La nueva ola del surf
Libertad, naturaleza, viajes. El surf naci¨® como un estilo de vida y se convirti¨® para unos pocos en deporte de competici¨®n. En la selecci¨®n espa?ola conviven hoy quienes abrieron la v¨ªa de la profesionalizaci¨®n con j¨®venes que han aterrizado en una disciplina tecnificada. Hu¨¦rfanos de apoyos econ¨®micos, ven en la entrada a los Juegos Ol¨ªmpicos una nueva v¨ªa para brillar.
Es 2 de mayo. Aritz Aranburu se enfunda en su neopreno, agarra su tabla y se adentra en la playa de Zarautz, junto a su casa. Lo que deber¨ªa ser rutinario para un surfista de ¨¦lite como ¨¦l se presenta como un momento ¡°casi m¨ªstico¡±. Siente la arena bajo sus pies. Saborea la sal que arrastra el aire. Escucha la llamada del mar. Hace semanas que no cabalga las olas. El confinamiento le ha mantenido preso en su casa, en la que pasa cortas temporadas entre viaje y viaje, entre campeonato y campeonato. Esta m¨¢quina que presume de haber sido el primer y ¨²nico espa?ol en entrar en el CT o Championship Tour (la primera divisi¨®n del surf, donde se clasifican los 34 primeros del mundo, 17 en el caso femenino) ten¨ªa licencia para salir a entrenar, pero decidi¨® someterse a la desescalada, ¡°como todos¡±. Esa ma?ana, dispuesto a medirse de nuevo con su eterno rival, se deja engullir por el agua. ¡°Lo que necesitaba, lo que realmente echaba de menos, m¨¢s que el surf, era el contacto con el mar¡ Esa conexi¨®n con la naturaleza fque solo este estilo de vida ofrece¡±, cuenta.
La cuarentena nos ha reconectado con los placeres m¨¢s terrenales. Las sensaciones que envolvieron a Aranburu son las que cientos de surfistas aficionados buscaban los d¨ªas previos a la nueva normalidad, cuando un protocolo emitido desde la Federaci¨®n Espa?ola de Surf daba carta blanca para surcar de nuevo las olas. Las playas se llenaron entonces de neoprenos y tablas, y se hizo evidente que el surf, en su esencia m¨¢s primigenia, vende.
Libertad, viajes a para¨ªsos naturales, respeto por el medio ambiente¡ Valores que han enganchado a esta pr¨¢ctica a m¨¢s de 23 millones de personas, seg¨²n la International Surfing Association. Pero para unos pocos, como Aranburu o el gallego Gony Zubizarreta, es tambi¨¦n una profesi¨®n. Se conocieron con 11 a?os en un campeonato en Francia y juntos experimentaron los ¨²ltimos coletazos de ese estilo de vida hippy y ca?ero, de noches en la playa. ¡°Entonces los campeonatos s¨ª eran una fiesta¡±, recuerda Aranburu. Fue esa imagen del surfista como aut¨¦ntico vividor la que las marcas de moda surfera exportaron a finales de los noventa. En los dos mil se universaliz¨® el sue?o surfer. De Nueva York a Madrid, todo el mundo vest¨ªa las m¨ªticas sudaderas y ba?adores con el sello de Quiksilver, Rip Curl, Billabong¡ Y as¨ª, las empresas que hab¨ªan nacido como negocios familiares a manos de surferos se convirtieron en compa?¨ªas internacionales con facturaciones millonarias.
FOTOGALER?A: Un sue?o ol¨ªmpico y surfero
Al calor de ese boom de la moda y con las marcas destinando parte de su presupuesto a fomentar el surf como deporte se fragu¨® en Espa?a una generaci¨®n de surfistas de alto nivel. Eneko y Kepa Acero, Pablo Guti¨¦rrez, Jonathan Gonz¨¢lez o Pablo Solar se convirtieron en los primeros deportistas espa?oles en vivir de las olas y en un referente para j¨®venes que, como Aranburu y Zubizarreta, ven¨ªan siguiendo su estela. Hoy, con 35 a?os, son supervivientes de aquel dream team nacional que hizo historia.
