¡®Skaters¡¯, la reconquista de las calles
Hace tres a?os, el skate recuper¨® protagonismo al ser considerado deporte ol¨ªmpico. El confinamiento ha provocado un boom definitivo: tras el encierro, las ventas de tablas se disparan y proliferan miles de nuevos patinadores mientras las ciudades albergan cada vez m¨¢s skateparks. Desde el textil hasta el cine y los videojuegos, el asalto de la industria se torna imparable. Y lo que naci¨® como un estilo de vida vuelve a convertirse en tendencia global.
EL SKATE ENGANCHA. Rodar por el asfalto. Sortear el mobiliario urbano ¡ªo jugar con ¨¦l¡ª. Sentir la libertad del que vaga sin rumbo y sin reglas surfeando cada rinc¨®n de la ciudad. Adue?arse de ella. Cuando el estado de alarma permiti¨® salir a deportistas solitarios a primeras horas de la ma?ana o ¨²ltimas de la tarde, la tentaci¨®n de atravesar sobre la tabla grandes avenidas vac¨ªas de coches como el paseo de la Castellana en Madrid o las Ramblas en Barcelona sedujo a miles de skaters ansiosos por reencontrarse con la velocidad y el cemento. Pero tambi¨¦n a cientos de nuevos aficionados que, despojados de la libertad de salir a sus anchas, se sumaron a la fiebre del monopat¨ªn. Y as¨ª, sobre ruedas, se inici¨® la reconquista de las calles.
¡°Ya durante el confinamiento intuimos que algo pod¨ªa pasar. Pese a la ca¨ªda general, vendimos mucho indo board, que son tablas sin ruedas para practicar el equilibrio en casa¡±, cuenta Jos¨¦ Antonio Mu?oz, de 67 a?os, pelo cano y alborotado, m¨¢s conocido como Doc por su parecido al personaje de Regreso al futuro (1985). Abri¨® en 1975 ?Caribbean, la primera tienda especializada de Espa?a y que durante d¨¦cadas ha sido un referente nacional. Su escaparate era el templo en el que la gente se enteraba de las novedades que llegaban desde Los ?ngeles (cuna del surf sobre ruedas) y donde se gestaban las tendencias.
Jos¨¦ Antonio Mu?oz: "La sensaci¨®n sobre el monopat¨ªn es de pura libertad"
¡ª Cuando Jos¨¦ Antonio Mu?oz se subi¨® por primera vez a un pat¨ªn, pocos en Espa?a lo hab¨ªan probado. Era el a?o 1968. Desde aquel d¨ªa, este madrile?o no concibe su vida sin una tabla bajo los pies. Conocido en el mundo del pat¨ªn como Doc (por el personaje de Regreso al futuro), utiliza el longboard (una tabla m¨¢s larga con la que no se hacen trucos). Fue ¨¦l quien tras una estancia en la Universidad de Berkeley mont¨® en 1975 la considerada primera tienda de skate de Espa?a y trajo los avanzados modelos estadounidenses, menos ruidosos y con mayor rotaci¨®n.
¡ª Estaba ah¨ª cuando se construy¨® el primer skatepark privado de Espa?a, en Arenys (Barcelona). "Tratamos de montar una competici¨®n a la altura de las americanas", recuerda en su tienda, Caribbean. Tambi¨¦n organiz¨® una exhibici¨®n de skate patrocinada por Pepsi en el Palacio de los Deportes de la capital. "En 1979, creo recordar. Asistieron miles de personas". Y ayud¨® a construir, en los ochenta, el Parque Sindical de Madrid. Posiblemente el primer skatepark p¨²blico del pa¨ªs. "Un proyecto promovido por Tom¨¢s Moreno (padre de un ni?o que patinaba). Pusimos en marcha un club para recaudar fondos y lo construimos con los chavales y nuestras propias manos. Fue muy bonito".
¡ª Con 67 a?os, sigue compitiendo en los campeonatos europeos de slalom (carreras esquivando conos). Cuenta que antes quedaba entre los cinco primeros; hoy, entre los cinco ¨²ltimos. "Claro que el segundo participante de m¨¢s edad no pasa de los 55", r¨ªe. "Pero no voy para ganar. Me gusta ir porque me reencuentro con viejos amigos de todo el continente. Me lo paso bomba".
