor calidad, por cierto¡±. En suma: ¡°La Rambla es un espacio que solo puede rescatarse con una acci¨®n decidida de la ciudadan¨ªa y su reivindicaci¨®n de espacios libres de toda privatizaci¨®n econ¨®mica o administrativa. Ser¨¢ de nuevo resignificada por la gente, o no ser¨¢¡±.
Mirando hacia el futuro
Mar Santamaria y Pablo Mart¨ªnez son las cabezas visibles de 300.000 Km/s, estudio de arquitectura con sede en Barcelona que proporciona servicios de consultor¨ªa y an¨¢lisis de datos para mejorar el diagn¨®stico territorial y la planificaci¨®n urbana. Uno de sus proyectos ha sido la redacci¨®n del Plan de Usos de Ciutat Vella (el distrito del centro donde se incluye la propia Rambla), con el que obtuvieron el Premio de Urbanismo Espa?ol en 2019.
Sobre esta imagen de la Ciutat Vella tomada antes del trazado de la avenida de la Catedral y de la posterior avenida de Francesc Camb¨®, Mart¨ªnez reflexiona sobre esa obsesi¨®n decimon¨®nica por la pureza del aire que hoy retomamos: ¡°La trama original resultaba insalubre por su alta densidad y, gracias a las grandes operaciones de vaciado, se ha incorporado gran cantidad de espacio p¨²blico con la intenci¨®n de servir al tejido residencial¡±, explica. Pero tambi¨¦n esto implica contrapartidas ¡°Las amplias plazas que hoy vemos han sido sufragadas por los aparcamientos que se esconden bajo el pavimento y que han atra¨ªdo veh¨ªculos al centro de la ciudad, y con ellos la contaminaci¨®n. Por otro lado, el incremento del turismo ha saturado este espacio p¨²blico de poblaci¨®n que discurre por las calles sin habitar la ciudad, lo que ha obligado a regular el pulso entre distintos intereses a favor de sus habitantes, como hace nuestro Plan¡±.
El equipo tambi¨¦n ha redactado el Plan de Actuaci¨®n del Parque de Montjuic (2018-2019). ¡°Montjuic ha querido ser el motor de las transformaciones de la ciudad¡±, define Santamar¨ªa. ¡°Barcelona se pregunta constantemente cu¨¢l debe ser el nuevo papel de la monta?a en su modelo urbano, porque a¨²n presenta deficiencias en cuanto a su identidad e incluso en su v¨ªnculo con los barrios que la envuelven. Quiz¨¢ su papel sea el de mantener espacios de desurbanizaci¨®n que nos permitan alejarnos de la ciudad durante unos instantes¡±.
La conclusi¨®n de Pablo Mart¨ªnez es con todo optimista, aunque se la haya inspirado la pandemia: ¡°Hoy, en una Barcelona poscovid, con menor presi¨®n tur¨ªstica y menos veh¨ªculos, los ni?os vuelven a jugar en los espacios p¨²blicos para los que fueron pensados y caminan por unas calles con menor trasiego de mercanc¨ªas. Con esto podemos intuir el futuro hacia el que debemos orientar el planeamiento urbano¡±.
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