Arrea, latidos contempor¨¢neos de la cocina furtiva
Ingredientes silvestres y viejas historias de la Monta?a Alavesa
![Leire y Edorta, en un rinc¨®n de Arrea, delante de la silueta de un furtivo. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/76KEWFWE4EIEM7RQN33R3DSGXI.jpg?auth=975ee9ac1486a35d70dc374d52dd3f6f05c3cc3fc7bc0ff6cfdc03d7c4dd4e4b&width=414)
A pesar de que hab¨ªa pasado por Arrea de manera fugaz en la primavera de 2019, a¨²n conservaba en la memoria la energ¨ªa del relato en el que sustenta su cocina. Desde entonces manten¨ªa una deuda con sus ide¨®logos, Leire Mart¨ªnez y Edorta Lamo a quienes con ocasi¨®n de su presencia en Madrid Fusi¨®n les hab¨ªa prometido una segunda visita.Tan pronto como nos acomodamos, Leire nos fue ilustrando con an¨¦cdotas fascinantes:
¡°El men¨² que vais a probar alude a nuestras ra¨ªces, a pasadas formas de vida de la Monta?a Alavesa y al instinto de supervivencia de nuestros abuelos. Gente forzada a cazar y a recolectar de manera clandestina para sostener a sus familias. No olvid¨¦is que la mayor parte de los terrenos que rodean a Campezo, bosque y monte bajo, no son cultivables. En homenaje a nuestros antepasados cocinamos con productos de 20 kil¨®metros a la redonda. Platos con identidad a partir de los escasos recursos del entorno. El furtivismo de la Monta?a Alavesa comenz¨® despu¨¦s de la Guerra Civil espa?ola. Todo un fen¨®meno social y econ¨®mico que perdur¨® hasta los setenta. Para muchas familias era el ¨²nico recurso. De hecho, en la zona a¨²n perviven sentimientos de pertenencia hacia la naturaleza. Cuando los hijos y nietos de aquellos furtivos emigraron lo hicieron compartiendo un pacto de silencio. Nadie confesar¨ªa que sus padres o sus abuelos practicaban semejantes actividades, aunque socialmente estuvieran aceptadas¡±.
![De izquierda a derecha, jam¨®n de jabalina; lomo de jabal¨ª; chorizo de corzo; salchich¨®n de ciervo; pastrami de jabal¨ª y pechuga de paloma. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZYT6B3VXXCBOHK5GTJGHSHS4IY.jpg?auth=5a24ed86748dac46230ac610c93dd1f28e4086a569998c3b5859f4a3d8879e85&width=414)
Men¨² degustaci¨®n
Carnes curadas y embutidos
¡°De izquierda a derecha ten¨¦is jam¨®n de jabalina; lomo de jabal¨ª; chorizo de corzo; salchich¨®n de ciervo; pastrami de jabal¨ª, y pechuga de paloma. Cuando Edorta regres¨® a Campezo intent¨® curar jam¨®n de jabal¨ª. En el Centro de Caza Biurrun le comentaron que acariciaba un sue?o imposible, que el jabal¨ª carece de grasa y que a lo sumo obtendr¨ªa una cecina. Y le desafiaron a que consiguiera una jabalina alimentada con abundante cereal que no hubiera soportado miedos. A ese milagro pertenece el ins¨®lito jam¨®n de jabalina que ten¨¦is en la tabla¡±.
?Centro de Caza?
![Lechuga Martina. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QYIPV35AB2F3RWWP62EZ2SFB5Q.jpg?auth=be98bf664928a128da110212e6ad809d8ba54750b435f9ad0559af11b32eac15&width=414)
¡°Se encuentra en Murieta (Navarra) a pocos kil¨®metros, una bolsa cineg¨¦tica donde tratan las piezas y realizan controles sanitarios. De all¨ª provienen parte de las carnes que cocinamos. Los cazadores las entregan y venden al Centro. Otros acuden para que se las despiecen y se las devuelvan en crudo o transformadas en chorizos, salchichones o lo que sea¡±.
Lechuga Martina
¡°Acompa?a a nuestros embutidos. Es aut¨®ctona de la Monta?a Alavesa y estuvo a punto de desaparecer hace 20 a?os. Sobrevivi¨® gracias a una mujer que conserv¨® las semillas. La ali?amos con tapaculos o escaramujos, frutos aut¨®ctonos, rojos y muy ¨¢cidos. Cuando los aprietas fluyen micras de mermelada que ligamos con aceite¡±.