Ahora ese lugar son las redes sociales. En los meses de encierro, bastaban unos minutos navegando por Instagram para toparse con stories con hashtags como #yopatinoencasa. Un chaval que se sube a la mesa del comedor con su monopat¨ªn, la recorre rodando sobre la tabla, de un brinco aterriza en el suelo, contin¨²a hasta la puerta de la terraza y remata la escena en el exterior con un kickflip (mientras est¨¢ en el aire, el skate da una vuelta completa en sentido vertical y el patinador cae sobre la tabla pisando suelo firme). Los skaters, atrapados en sus pisos, tiraban de creatividad y mobiliario en sus v¨ªdeos caseros, buscando saciar su sed de asfalto.
¡°Yo dir¨ªa que este boom lo han provocado tres grupos: esos patinadores confinados que han salido con muchas ganas, los que lo dejaron hace a?os y lo han retomado tras el encierro, y el mogoll¨®n de chicas que est¨¢n empezando¡±. Esteban Velarde, skater de 50 a?os y propietario de Innercity Goods, una peque?a distribuidora especializada que trabaja en toda Europa, justifica as¨ª el ¡°subid¨®n¡± que su empresa ha registrado estos meses en las ventas de material duro (tablas, ejes, ruedas¡). Calcula que en junio los pedidos que le han hecho las tiendas crecieron un 30% respecto al junio anterior, y en agosto y septiembre, un 50%. ¡°La demanda est¨¢ siendo tan fuerte que marcas como Zero se han quedado sin stock en todo el mundo¡±.
Esteban Velarde: "Si te pica el bicho del 'skate', ya no puedes dejarlo nunca"
¡ª Con su c¨¢mara de fotos ha capturado saltos inolvidables de algunos de los mejores skaters del pa¨ªs. Dentro de la comunidad le consideran un pionero de la fotograf¨ªa skater. Ha dirigido revistas especializadas como Shape o Go Mag (fundada por ¨¦l mismo). Y lleva m¨¢s de media vida en el negocio de la distribuci¨®n de tablas y material duro. Se enganch¨® a esta disciplina en la adolescencia y desde entonces todo su mundo ha girado en torno a ella.
¡ª Naci¨® en 1970 en Guinea Ecuatorial y lleg¨® a Espa?a con seis a?os. "Mi madre era espa?ola, as¨ª que mi hermano y yo nos vinimos con ella". Su padre, como guineano, se tuvo que quedar. "Huy¨® m¨¢s tarde por Camer¨²n. Tard¨® cuatro a?os en reencontrarse con nosotros en Madrid". Por lo dem¨¢s, Velarde tuvo una infancia como la de cualquier chaval de la capital. "Crec¨ª en el barrio de Retiro y empezamos a patinar por all¨ª, motivados por pel¨ªculas como Regreso al futuro. En 1989 nos desplazamos a Col¨®n y detr¨¢s vinieron otros grupos de skaters de la ciudad". Fue su generaci¨®n la que convirti¨® la c¨¦ntrica plaza madrile?a en un spot (as¨ª llaman a los puntos de encuentro donde se patina) y vivi¨® la primera gran explosi¨®n del skate en Espa?a.
¡ª Pasaba tanto tiempo sobre la tabla que termin¨® abandonando los estudios. Empez¨® a trabajar en la distribuidora especializada de Francisco Burgos (de las pocas que hab¨ªa entonces). All¨ª lo aprendi¨® todo de la que hoy es su profesi¨®n. Con 50 a?os, tiene su propia distribuidora, Innercity Goods; su marca de ejes (Arrow) y de ruedas (Universal), y sigue surfeando la ciudad. "Si te pica el bicho del skate, no puedes dejar de patinar".
