Una manera original de aligerar los muros de carga
En Granada, los arquitectos del estudio CUAC ingeniaron una soluci¨®n para deshacer sin destruir un muro portante que part¨ªa un espacio
Tom¨¢s Garc¨ªa P¨ªriz y Javier Castellano Pulido, los arquitectos fundadores del estudio CUAC de Granada, no hablan de un apartamento con muro de carga central. Ellos describen un ¡°muro con apartamento¡±. Enfatizan as¨ª la clave del espacio que han reformado para una pareja de productores audiovisuales que decidi¨® reconvertir la antigua casa del abuelo de uno de ellos en una vivienda abierta y flexible.
Para entender qu¨¦ hace un muro de carga dividiendo longitudinalmente en dos un apartamento de 60 metros cuadrados es necesario viajar en el tiempo hasta el a?o 57, cuando el bloque de muros portantes fue construido en Zaid¨ªn, un barrio de clase trabajadora al sur de la ciudad de Granada. En 1956 hubo un terremoto que,?por la ley de las Casas Baratas,?hab¨ªa obligado a la construcci¨®n de m¨¢s de 2.000 viviendas. M¨¢s que reducido, el apartamento, que hace 70 a?os se hubiera llamado piso, estaba fragmentado, o lo era: con el muro de carga parti¨¦ndolo en dos dif¨ªcilmente pod¨ªa cambiar. Ten¨ªa tres dormitorios adem¨¢s de sal¨®n-comedor, cocina, pasillo y ba?o. Esa distribuci¨®n correspond¨ªa a una ¨¦poca en la que, las necesidades y el modo de vida hac¨ªan m¨¢s importante el n¨²mero de habitaciones que la calidad de los espacios. Tambi¨¦n respond¨ªa a la prioridades de seguridad que exige construir tras un terremoto. As¨ª, la cantidad desproporcionada de estancias buscaba ajustarse al modelo familiar de ese tiempo: quer¨ªa acomodar las necesidades de una familia de muchos miembros en un espacio peque?o. Ese encaje hoy es a la vez una realidad en muchas viviendas y, a su vez, memoria de un tiempo en el que, con urgencia, se trataba de dar cobijo a quien no lo ten¨ªa.
El nieto que encarg¨® la remodelaci¨®n y su pareja no tienen hijos. Y s¨ª unas necesidades alejadas de las que determinaron la organizaci¨®n original la vivienda. Quer¨ªan un espacio de convivencia abierto, conectado y lo m¨¢s generoso posible. ?C¨®mo pod¨ªan aprovechar los 60 metros? Y sobre todo: ?c¨®mo pod¨ªan deshacer el muro portante que part¨ªa su casa en dos?
Garc¨ªa P¨ªriz cuenta que la primera decisi¨®n fue f¨¢cil: reducir el n¨²mero de habitaciones al m¨ªnimo: dos naves paralelas en torno al muro central de carga. Ya ten¨ªan la casa partida ¡°solo¡± en dos. ?Qu¨¦ hacer para unirla? Optaron por deshacer el muro vaci¨¢ndolo a partir de cortes que ampliaban los huecos existentes. Se trataba de materializar un c¨¢lculo geom¨¦trico que minimizara el impacto de tocar la estructura portante del edificio. El resultado son tres aperturas (dos para el dormitorio y una para la sala de estar) que conectan y desconectan las zonas nocturnas de las diurnas.
As¨ª, como si de un elemento patrimonial se tratase, el molesto muro se ha convertido en el centro de la vivienda. Y la intervenci¨®n, apuntan los arquitectos: ¡°saca a la luz la fabrica de ladrillo del muro¡±. Hoy, dobles perfiles de acero unidos entre s¨ª refuerzan la carga del muro al tiempo que alojan, en su junta, un sistema de iluminaci¨®n LED. Los juegos luminosos contribuyen a que la divisi¨®n aparezca y desaparezca visualmente.
Es justo decir que la arquitectura original que levant¨® el muro, sobria pero poco generosa, hab¨ªa sido brillante en detalles como la celos¨ªa para lidiar con la luz del sur sin renunciar a las vistas a Sierra Nevada. Torpes intervenciones posteriores hab¨ªan tapiado esos logros y los arquitectos de CUAC deshicieron tambi¨¦n esas reformas.
El resto es sencillo y limpio: madera de pino en el suelo, pocas paredes blancas en las que poder proyectar ¨Cla pareja trabaja en el ¨¢mbito audiovisual¨C y pocos muebles para liberar el espacio. Un muro deshecho y rehecho para ajustarse a la vida del nieto del primer ocupante del piso.
Coste de la reforma: 602 euros por metro cuadrado, seg¨²n arquitectos.
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