Gilda, 'ongi etorri'
![Gilda con pechuga de paloma. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/N22UJTBSSIMKWPCMDFSWU2LZQ4.jpg?auth=dd1bade0129a643ce33a0387e488393ad06d599992e730cbca6d633ab1a2232d&width=414)
Es l¨®gico que el gran icono de la gastronom¨ªa vasca nos d¨¦ la bienvenida en Arrea. En este caso la anchoa la hemos reemplazado por solomillo de paloma semicurado, un ave fetiche de la cocina furtiva¡±.
Panes
![Malvices con agraces. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LT45XNQV3UCXL7HS3N22WLCQHI.jpg?auth=24d78e079966f3be9a22fa3c0d79753d9e21f63c57280305cb31b65495b8372e&width=414)
¡°Os ofrecemos tres piezas, una de masa madre de Artepan (Vitoria), y otras dos de la panader¨ªa Maeztu, una de ellas de harina integral y ecol¨®gica y la otra con ma¨ªz. Trabajamos en complicidad con panaderos que se esfuerzan por recuperar cereales antiguos de ?lava¡±.
Pajaritos
¡°La caza de pajaritos era un juego de rutina. Los ni?os de Campezo se val¨ªan de la liga de la corteza del acebo, extra¨ªan tiras, las lavaban y las convert¨ªan en cintas pegajosas que colocaban en las riberas de los r¨ªos o junto a charcos. Normalmente, capturaban mosquiteros y txantxangorris (petirrojos). En este plato utilizamos perdices peque?as que aromatizamos con miel de monta?a, verm¨² y ajos. Los acompa?amos de agraces, frutos con propiedades antioxidantes que antiguamente aportaban la vitamina C necesaria. Cuando en los a?os sesenta irrumpieron las naranjas y limones la gente los arranc¨® de sus huertas convencidos de que lo suyo era peor que lo de fuera. Poseen un punto salino¡±.
Cucharas de boj
![Grisinis con crema de pimientos choriceros. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YUYHPO5NHOAHQHCK6QYIXORPNA.jpg?auth=282c2d012418431f1a297f3c81954203bb407bb8ddce93256e27a8f9fcbdfdea&width=414)
¡°A los oriundos de Campezo se nos llama cuchareros o txirrikeros, en sentido onomatop¨¦yico porque la m¨¢quina de hacer cucharas hac¨ªa txirri-txirri. A?os atr¨¢s, en cualquier familia uno de los miembros, al menos, ejerc¨ªa de artesano. Las nuestras son de madera de boj, una belleza¡±.
![Crema de sesitos de corderos con fuagr¨¢s. J. C.CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5BMWIKHM2SYLFWJWSSLAW5ZAYQ.jpg?auth=5a01854caed9a883409b83bde27448502e70c1c1659649ded8bd3505a92203e9&width=414)
El cordero: grisinis con unto y sesos
El cordero solo se consum¨ªa en fiestas, bautizos y bodas. Por influencia riojana y navarra se elaboraba el patorrillo, plato humilde de preparaci¨®n laboriosa, a partir de sus patitas rodeadas de los intestinos formando madejas. En su recuerdo hemos creado los falsos grisinis, intestinos del cordero limpios, trenzados, horneados y crujientes, deliciosos si los unt¨¢is con nuestra crema de pimientos choriceros, base de los guisos de la zona. Aparte ten¨¦is los sesitos con fuagr¨¢s, una reflexi¨®n sobre dos opuestos. ?Por qu¨¦ aclamamos el fuagr¨¢s y obviamos los sesitos cuyas texturas se asemejan? Edorta prepara una pasta con ambos al 50%, rellena un molde con forma de seso y lo barniza con gelatina de pachar¨¢n. Buen¨ªsimo si lo unt¨¢is en pan y lo tom¨¢is con endrinas fermentadas.