Son tambi¨¦n los veteranos de la actual selecci¨®n espa?ola, donde forman equipo con Vicente Romero (28 a?os), Leticia Canales (25), Ariane Ochoa (22) y Nadia Erostarbe (19). Por primera vez su deporte ser¨¢ ol¨ªmpico y no quieren quedarse fuera. El mism¨ªsimo Kelly Slater, 11 veces campe¨®n del mundo y al que algunos consideran el Michael Jordan del surf, est¨¢ intentando meterse en la competici¨®n. La lucha encarnizada por clasificarse (hay 40 plazas, 20 de masculino y 20 de femenino) arranc¨® hace dos a?os, pero queda una ¨²ltima oportunidad: el mundial de El Salvador, sin fecha por el coronavirus.
Han pasado 20 a?os desde el primer mundial en el que particip¨® Espa?a, en Brasil. Zubizarreta, que hoy es el capit¨¢n del equipo, era entonces el miembro m¨¢s joven. Como ya hab¨ªa sucedido a?os atr¨¢s en territorios con larga tradici¨®n surfera como Haw¨¢i, Estados Unidos, Australia o Francia, los espa?oles empezaron a federarse para dar el salto a los mundiales. ¡°Un grupo de chavales que compet¨ªamos a nivel nacional y liderados por Moncho Gil (padre de uno de ellos) impulsamos la creaci¨®n de la Federaci¨®n Espa?ola de Surf, que naci¨® en 1999¡±, recuerda Ram¨®n Rodilla, coru?¨¦s que se convirti¨® en el a?o 2000 en el primer seleccionador nacional. ¡°Cuando llegamos a Porto de Galinhas, en Recife, alucinamos. Hab¨ªa al menos 1.500 surfistas de 45 nacionalidades, el p¨²blico vitoreaba a sus favoritos y el ambiente poco ten¨ªa que envidiar al del f¨²tbol¡±. Quedaron octavos y al a?o siguiente, en Sud¨¢frica, consiguieron su primera medalla: plata en la modalidad tag team (por equipos). Hab¨ªa comenzado la profesionalizaci¨®n. Y el surf pas¨® a ser marca Espa?a.
Cantabria es surf. Pa¨ªs Vasco es surf. Canarias es surf. Los gobiernos locales no tardaron en subirse a la ola. Se convirti¨® en el hobby veraniego de muchos y en el reclamo tur¨ªstico que ha llenado el litoral de escuelas y clubes espec¨ªficos (m¨¢s de 600 en la actualidad). Espa?a, con una trayectoria bastante reciente a nivel mundial, se abre paso. El Pant¨ªn Classic Surf Pro que organizan en Valdovi?o (A Coru?a) desde 1988 es desde el a?o pasado uno de los dos Qualification Series (circuito previo al CT) de la World Surf League m¨¢s importantes del mundo. Con una inversi¨®n de m¨¢s de 1 mill¨®n de euros y un premio de 40.000 (con igualdad entre g¨¦neros), esta prueba QS10.000 solo es equiparable al US Open del pa¨ªs norteamericano, puntero en este deporte.
Colarse en este evento es como adentrarse en Haw¨¢i, cuna del surf: los miles de visitantes que asisten esa semana jalean cada ola; los ni?os piden aut¨®grafos a los top del planeta; enormes pantallas emiten en directo cada manga (as¨ª se llaman las rondas) y periodistas de todo el globo entrevistan a los surfistas de sus pa¨ªses. Las caravanas de food trucks conviven con puestos de firmas de moda surfer y hay conferencias de nuevos materiales de tablas o neoprenos ecol¨®gicos. ¡°El surf sin el medio ambiente no es nada. Siempre hemos ido a la cabeza en limpieza de fondos marinos y concienciaci¨®n¡±, explica Andr¨¦s Otero, coordinador de la World Surf League en Espa?a. Todos sus eventos son, desde este a?o, ¡°plastic free¡±.