J. A. Mu?oz, que patina desde finales de los sesenta, ha sido protagonista y testigo de las distintas oleadas que ha vivido el skate. ¡°En la d¨¦cada de los noventa se produce el gran cambio: las tablas anchas y con las caracter¨ªsticas que conocemos hasta ese momento ¡ªold school, que lo llamamos ahora¡ª desaparecen. Y surge lo que es el new school, con tablas m¨¢s estrechas pero sim¨¦tricas. Los trucos y el estilo var¨ªan totalmente. Se hace muy street, muy liberal, muy an¨¢rquico, m¨¢s agresivo y de movimiento¡±. Cuenta su hijo Borja Mu?oz, de 37 a?os y director de la escuela Caribbean que ¨¦l y su hermano montaron en 2008, que ese es el skate que quieren aprender los cr¨ªos. ¡°La demanda de clases siempre ha ido a m¨¢s, pero desde la desescalada se ha disparado. Est¨¢ siendo la mayor de nuestra historia¡±. Hasta tal punto que han tenido que contratar a m¨¢s monitores para poder abarcarla. ¡°Adem¨¢s, tanto en la escuela como en la tienda han subido todas las modalidades, desde el skate hasta el longboard, pero sobre todo el surfskate¡±.
Esta disciplina que surgi¨® hace 22 a?os en California ha cautivado a cientos de surfistas en los ¨²ltimos a?os y ha ganado adeptos durante el confinamiento. De la misma forma que el skate surgi¨® a mediados del siglo pasado de la mano de surfistas que pusieron ruedas a tablas de madera para surfear piscinas vac¨ªas en d¨ªas sin oleaje, a finales de los noventa el surfista Neil Carver cre¨® unos ejes para su tabla pensados para que los movimientos y las sensaciones patinando se pareciesen m¨¢s al surf que al skate. As¨ª fund¨® Carver USA. Detr¨¢s vinieron marcas como Slide, Smoothstar o Swelltech. Y dos firmas espa?olas est¨¢n apostando fuerte por esta modalidad: la c¨¢ntabra Miller Division y la vasca Yow (sus creadores, los hermanos Iraola, fundaron poco despu¨¦s HLC, que hoy es la f¨¢brica y distribuidora de algunas de las marcas m¨¢s importantes del mundo, como las tablas Jart). Las dos firmas (al igual que sus competidoras internacionales) patrocinan a grandes figuras del surf. Y de nuevo bastan unos segundos en las redes sociales para ver a deportistas de ¨¦lite como Aritz Aranburu con su tabla Yow o Leticia Canales y Sean Gunning lanz¨¢ndose a las pistas de asfalto con sus tablas de ruedas de Miller.
¡°Casi todos los surfistas y los monitores de surf se han dado cuenta de que el surfskate es una herramienta excelente para entrenar fuera del agua¡±, cuenta Jacobo Ram¨ªrez, surfista, patinador y cofundador del Carving Social Club, una tienda online y escuela que lleva a?os trabajando para visibilizar esta disciplina, organizando tours y demostraciones por toda Europa y que ha sido precursora en traer distintas marcas a Espa?a. ¡°En un ba?o de dos horas en el agua en realidad est¨¢s sobre la tabla unos minutos. Con el surfskate est¨¢s trabajando la din¨¢mica, la t¨¦cnica, la postura¡, por lo que la capacidad de mejorar es brutal¡±. As¨ª, tras el estado de alarma, todos los surfistas de ciudades y pueblos de interior se subieron a la ola del surfskate, persiguiendo las sensaciones del deporte del mar. Por eso tiendas de Madrid como Caribbean han notado ese crecimiento exponencial, mientras Jos¨¦ Luis de la Rosa asegura que en su tienda y escuela AJProject de Canarias lo que m¨¢s ha subido es el skateboard. ¡°Hemos triplicado las ventas de material duro¡±.
Rafa Bocanegra: "Hab¨ªa muchas movidas en casa y surfear las calles era liberador"
Rafa Bocanegra naci¨® en la tierra de Camar¨®n hace 20 a?os. "La isla es un sitio guapo para patinar". Lo descubri¨® a los 12 viendo a los skaters en la plaza del Rey. Cuenta que lleg¨® a su vida en el momento oportuno. "Hab¨ªa muchas movidas en casa y de pronto encontr¨¦ una v¨ªa de escape. Pod¨ªa irme solo a surfear por las calles o juntarme en la plaza con colegas. La verdad, era liberador".
