Cuando la dictadura de Pinochet se apropi¨® de ¡®Libre¡¯ de Nino Bravo
De c¨®mo un simple humorista se convirti¨® en el centro de una pol¨¦mica que implicaba al dictador Pinochet, a las v¨ªctimas de sus torturas, al segundo muerto por intentar saltar el muro de Berl¨ªn y a un cantante malogrado.
Hay una ley b¨¢sica en el arte de la composici¨®n y producci¨®n de canciones: piensa una estrofa de melod¨ªa agradable y t¨®cala con los instrumentos b¨¢sicos. Luego, deja para el estribillo la verdadera buena idea que guardabas para inflamarla con muchos m¨¢s instrumentos y coros. Si la estrofa tiene una calidad de un 7 sobre 10, y el estribillo, de un 10 sobre 10, ve eligiendo mansi¨®n.
PODCAST: Libertad para Bigote Arrocet
Bien, pues Libre (de Armenteros y Herrero) obedece a ese modelo, cantado por Nino Bravo con la misma estrategia: menos despliegue al inicio para luego regalar todo el pulm¨®n al explotar en un imbatible ¡°Libre, como el sol cuando amanece¡¡±. Es perfecta. Al escucharla sentimos lo que invade a ese ¡°ave que escap¨® de su prisi¨®n¡±, o la mism¨ªsima liberaci¨®n de quienes lograron traspasar el tel¨®n de acero sovi¨¦tico.
Aunque muchos no lo consiguieron. Muy al contrario, el protagonista real de la letra, Peter Fechter, lo que sinti¨® fue un disparo en la cadera y su propio peso desarbol¨¢ndose en la tierra de nadie del muro de Berl¨ªn, el espacio alambrado de entre los dos lienzos paralelos que separaban los sectores sovi¨¦tico y occidental de la ciudad alemana. Fechter y su amigo Helmut Kulbeik ¨Cque s¨ª escap¨®¨C pasearon con aire casual varias semanas por distintos tramos del muro de la verg¨¹enza: consideraron el ancho variable del pasillo entre paredes, ubicaron las torres de vigilancia, localizaron los sistemas de disparo autom¨¢tico, cronometraron los cambios de guardia¡ Hasta que optaron por partir del zagu¨¢n de una panader¨ªa desde el que pod¨ªan intentar un salto r¨¢pido sin ser vistos por los guardias de la Alemania Democr¨¢tica.
Pero, al fin y al cabo, su ¨²nico plan era saltar r¨¢pido y correr mucho. Y no fue suficiente. Como dice la letra, ¡°Marchaba tan feliz que / no escuch¨® / la voz que le llam¨®¡±. M¨¢s bien no quiso o¨ªrla ya que era el ¡°?Alto!¡± de un centinela. El disparo, la ca¨ªda y los borbotones de sangre tambi¨¦n est¨¢n en el texto: ¡°Y tendido en suelo se qued¨® / sonriendo y sin hablar / sobre su pecho flores carmes¨ª / brotaban sin cesar¡±.
En cambio, algunos de los 40.000 detenidos por la dictadura de Pinochet (1973-1990) s¨ª que lograron salir por su propio pie de los m¨¢s de mil centros de detenci¨®n que el r¨¦gimen militar mont¨® en todo Chile. Y pudieron llenarse el pecho con ese coro liberador: ¡°Mientras esper¨¢bamos en las grader¨ªas para ser interrogados [¡], enton¨¢bamos Libre a aquellos que se formaban para ser liberados. Libre era una catarsis, mezcla de alegr¨ªa por los que se iban y esperanza para los que nos qued¨¢bamos¡±, contaba a la music¨®loga e investigadora chilena Katia Chornik un represaliado que pas¨® dos meses de 1973 ¨Cel a?o del gran ¨¦xito del tema¨C en un campamento de prisioneros. La profesora de la Universidad de Manchester (y violinista) va reuniendo en CantosCautivos.org estos testimonios y much¨ªsimos documentos sobre el uso de la m¨²sica como ¡°tortura sin contacto¡± que la CIA estadounidense comenz¨® a practicar en los a?os 50.
El testimonio an¨®nimo no acaba ah¨ª: ¡°Desgraciadamente, la dictadura y sus esbirros civiles o militares la usaron para su propia propaganda¡±. Y as¨ª fue, por dos razones: primero, con el ¨¢nimo de robarles su himno de libertad y lanz¨¢rselo a la cara, tal como se lee en las declaraciones de Paicavi Painemal, un mapuche tambi¨¦n torturado por la DINA chilena: ¡°Pon¨ªan canciones de Nino Bravo, especialmente Libre. De fondo me las pon¨ªan y fuerte para que no se escucharan tanto mis gritos¡±. La segunda raz¨®n por la que los represores pinchaban la canci¨®n era la de utilizarla como propaganda anticomunista, por aquello de un soldado pro-sovi¨¦tico abatiendo un hombre que huye hacia la libertad.
Lo que nadie esperar¨ªa es que esa diatriba casi filos¨®fica confluyera en una figura tan poco solemne como la de Bigote Arrocet. En 1974, pocos meses despu¨¦s del golpe contra Allende, el entonces imitador de cantantes sali¨® a interpretarla en el Festival de Vi?a del Mar. Es el gran certamen hispanoamericano, hay p¨²blico a reventar y se retransmite en directo por televisi¨®n. Bigote remata la faena triunfante y arrodillado en la proa del escenario. Un entusiasmo que no ser¨ªa pol¨ªticamente rese?able si no fuese porque en las primeras filas disfrutaban de la velada un Pinochet y su esposa a los que los presentadores del festival, como Antonio Vodanovic, regalaban cada a?o frases como ¡°es la juventud chilena la que agradece vuestra presencia¡±. La pregunta en Chile es la misma desde hace 46 a?os: ?quiso Edmundo Arrocet cantarla en nombre de los represaliados o del dictador? ?l se limita a decir que fue un simple homenaje a su ¡°amigo¡± Nino Bravo, fallecido poco antes. Pero quiz¨¢ la respuesta est¨¦ en estas dos preguntas: ?por qu¨¦ Bigote volvi¨® a cantarla en 1978 con todo garbo en el mismo festival que era escaparate internacional del r¨¦gimen, y despu¨¦s de la sonada pol¨¦mica que desat¨® en 1974? ?Alguien cree que conservar¨ªa ese pelazo si lo hubiera hecho con fines democr¨¢ticos, y en dos ocasiones?
Rebobinando: Bravo por Luis Manuel
¡ª ?lbum: Mi tierra (Fonogram / Polydor).
¡ª A?o: 1972.
¡ª Listas de ¨¦xitos: El single estuvo en el n¨²mero 1 desde enero hasta mayo de 1973.
¡ª Nino Bravo (Aielo de Malferit, Valencia, 1944) se llamaba en realidad Luis Manuel Ferri Llopis (Manolo), pero seg¨²n su representante, Miguel Siur¨¢n, le puso Nino en honor al compositor Nino Rota. Le a?adi¨® el apellido despu¨¦s de que el m¨¢nager espetase un ¡°?bravo, nano!¡± a un hombre que intervino en un garito valenciano en favor de una prostituta con quien discut¨ªan tres marineros.
En cantoscautivos.org pueden consultarse todas las canciones que presos, carceleros y pol¨ªticos usaban (y tocaban) como armas pol¨ªticas o simple asueto y consuelo. Hay un ¨ªndice de todas ellas junto con testimonios (guardias de la DINA incluidos) del uso que se les daba.
Lo cierto es que Bigote Arrocet no se defend¨ªa mal cantando, aunque la imitaci¨®n era ninguna.
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