En la ¨²ltima edici¨®n de Pant¨ªn reunimos a los seis miembros del equipo nacional, acompa?ados por su entrenador, Pablo Solar, y su fisioterapeuta, Rafa Sell¨¦s, para la sesi¨®n de fotos que ilustra estas p¨¢ginas. Ataviados con el uniforme de la selecci¨®n (un ch¨¢ndal blanco y azul), la estampa se aleja del individualismo asociado a su disciplina. El estilo de vida deja paso al deporte de competici¨®n.
Los m¨¢s j¨®venes de la selecci¨®n aterrizaron en un surf profesionalizado y con las nuevas tecnolog¨ªas a su servicio. Pero est¨¢n hu¨¦rfanos de patrocinios potentes. ¡°Cuando Aritz nos cuenta sus viajes con 14 a?os a Mentawai (Indonesia) con todo pagado¡ alucinamos¡±, explica Ariane Ochoa, de 22 a?os. ¡°Nuestra generaci¨®n no ha vivido nada de eso¡±, lamenta esta bilba¨ªna que se aficion¨® al surf cuando las escuelas ya se contaban por centenares en el pa¨ªs y que qued¨® segunda de Europa y quinta del mundo con 16 a?os gracias al respaldo de sus padres. Tambi¨¦n su compa?era Leticia Canales, de 25, necesit¨® el colch¨®n familiar. ¡°En nuestro caso, entrar en los Juegos Ol¨ªmpicos ha supuesto un cambio porque ahora vivimos en un centro de alto rendimiento en Getxo¡±, cuentan. ¡°Es un proyecto entre la federaci¨®n vasca y la empresa privada Basque Team, que apuestan por los deportes ol¨ªmpicos. Aun as¨ª, los apoyos econ¨®micos no son lo que eran. Sobre todo en las categor¨ªas junior (menos de 18 a?os), que es cuando m¨¢s lo necesitas para exprimir tu potencial¡±, apunta Ochoa.
Tambi¨¦n Vicente Romero, espa?ol nacido en Florian¨®polis (Brasil), ha notado el cambio. Despu¨¦s de a?os haciendo cuentas para llegar a fin de mes (¡°vivo de peque?os patrocinios y con el dinero de cada premio me pago el siguiente circuito. Pero si no consigo premio¡¡±), acaba de convertirse, junto al canario y veterano Jonathan Gonz¨¢lez (40 a?os), en el primer surfista espa?ol en recibir una beca ADO (25.000 euros). Adem¨¢s, la federaci¨®n ha visto c¨®mo crec¨ªa su presupuesto y tambi¨¦n le ayuda econ¨®micamente (con 30.000 euros al a?o). ¡°Algo que hasta ahora no pod¨ªamos hacer. Depend¨ªamos de las marcas¡±, explica Louren?o Chaves de Almeida, vicepresidente y gerente. Por eso existe un vac¨ªo generacional entre Aritz y Gony y los dem¨¢s del equipo.
Con la crisis de 2008 las marcas de moda que tanto apoyaron a los deportistas se desplomaron. A la debacle econ¨®mica se sum¨® la irrupci¨®n de la moda surfer low cost, de la mano de gigantes como Inditex o Primark. En apenas cinco a?os, firmas como la francesa Rip Curl pasaron de ingresar 125 millones a 75, la australiana Billabong fue fagocitada por la estadounidense Quiksilver y la burbuja de los patrocinios estall¨®. ¡°En los buenos tiempos daban ropa y 3.000 euros a cualquier chaval medianamente bueno para competir. Cuando destacabas era otra cosa: a m¨ª Rip Curl me pagaba la participaci¨®n en todo el circuito mundial, que cuesta unos 50.000 euros, y adem¨¢s me daban un sueldo superior a esa cifra para vivir¡±, recuerda Pablo Guti¨¦rrez, campe¨®n de Europa (2011), que hoy es jefe de ventas de Rip Curl Espa?a. ¡°El presupuesto que ten¨ªamos entonces solo para Espa?a es el que tenemos ahora para toda Europa. Con esos medios solo podemos apostar por los m¨¢s crack¡±.