¡ª Patinaba tantas horas al d¨ªa que empez¨® a mejorar muy deprisa. Se present¨® a algunos campeonatos infantiles y ganaba todos, as¨ª que no tard¨® en participar en categor¨ªas superiores. "Siempre era el peque, y eso tambi¨¦n me hizo superarme". A su edad, ya ha visitado la meca del skate, Los ?ngeles ("Otro mundo"), ha patinado para firmas como Adidas y en 2019 fue campe¨®n de Espa?a en street, la modalidad en la que se hacen trucos.
¡ª Proviene de una familia humilde y esta disciplina le abri¨® las puertas a un mundo de posibilidades: "Las competis me han permitido ganar algo de dinero para ayudar en casa y tambi¨¦n viajar por toda Europa". Como contrapartida, abandon¨® sus estudios de bachillerato ("Lo intent¨¦ por mi madre") y dice que le gustar¨ªa estudiar algo de marketing. Pero de momento aspira a vivir de su pasi¨®n.
¡ª Sabe que pocos consiguen ese objetivo, al menos en Espa?a, pero no se da por vencido y reconoce que, pase lo que pase, nunca va a dejar de rodar por el asfalto. Porque el pat¨ªn le ha dado mucho. ¡°Solo el hecho de salir de la isla y venirme a vivir a Granada es una pasada. All¨ª la vida es dura y salir ha sido bueno¡±.
La pandemia es la chispa que lo hizo explosionar, pero la mecha se prendi¨® en 2016, con el anuncio de su entrada en los Juegos Ol¨ªmpicos. El foco de la industria apunt¨® entonces hacia la comunidad skater.
Los dise?adores llevan a?os bebiendo del streetstyle. Siempre atra¨ªdos por todo lo que huele a subversivo, hace tiempo que empezaron a adue?arse del estilo underground, transformando lo que antes se percib¨ªa como marginal en mainstream (masivo). ¡°Cuando yo empec¨¦ a patinar de ni?o era una cosa casi friki¡ O no sabr¨ªa c¨®mo calificarlo. Pero desde luego no era algo cool como puede ser ahora¡±, recuerda Gerardo Anaya, psic¨®logo e inform¨¢tico de 30 a?os que no concibe su vida sin un pat¨ªn debajo del pie y que fue miembro del equipo nacional de Adidas entre 2011 y 2018. Durante la sesi¨®n de fotos que ilustra estas p¨¢ginas, este gallego brinca sobre su tabla en las calles del madrile?o barrio de Lavapi¨¦s ataviado con un traje verde de Gucci. Desde las pasarelas hasta los gigantes del low cost, todos quieren saltar a la rampa. Nike SB (departamento exclusivo de Skateboarding) acaba de sacar una versi¨®n sostenible de sus ic¨®nicas zapatillas Janoski, uno de los mayores ¨¦xitos de venta de la secci¨®n SB hasta la fecha. Y firmas de lujo como Louis Vuitton han dise?ado sus primeras zapatillas de skate junto al patinador Lucien Clarke.
Gerardo Anaya: "Dir¨ªa que patinar es, sobre todo, parte de mi identidad"
Su historia con el pat¨ªn arranca como la de cualquier chaval en los noventa. "Hab¨ªa por casa una vieja tabla de mi hermano Jacobo (13 a?os mayor). Y en casa de mi mejor amigo, Yago, pasaba lo mismo". As¨ª que un d¨ªa bajaron a la plaza de la Constituci¨®n, punto de encuentro skater en su Santiago de Compostela natal, y todo cambi¨®. "Cuando te das cuenta ya no te apetece practicar otros deportes ni quedar con colegas que no patinan¡".
¡ª "Mi familia nunca me dijo nada, pero insist¨ªan en lo de seguir estudiando". Y parece que se lo tom¨® en serio. Hizo inform¨¢tica, despu¨¦s psicolog¨ªa y ahora se est¨¢ especializando en neuromarketing y comportamiento del consumidor. Pero durante todos estos a?os, el pat¨ªn ha sido una constante. "Al terminar inform¨¢tica busqu¨¦ pr¨¢cticas en Valencia [veraneaba all¨ª y ten¨ªa su grupo de skaters] y ya me qued¨¦ estudiando psicolog¨ªa". Pero sobre todo patinaba, hac¨ªa partes de v¨ªdeo (como se refieren a las grabaciones de sus trucos para legitimar su carrera de skater) y se hac¨ªa fotos "como expresi¨®n art¨ªstica". Hasta que en 2011 el team manager de Adidas le ofreci¨® entrar en el equipo nacional de la firma. "Estuve hasta 2018. Fueron a?os guais de viajes y rodajes. Luego el equipo se disolvi¨® poco a poco".
