La m¨¢s inmortal de Sh¨ªrov

Blancas: Rh1, Ah6; peones en g2 y h3.

Negras: Rg8, Af5; peones en a5, d5, f6 y g6.

Hay momentos que un ajedrecista no olvida jam¨¢s, por muchos miles de partidas que juegue, vea en directo o reproduzca a lo largo de su vida. Uno de ellos aconteci¨® cuando se cumpl¨ªa la 5? hora de lucha de la 10? ronda del legendario torneo de Linares en su edici¨®n de 1998. Tras haber estado al borde del abismo frente al futuro campe¨®n del mundo V¨¦selin Top¨¢lov, b¨²lgaro residente en Salamanca, Alex¨¦i Sh¨ªrov ten¨ªa una clara ventaja, pero los an¨¢lisis realizados en la sala de prensa con ayuda de potentes programas inform¨¢ticos incitaban a pronosticar un empate.

De pronto, el hispano-let¨®n hizo una jugada electrizante, y tan inesperada que incitaba a pensar en un error del tablero electr¨®nico o en una gran excentricidad del Leonardo da Vinci del ajedrez. En realidad, Sh¨ªrov hac¨ªa honor m¨¢s que nunca a ese apelativo. Su producci¨®n de partidas bell¨ªsimas es muy amplia pero, aunque no lo fuera, su nombre ya merece figurar con may¨²sculas en la historia del ajedrez por aquella jugada que hizo en el Wimbledon del deporte mental de 1998 frente a un at¨®nito Top¨¢lov.