De la Puerta del Sol a Christiania: ?es posible crear un estado autogobernado en medio de una gran ciudad?
Capitol Hill, en Seattle, ha sido el ¨²ltimo intento de crear una zona libre de autoridad en medio de una urbe. Un fracaso que se une a otros en todo el mundo que siempre miran hacia el mismo sitio: Copenhague, donde una peque?a zona resiste
Fue un desalojo con sordina, ¡°de guante blanco¡±, en palabras de Rachel Abrams, redactora de The New York Times. La polic¨ªa lleg¨® a primera hora de la ma?ana del 1 de julio, desmont¨® las barricadas y empez¨® a dispersar a los que acampaban en los alrededores del parque Carl Anderson, en Seattle. Apenas encontr¨® resistencia. Pocas horas despu¨¦s, la alcaldesa de la ciudad estadounidense, la dem¨®crata Jenny Durkan, agradec¨ªa a los ocupantes de Capitol Hill ¡°su sensatez y moderaci¨®n¡± y aseguraba que hab¨ªa dado instrucciones de que no se presentasen cargos contra ellos.
As¨ª acababa un experimento de ocupaci¨®n y gesti¨®n aut¨®noma de un ¨¢rea urbana que dur¨® 23 d¨ªas. En ese tiempo, fue descrito por la prensa conservadora del pa¨ªs como ¡°un intento de secesi¨®n¡±, ¡°un golpe de estado¡± e incluso ¡°un acto de terrorismo antisistema¡±. Donald Trump lleg¨® a acusar a la alcaldesa Durkan de complicidad criminal con los anarquistas que quer¨ªan ¡°destruir Am¨¦rica¡±. Sin embargo, para Katelyn Burns, de la revista Vox, el experimento bautizado como CHOP (siglas en ingl¨¦s de Protesta Organizada de Capitol Hill) fue m¨¢s bien un ejemplo de ¡°la capacidad organizativa de los manifestantes y la asombrosa incompetencia de la polic¨ªa local¡±.
El 2 de junio, seg¨²n recuerda Burns, los agentes hicieron uso de bombas de humo y gas pimienta para disolver en el ¨¢rea de Capitol Hill una protesta pac¨ªfica por la muerte de George Floyd. Eso dio origen a una semana de enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas del orden que concluy¨® el lunes 8 de junio con el abandono de la comisar¨ªa del distrito Este, junto al citado parque Carl Anderson. Un grupo de ciudadanos ocup¨® espont¨¢neamente el edificio abandonado. En menos de 48 horas, seg¨²n relata Burns, ¡°los manifestantes se hab¨ªan hecho con el control de un ¨¢rea de alrededor de seis manzanas¡±. All¨ª organizaron ¡°asambleas ciudadanas, actividades culturales, un sistema de recogida y distribuci¨®n de alimentos e incluso un completo y cuidado huerto urbano¡±.
Burns insiste en que el experimento de autogesti¨®n funcion¨® de manera ¡°razonable¡± y sin apenas incidentes, ¡°como una ciudad libre en el coraz¨®n de una gran urbe estadounidense¡± hasta finales de junio, momento en que se produjeron actos de violencia en los alrededores y la autoridad local decidi¨® intervenir y desmantelar el campamento.
¡°la autonom¨ªa se adapta y se convierte en otros experimentos¡±, dice Silvano De la llata
Para Silvano de la Llata, experto en movimientos sociales y profesor en la Concordia University de Montreal (Canad¨¢), la Zona Aut¨®noma de Capitol Hill es ¡°particularmente interesante¡±, porque ¡°a diferencia de experimentos similares de esa escala, como comunas, f¨¢bricas ocupadas o squats, esta se cre¨® en una zona urbana densa y con un entorno muy complejo¡±. Es decir, un espacio ¡°aut¨®nomo o autogestionado que se organiza horizontalmente y sin l¨ªderes, adoptando decisiones por consenso¡±, intent¨® sobrevivir en el centro de una gran urbe, en dif¨ªcil coexistencia con un entorno ¡°jer¨¢rquico y estructurado¡±.