¡ª Ahora, con 31 a?os, trabaja como psic¨®logo financiero en Madrid, donde sigue desliz¨¢ndose sobre cuatro ruedas. ¡°El pat¨ªn no paga mis facturas, pero es de las cosas que m¨¢s me llenan. Es parte de mi identidad¡±.
Ya en los noventa la moda intent¨® apoderarse del estilo urbano de los patinadores, pero en aquella ocasi¨®n la comunidad se rebel¨® para evitar que las grandes marcas del textil fagocitasen a las peque?as firmas creadas por skaters, como Thrasher, Santa Cruz o Powell Peralta, seg¨²n explica Borja Mu?oz. ¡°Incluso marcas como Nike o Adidas intentaron abrirse hueco entonces, pero el rechazo fue tan grande que no lo lograron hasta los a?os 2000, cuando crearon los departamentos exclusivos de zapatillas de skate y formaron equipos nacionales para apoyar a los patinadores de cada pa¨ªs¡±, recuerda Esteban Velarde. ¡°Nuestra vestimenta siempre ha ido por delante y luego trataban de convertirla en tendencia¡±, asegura Danny Lozano, skater profesional que ha sido durante los ¨²ltimos 16 a?os team manager de la firma de zapatillas Vans, nacida al calor de la comunidad skater y que ha terminado sucumbiendo al negocio de la moda. ¡°Es cierto que antes, si ve¨ªas a alguien con unas zapas skaters, sab¨ªas que patinaba, pero ahora todo el mundo las lleva¡±. Las firmas ajenas a la comunidad se suben al carro y las ¡°aut¨¦nticas¡± (as¨ª llaman en la jerga a las que nacieron de la mano de skaters) se vuelven tendencia casi en contra de su voluntad. Productos tan arraigados a la tribu como las sudaderas con la cabecera de la revista Thrasher, considerada la biblia de los skaters, est¨¢n en auge. Aunque muchos de los que visten esas prendas desconocen el significado de lo que llevan en el pecho.
La publicaci¨®n ¡ªy su marca de ropa¡ª naci¨® en Estados Unidos en los a?os ochenta, fundada por los patinadores Fausto Vitello y Eric Swenson, y en torno a ella se gener¨® la cultura que rodea al skate, ¨ªntimamente ligado entonces a la m¨²sica hardcore y al punk. Bandas como Bones Brigade, pioneros de la disciplina, la viralizaron durante aquellos a?os con sus v¨ªdeos y el skate comenz¨® su expansi¨®n por todo el planeta. Es tambi¨¦n la ¨¦poca de pel¨ªculas como Regreso al futuro, que engancharon al pat¨ªn a toda una generaci¨®n en Espa?a. J¨®venes como Esteban Velarde, Danny Lozano o Alain Goikoetxea, entrenador de la selecci¨®n, abrieron el camino hacia una profesionalizaci¨®n que gana fuerza con el esperado debut ol¨ªmpico en Tokio.
Danny Le¨®n: "Si puedo ir a unos Juegos Ol¨ªmpicos, lo voy a hacer"
Prob¨® a patinar porque frente a su casa, en M¨®stoles, estaban construyendo un skatepark. Y la tabla se convirti¨® en lo que hoy considera su pasi¨®n, su hobby, su trabajo, su vida. Logr¨® que una tienda local, Adrenalina, le apoyase con material y empez¨® a ganar campeonatos de rampa.
¡ª A los 13 a?os, en una competici¨®n en Ir¨²n con su familia ("mis padres y mi hermana siempre me han apoyado y hemos hecho muchos kil¨®metros juntos"), un ojeador de Red Bull le ofreci¨® un contrato. La marca de bebidas energ¨¦ticas solo patrocinaba a un deportista de cada disciplina por pa¨ªs. Con 15 a?os, empez¨® a viajar "duro" por toda Europa y pronto se coron¨® como uno de los mejores.