Truchas
¡°Otro producto fetiche del furtivismo. Las del r¨ªo Ega se pescaban con ca?a, arp¨®n o trasmallo entre enero y febrero cuando remontaban el curso para la freza. En la versi¨®n a la navarra partimos de un alev¨ªn de la piscifactor¨ªa de Campezo, que servimos frito enrollado en tocino de jabal¨ª y rociado con mahonesa de jam¨®n y una hojita de acedera. Para el tartar de trucha empleamos ejemplares del pantano de Yesa, algunos de hasta cinco kilos. Picamos a cuchillo su ventresca que acompa?amos de hojitas de ajopuerro y siempreviva. La crema verde es un s¨ªmil de pilpil de r¨ªo elaborado con espirulina¡±.
?La perdiz roja
¡°La ofrecemos en tres servicios. La pechuguita la cocinamos a baja temperatura con un escabeche fresco. La patita, de pezu?a roja (testimonio de autenticidad de la pieza) en un escabeche m¨¢s potente con sabor a monte. Lleva senderuelas, setas, y un poquito de liquen. Terminamos con el pat¨¦ de la perdiz que ten¨¦is en la cuchara con avellana y pimiento de Espelette¡±.
Mediado el men¨² las sensaciones se hab¨ªan ido acentuado. En muy pocas ocasiones he disfrutado de un viaje culinario que de manera tan f¨¦rrea vincule historia y territorio. Con la dimensi¨®n antropol¨®gica que posee el de Arrea, ninguno. Productos, sabores e historias que una y otra vez evocaban secuencias de Tasio, el dram¨¢tico filme de Montxo Armend¨¢riz (1984), retrato desgarrado de un carbonero y cazador furtivo para quien la vida era un ejercicio de supervivencia. La degustaci¨®n prosigui¨® con la misma energ¨ªa narrativa que hasta aquel momento.
Puchero de alubias blancas de Campezo
¡°Despu¨¦s de cocinadas las convertimos en una crema fr¨ªa de verano. La berza fermentada y los tropezones de codillo de jabal¨ª son el complemento¡±.
Patatas
¡°No pod¨ªamos omitirlas, a los alaveses nos denominan patateros. Debajo de su piel frita encontrar¨¦is la pulpa chafada con una yema de gallina de marradura y trufa de verano de Campezo. En otro cuenco la pella, nombre que damos a la coliflor, con jugo reducido de la propia pella. Encima, l¨¢minas de trufa de verano¡±.
Las palomas
¡°En Campezo siempre se han cazado con se?al y nunca a vuelo con la ayuda de posaderas y holgueras que se accionan con cuerdas para atraerlas a tierra. Dentro de la rillete de paloma encontrar¨¦is un pur¨¦ de verrugiotes, fruto del madro?o. A modo de guarnici¨®n un cristal de verrugiotes y una hojita de capuchina. Como segundo servicio, la casta?a, producto de consumo cotidiano, rellena de pat¨¦ de paloma. Y como tercero, un consom¨¦ de paloma¡±.
Coraz¨®n del jabal¨ª
¡°Campezo es el para¨ªso de los jabal¨ªes. Deambulan por los encinares y macizos forestales, entre la maleza, las zarzas y los espinos. Su coraz¨®n lo marinamos durante 24 horas en pimientos choriceros; despu¨¦s lo insertamos en la propia costilla del jabal¨ª y lo pasamos por la parrilla de carb¨®n de encina¡±.
Jarrete de jabal¨ª
¡°Lo hemos cocinado durante 48 horas a baja temperatura con verduras tostadas y vegetales de la Monta?a. Lo acompa?amos de hinojo y mostaza rizada y una crema ¨¢cida de maguillas, manzanas silvestres".
Postres
Peras de invierno con zurracapote de remolacha
¡°Son aut¨®ctonas de Campezo. Las laminamos, y la presentamos en forma de roseta. Las rociamos con una reducci¨®n de zurracapote, vino macerado con frutas, remolacha y grasa de jabal¨ª".
Aranes, leche y miel
¡°En el plato ten¨¦is un lingote de mermelada de aranes fermentados, con miel de la monta?a. Alrededor, una cremita de leche, cristales de leche, polen y un trocito de panal de abejas¡±.
Pieles de leche
¡°Es nuestro postre m¨¢s logrado. Componemos una pir¨¢mide con las pieles de leche deshidratadas y caramelizadas. Dentro un bizcochito de nuez, crema de miel de la Monta?a, y un sorbete de poma, fruto sobre madurado de la familia de las manzanas. Encima, queso viejo Idiaz¨¢bal de Eulate de dos a?os rallado.