En las nuevas remesas tienen que ser los mejores si quieren contar con apoyo econ¨®mico. Pero para ser los mejores hace falta inversi¨®n. ¡°El surf es un deporte muy caro¡±, recuerda Pablo Solar, actual seleccionador nacional. ¡°Por eso la inyecci¨®n econ¨®mica que arrastran los Juegos Ol¨ªmpicos es tan importante¡±. Sobre todo en un pa¨ªs como Espa?a, donde, antes de declararse ol¨ªmpico, el Consejo Superior de Deportes daba a la federaci¨®n nacional un presupuesto anual de 120.000 euros. En 2019, entre pluses por ser ahora deporte de inter¨¦s y la medida del 1% (de los derechos del f¨²tbol), la cifra ascendi¨® hasta los 800.000. ¡°Aun as¨ª, est¨¢ muy por debajo de otros deportes minoritarios como el b¨¦isbol¡±, explica Chaves de Almeida. Compara su situaci¨®n con la de pa¨ªses vecinos como Portugal, Francia o Alemania, donde ¡°est¨¢n invirtiendo mucho m¨¢s en sus surfistas¡±. O con nuevas potencias como Per¨², que destina millones a construir instalaciones de entrenamiento para los suyos.
Con la mirada puesta en los Juegos de Par¨ªs, dentro de cuatro a?os, Chaves de Almeida busca el modo de hacer cantera. Le gustar¨ªa construir una piscina de olas, que costar¨ªa 12 millones, seg¨²n sus estimaciones. ¡°Sin apenas recursos, nuestros junior han sido cuartos del mundo. Y son j¨®venes para su categor¨ªa. Significa que tenemos calidad y mucho potencial. Y que si conseguimos explotarlo, podr¨ªamos crear una nueva generaci¨®n dorada que alcanzase la mayor¨ªa de edad siendo n¨²mero uno del mundo¡±.
¡°Para m¨ª, de peque?o, surfear era salir al mar all¨ª en Galicia y divertirme. Hacerte colega de alg¨²n chaval algo mayor que pudiera llevarte en su coche a playas cercanas donde hubiese olas¡±, recuerda Zubizarreta. ¡°Pero hace unos a?os ve¨ªas que los chavales de 11 ya ten¨ªan entrenador personal, nutricionista, psic¨®logo, fisioterapeuta¡ ?y ahora hasta piscinas de olas!¡±. Tanto ¨¦l como Aranburu son conscientes de las posibilidades que esta tecnolog¨ªa supone para los m¨¢s peque?os. Una cancha de baloncesto o una pista de tenis es f¨¢cil de construir y es igual en todo el globo. Pero las olas de North Shore (Haw¨¢i) poco tienen que ver con las de Bells Beach (Australia). Hasta ahora, la ¨²nica manera de dominarlas era viajando. Pero las federaciones empiezan a ver las piscinas como los gimnasios del futuro. Y Espa?a es un referente. Wavegarden, en el Pa¨ªs Vasco, fue un proyecto pionero en el mundo cuando su art¨ªfice, el surfista e ingeniero Josema Odriozola, lo puso en marcha en 2005. Tras 15 a?os de investigaci¨®n (¡°muy duros¡±), esta laguna de dos hect¨¢reas construida al aire libre, con fondos dise?ados a imagen y semejanza de los marinos y con agua para llenar 20 piscinas ol¨ªmpicas, es un para¨ªso para los surfistas en d¨ªas sin oleaje. Hay m¨¢s de 25 olas en cat¨¢logo que se van modificando en funci¨®n de la direcci¨®n e intensidad del viento y pueden fabricar hasta 480 por hora. A diferencia de otros proyectos similares, la tecnolog¨ªa de los Odriozola permite crear varias olas diferentes al mismo tiempo, de modo que un profesional puede estar practicando un a¨¦reo en una zona de la laguna mientras un junior prueba a mantenerse en pie sobre la tabla con una waikiki (olas suaves de iniciaci¨®n).