¡ª Hoy, con 25, ha sido varias veces campe¨®n de Espa?a y su puntuaci¨®n en el ranking mundial podr¨ªa convertirle en uno de los 20 clasificados para participar en los primeros Juegos Ol¨ªmpicos del skate. Sabe que una parte de la comunidad rechaza la participaci¨®n en el mayor evento deportivo del mundo por hacer de un estilo de vida espect¨¢culo. Respeta esa postura, pero no le frena. "El mundo est¨¢ evolucionando y el skate no se va a quedar atr¨¢s. Mi generaci¨®n ha vivido la llegada de los patrocinios de marcas ajenas al sector [tambi¨¦n rechazadas por los m¨¢s puristas]. A m¨ª me gusta patinar y competir. Y si puedo vivir de esto por llevar unas zapas, lo voy a hacer. Y si puedo llegar a unos Juegos Ol¨ªmpicos, tambi¨¦n lo voy a hacer".
¡ª Con su nivel, el siguiente paso podr¨ªa ser mudarse a Los ?ngeles, meca del skate. "Para patinar es tal cual lo ves en las pel¨ªculas, pero quiero vivir aqu¨ª y apostar por el skate en Espa?a y Europa. Y montar mi propia escuela con indoor".
Los Juegos Ol¨ªmpicos (pospuestos por la pandemia hasta 2021) han forzado al skate a encorsetarse. ¡°No ha sido f¨¢cil porque se trata de una comunidad urbana que estaba acostumbrada a ir por libre¡±, recuerda Xavi Moyano, gerente de la Federaci¨®n Espa?ola de Patinaje, de la que forma parte desde 2017 el skateboarding. Pero el reconocimiento y el apoyo econ¨®mico del Consejo Superior de Deportes han propiciado la creaci¨®n de una selecci¨®n nacional con recursos suficientes para viajar por todo el mundo (en torno al mill¨®n de euros) y los Gobiernos locales no han tardado en dejarse llevar por la locura de los skateparks. En cada pueblo, en cada ciudad, estos espacios con rampas (o bowls), half pipes, barandillas y cajones se han convertido, como ya ocurriera en d¨¦cadas anteriores, en el punto de encuentro de adultos, familias con ni?os y adolescentes. La mayor¨ªa se han pensado m¨¢s como espacios de ocio y reclamo tur¨ªstico de nuevos aficionados que como lugares de entrenamiento. Y se nota. Desde el Comit¨¦ Nacional de Skateboarding reconocen que la mayor¨ªa est¨¢n ¡°mal hechos¡±. ¡°Por eso estamos trabajando en un sistema de homologaci¨®n¡±, explica Danny Lozano, que actualmente es director de competici¨®n de la federaci¨®n. ¡°Intentamos evitar que Columpios Manolo, por poner un ejemplo ficticio, haga un skatepark¡±. Pero la revoluci¨®n es ya imparable y cada semana se inaugura uno nuevo o abre una escuela de skate.
Cientos de ni?as llegan a estos clubes ansiosas por dominar el monopat¨ªn. Borja Mu?oz o Jos¨¦ Luis de la Rosa aseguran que el boom femenino est¨¢ siendo ¡°muy bestia¡±. Para Andrea Ben¨ªtez, de 25 a?os, campeona nacional en la modalidad street, los JJ OO ¡°han sido fundamentales¡±. ¡°De ni?a era la ¨²nica chica entre 100 hombres en competiciones organizadas por empresas privadas [no hab¨ªa categor¨ªas femeninas]. Ahora, al ser ol¨ªmpico y haber un campeonato nacional p¨²blico, s¨ª las hay. Somos como 60 y se han equiparado los premios¡±. La creaci¨®n de referentes femeninos como Ben¨ªtez tiene mucho que ver en la irrupci¨®n de las skaters, seg¨²n Ver¨®nica Trillo, entrenadora de la selecci¨®n y miembro de la plataforma As¨ª Planchaba (planchar es aterrizar sobre la tabla de forma consistente tras un truco), que lleva 10 a?os fomentando estos referentes. ¡°Es lo que est¨¢ ocurriendo con el deporte en general, pero quiz¨¢s en este, tan masculinizado hasta ahora, se nota m¨¢s¡±, apunta Ianire Elorriaga, de 40 a?os y seis veces campeona de Europa en la primera d¨¦cada de este siglo. Los monitores de las escuelas apuntan tambi¨¦n al negocio de las series, que se ha subido al despegue de la disciplina. T¨ªtulos como Betty, de HBO, protagonizada por seis j¨®venes skaters de Nueva York, o personajes como Madmax, la patinadora del ¨¦xito televisivo Stranger Things (Netflix).