Pastitas de sobremesa
Turr¨®n de postguerra
"Era el ¨²nico que se consum¨ªa en tiempos de hambrunas. Se hac¨ªa con lo que hab¨ªa nuez, pan y az¨²car".
Polvor¨®n de bellota
"Las bellotas de encina se recolectaban por sacos y se vend¨ªan a las granjas para el engorde porcino. Nuestros mini polvorones llevan chocolate, los capuchones de la bellota son aut¨¦nticos y no se comen".
Dulce de membrillo con gaztazarra
"Forman una pareja eterna, el final feliz de cualquier comida en el Pa¨ªs Vasco. En este caso con gaztazarra, queso viejo fermentado de nuestro quesero de Eulate¡±.
A todas las recetas que acab¨¢bamos de saborear se sumaban prolijos relatos. De la mano de Leire hab¨ªamos realizado un viaje gastron¨®mico por la cultura del furtivismo y las ra¨ªces m¨¢s duras de una zona castigada desde una perspectiva contempor¨¢nea. Un paseo por la historia al que no fueron ajenos los vinos. Cuando le interrogu¨¦ por los motivos que hab¨ªan llevado al bodeguero riojano Roberto Oliv¨¢n a denominar Trueke a su vino, me respondi¨® sonriendo: ¡°Se trata de un homenaje a su abuelo que nunca cobr¨® el vino que tra¨ªa a Campezo donde lo cambiaba por le?a y carb¨®n de la zona. Pura econom¨ªa de trueque¡±.
El men¨² degustaci¨®n de Arrea (18 pasos) se tarifa a 70 euros. Y el Quitamiedos a 35. Con todo merecimiento el ¨¦xito acompa?a a Leire y Edorta. Recupero las palabras de su amigo, el gran heladero riojano Fernando S¨¢ez: ¡°Arrea es un claro ejemplo de c¨®mo la gastronom¨ªa es capaz de dinamizar una zona rural desfavorecida¡±.
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![Patata alavesa con yema de huevo y trufa de verano. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XWR3WAKSIC7YVLMYDUOK6J7WFU.jpg?auth=3b1e346c1d959a4d8c702982f48bdf25cb52738cfaf4721a60cce66d15d7b01e&width=414)
![Rillette de paloma. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OASJACQVQ6RY22OYHODHLQ3WEI.jpg?auth=5a8dd3c5e1627f92060734bd81ea826c73e90863e9fc8eef3ce47ff8cb2ba685&width=414)
![Coraz¨®n de jabal¨ª. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SDHVVAI26DIOG5DIQ67QWIERRQ.jpg?auth=8f27b15de7057422a5d7fc0d27e5d9897516b92b1f648fca27d9253da594b082&width=414)
![Jarrete de jabal¨ª. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AI3JUUROWCPJMNCWUXYDJ4LQWU.jpg?auth=3902f207ca14d0b8f7a47aa0cb4962736819140d8815e34638d4a55c3f1a2af0&width=414)
![Pera de invierno de Campezo con zurracapote de remolacha. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OJV2A7BSTK75NCQCAYRYOBIYDU.jpg?auth=be126387d17901517de7b17eebdaead0e56e3455a86310a4971cd6d5217df894&width=414)
![Aranes, leche y miel. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RYQ4E6WUA73XIZ73ILWNIORB2M.jpg?auth=80a4fa2a49792efa2641462d3d6f88699bc9a1aac07a6e613b8578d2440ab355&width=414)
![Trucha en dos versiones. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/O6NVSJCQEJSSEVSZ7FG56SMN5Q.jpg?auth=e5b55c0463b9bbb22c945a093a8e5090115c3f8ca3e613c37ea9f5253c71203d&width=414)
![La perdiz. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FHKNEADYORYGLSZHDTWVHPAL4Y.jpg?auth=72497501cf82f9d06c01fc51090b066de9788032dca3727c2e635300faab6b71&width=414)
![Crema fr¨ªa de alubias de Campezo con berza fermentada y codillo de jabal¨ª. J. C. CAPEL](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Y2CMWNXIX2JRPDXVP3WEM2T72A.jpg?auth=20fb8808614a6ed14735971e29a29b75fde9b4953a04cf67779cfd68558452a5&width=414)
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