De momento, Wavegarden no est¨¢ abierta al p¨²blico. Es la base de operaciones donde crean nuevas olas para sus sedes por el mundo, de Australia a Texas o Bristol. En 2021 esperan inaugurar la que est¨¢n construyendo en M¨¢laga y est¨¢n en tr¨¢mites para hacer otras en Barcelona y Madrid. Pero de momento en Espa?a solo un privilegiado grupo de surfistas, entre ellos los de la selecci¨®n, pueden pasarse de vez en cuando. Tambi¨¦n los hijos de Odriozola, Hans y Kai, de 13 y 14 a?os, van siempre que pueden. ¡°Es muy bueno a nivel t¨¦cnico porque me permite probar la misma maniobra una y otra vez¡±, cuenta Kai, el mayor. ¡°Y hay olas que no tenemos en las playas de aqu¨ª y en la piscina puedes conocerlas y practicarlas sin viajar¡±. Tanto ¨¦l como su hermano son dos de las figuras m¨¢s prometedoras del surf infantil europeo. ¡°Ahora ves a estos ni?os que con 13 a?os dominan maniobras que yo no consegu¨ª hacer hasta los 18¡±, dice Vicente Romero.
Cuando se anunci¨® que el surf ¡ªjunto al skate, k¨¢rate, escalada y b¨¦isbol¡ª ser¨ªa ol¨ªmpico, se plante¨® la posibilidad de realizar la competici¨®n en una de esas piscinas. ¡°Pensando en ser pr¨¢cticos y monetizar el espect¨¢culo audiovisual, la piscina es una garant¨ªa¡±, asegura Rob Gunning, organizador de la WSL en Europa. ¡°Porque ah¨ª vas a tener 100% seguro olas, y de las buenas¡±. Pero para la mayor¨ªa de los deportistas eso despojar¨ªa al surf de su verdadera identidad. ¡°Una de las cosas m¨¢s dif¨ªciles de este deporte y lo que lo hace maravilloso es la capacidad de adaptaci¨®n al entorno¡±, explica Leticia Canales, n¨²mero 10? del mundo y que justo antes del confinamiento estaba a dos posiciones de entrar en el ansiado CT. ¡°No es cuesti¨®n de t¨¦cnica. No basta repetir mil veces una maniobra, sino que debes estar en total sinton¨ªa con la naturaleza. Dependes de ella¡±. Tienen que estudiar las corrientes, el tipo de fondo marino, la velocidad y direcci¨®n del viento¡ Todo cuenta. Kelly Slater, que tiene su propia piscina de olas y celebra cada a?o una competici¨®n en ella, comentaba que, si le dan un listado de los surfistas top que van a asistir, puede prever qui¨¦nes ser¨¢n los medallistas. Pero en el mar, no. ¡°Yo puedo enfrentarme en una manga a la mejor del mundo¡±, dice Canales, ¡°que si leo mejor el mar y elijo mejor a qu¨¦ ola me subo, puedo ganar¡±. Es parte de la magia de un deporte donde ser el mejor no es 100% determinante. Por eso en los Juegos de Tokio (y tambi¨¦n de Par¨ªs) competir¨¢n en mar abierto. ¡°No obstante, la piscina es una herramienta brutal que lo va a cambiar todo¡±.
El deporte indomable se domestica para participar en la m¨¢s elevada competici¨®n deportiva del mundo. Y eso ha generado controversia entre la comunidad surfer. ¡°Puedo entender a los puristas que siguen viviendo de un modo m¨¢s hippy¡±, dice Aranburu. ¡°Pero los Juegos Ol¨ªmpicos van a crear oportunidades para las nuevas generaciones¡±.