Y del cine a los videojuegos. Al menos cuatro productos de skate ver¨¢n la luz este a?o. Electronic Arts, compa?¨ªa estadounidense que desarrolla algunos de los t¨ªtulos m¨¢s vendidos de la historia como el FIFA o Los Sims, anunci¨® como su gran apuesta del a?o el nuevo Skate 4, que constituye el regreso de una saga muy valorada entre los aficionados a este deporte digital. Pero el bombazo lleg¨® en septiembre con el lanzamiento de un remake del Tony Hawk¡¯s Pro Skater 2, protagonizado por uno de los mejores patinadores de la historia (el estadounidense que da nombre al t¨ªtulo) y que supuso la ¡°megaexpansi¨®n¡± del skate en el a?o 2000. ¡°Aquello s¨ª que marc¨® un antes y un despu¨¦s¡±, recuerda Danny Lozano. El producto era de tal calidad que cautiv¨® a varias generaciones. PlayStation vendi¨® en cinco a?os m¨¢s de 10 millones de unidades, una cifra desorbitada para un videojuego de nicho. Los chavales quer¨ªan repetir en las calles los trucos que hac¨ªan en las pantallas de sus consolas y ordenadores. Las ventas de tablas se dispararon y las ciudades de todo el mundo se llenaron de chavales en monopat¨ªn. En Espa?a comenzaron las construcciones de skateparks y al calor de ese nuevo boom se fragu¨® la generaci¨®n que despunta estos d¨ªas. Desde freeskaters, que recorren el mundo patrocinados por marcas para filmar sus partes de v¨ªdeo (as¨ª se llaman las grabaciones de trucos, que legitiman la carrera de un skater), como Adri¨¢n del Campo o Jura, hasta deportistas de ¨¦lite como Danny Le¨®n o Andrea Ben¨ªtez, actuales campeones nacionales, que luchan por conseguir la puntuaci¨®n en el ranking mundial que les d¨¦ el pase a los primeros Juegos Ol¨ªmpicos de su disciplina.
El mercado apunt¨® al skate y lo catapult¨® al estrellato o puede que su creciente popularidad atrajese a la industria. En cualquier caso, el anuncio ol¨ªmpico ha puesto la disciplina y cuanto la rodea en el centro del hurac¨¢n, acentuando la divisi¨®n que ya exist¨ªa dentro de esta comunidad. En un extremo, los puristas que reivindican la esencia m¨¢s primigenia del skate y tratan de recuperar un estilo de vida arraigado a las calles, la m¨²sica y el pat¨ªn como medio de disfrute y creaci¨®n a trav¨¦s de sus v¨ªdeos. En la otra punta, quienes se han subido a la carrera deportiva y entienden la entrada a los JJ OO como parte de una evoluci¨®n l¨®gica y sana. Sea como fuere, las ventas de tablas se han disparado, las escuelas est¨¢n repletas, las mujeres han dado el salto definitivo y la maquinaria de la industria parece imparable. Los ciudadanos de todo el mundo quieren sentirse due?os de sus ciudades. Y deslizarse por ellas sobre una tabla con ruedas, ya sea en un skate, un long o un surfskate. ¡°No hay duda de que la comunidad skater se ha multiplicado por 10 ahora mismo en Espa?a. Y esto es a nivel mundial. As¨ª que el pat¨ªn est¨¢ m¨¢s de moda que nunca¡±, dice Esteban Velarde. ¡°Y con los Juegos de Tokio y Par¨ªs¡ Parece que tenemos skate para rato¡±.