De la Llata se resiste a hablar de CHOP en pasado. Para ¨¦l, ¡°la autonom¨ªa sobrevive en el tiempo, aunque no en el espacio¡±. En algunos casos, ¡°se muda a otro lugar, como en el caso de las casas ocupadas¡±. En otros, ¡°la autonom¨ªa se transforma, se adapta y se dispersa. Se convierte en otros experimentos¡±. As¨ª, De la Llata ve en CHOP un producto del esp¨ªritu comunitario desarrollado hace casi una d¨¦cada en las acciones del movimiento Occupy Wall Street, como la c¨¦lebre acampada del Zuccotti Park, en el barrio de la bolsa de Manhattan.
Para el activista y acad¨¦mico mexicano, el experimento de Seattle fue posible porque ¡°se produjo una fuerte tensi¨®n generada por las protestas, la polic¨ªa reconoci¨® que la situaci¨®n pod¨ªa escalar muy deprisa y se vio obligada a negociar¡±. Sin embargo, estas situaciones de equilibro din¨¢mico, en el que movimientos sociales y autoridades dialogan porque ¡°ninguna de las dos partes tiene todo el poder¡±, suelen durar muy poco, porque ¡°las autoridades siempre van a hacer todo lo posible para que el movimiento fracase¡±.
De la Llata considera que la voluntad de defenderse y preservar ¡°la pureza¡± de lo conseguido no debe conducir a los movimientos sociales a una l¨®gica defensiva que les haga ¡°parecerse al poder¡± al que se enfrentan. El uso de la resistencia violenta le parece contraproducente, adem¨¢s de est¨¦ril: ¡°La disoluci¨®n de estos experimentos debe contemplarse desde el principio. Hay que trabajar en afianzar las afinidades, las t¨¢cticas, las habilidades, las solidaridades, porque estas se pueden llevar a otros espacios¡±.
Este docente ha estudiado ejemplos de creaci¨®n de ¨¢reas aut¨®nomas, como ¡°las acampadas en plazas de la primavera ¨¢rabe, el 15-M espa?ol y Occupy Wall Street¡±, el movimiento zapatista o ¡°las hermandades estudiantiles generadas por YoSoy en M¨¦xico o las huelgas de Chile y Quebec¡±. Uno de los casos que le resultan m¨¢s interesantes es el del municipio de Cher¨¢n, en el estado mexicano de Michoac¨¢n de Ocampo, transformado en zona aut¨®noma en 2011 por los ind¨ªgenas pur¨¦pechas: ¡°A d¨ªa de hoy, siguen sin celebrarse all¨ª elecciones municipales, estatales o federales y las labores de seguridad est¨¢n a cargo de autodefensas. El municipio estaba pr¨¢cticamente bajo el control del crimen organizado y ha sido la declaraci¨®n de autonom¨ªa la que ha permitido controlar la violencia¡±.
Se trata de uno de los contados territorios aut¨®nomos que han superado la condici¨®n de experimento ef¨ªmero, algo que tambi¨¦n consigui¨® la Ciudad Libre de Christiania, en Copenhague. Nacida en 1971 del abandono de unos antiguos cuarteles del ej¨¦rcito dan¨¦s, esta zona de 34 hect¨¢reas re¨²ne en la actualidad a m¨¢s de 1.000 residentes que no se consideran ciudadanos de la Uni¨®n Europea. El ayuntamiento local tolera su existencia desde entonces e incluso la ha integrado en la oferta tur¨ªstica de la capital danesa.
Experimentos como ya la desmantelada comuna art¨ªstica de Tacheles, en Berl¨ªn, se han basado en gran medida en el ¨¦xito de Christiania. A mediados de junio, cuando sus huertos urbanos reun¨ªan a decenas de agricultores sin empleo, CHOP se sinti¨® Christiania por un d¨ªa e incluso so?¨® en convertirse en el reducto zapatista de EE UU. Pese a todo, nunca perdi¨® de vista su car¨¢cter de experimento ef¨ªmero, de utop¨ªa urbana con fecha de caducidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.