La ¡®youtuber¡¯ que domestica el capital

Con 22 a?os y un alud de seguidores, Nath Finan?as divulga educaci¨®n financiera b¨¢sica en Brasil, donde millones de pobres sobreviven al d¨ªa, tirando sin mesura de la tarjeta de cr¨¦dito y acumulando deuda.
Nath Finan?as emana entusiasmo con una buena dosis de incredulidad. Hasta hace seis meses, esta brasile?a grababa sus v¨ªdeos para YouTube en la casa familiar. Dif¨ªcil evitar que se colaran los sonidos del cami¨®n de la fruta, ladridos o el funk del vecino. Ahora el silencio y el aire acondicionado est¨¢n garantizados porque dej¨® su barrio de toda la vida ¡ªescenario de asaltos frecuentes y asesinatos¡ª para mudarse a un coqueto octavo piso con vistas. Una de las habitaciones es un set. Con los 700.000 seguidores que atesora en redes, ha ganado suficiente para emanciparse e instalarse en una buena zona de Nova Igua?u, una ciudad pobre, populosa y violenta en la periferia de R¨ªo de Janeiro. Las cuentas le salen.
Nath¨¢lia Rodrigues, de 22 a?os, ha llegado hasta aqu¨ª gracias a que un d¨ªa se apasion¨® por la educaci¨®n financiera. En cuanto empez¨® a entender los misterios del dinero, descubri¨® que era fascinante. Y se percat¨® de que nadie hac¨ªa llegar esa valiosa informaci¨®n a los millones que eran pobres como ella. Ahora les ense?a a gestionar sus finanzas personales.
Sus explicaciones son a la medida de esa mayor¨ªa poco instruida que gana menos del salario m¨ªnimo (1.045 reales al mes, 150 euros, 175 d¨®lares). Legiones que viven al d¨ªa, a menudo esclavizados por el cr¨¦dito. En Brasil es habitual recurrir a la tarjeta de cr¨¦dito para pagar un men¨² del d¨ªa o una cerveza, o para costearse a plazos la compra de la semana o unas Nike. Primera lecci¨®n, anotar ingresos y gastos. Todos, los ordinarios y los extraordinarios; sea en un folio o en una app gratuita. Su p¨²blico son empleadas del hogar que trabajan por d¨ªas, amas de casa, j¨®venes freelance¡
Su desembarco en YouTube hace menos de dos a?os fue una peque?a revoluci¨®n porque los brasile?os que hablan de dinero suelen ser hombres y mujeres blancos, de pelo liso, que aconsejan c¨®mo invertir a ahorradores de clase media-alta. Hasta que lleg¨® ella, negra, insultantemente joven y con esos espectaculares rizos a lo Angela Davis explicando con ejemplos cotidianos qu¨¦ es la inflaci¨®n, c¨®mo ahorrar poco a poco y c¨®mo navegar por los procelosos vericuetos de las mil tasas y productos financieros. ¡°Hablan de ahorrar el 30%, de emprendedurismo¡, es todo muy distante. Usan t¨¦rminos muy t¨¦cnicos. Lo que quieren es que esa gente siga en la base de la pir¨¢mide para contratarla por un salario m¨ªnimo¡±, dice. La crisis que la pandemia ha tra¨ªdo a millones de hogares ha disparado su audiencia.

Hija de un ama de casa y un militar jubilado, Nath Finan?as aprendi¨® lo que sabe gracias a un did¨¢ctico profesor de finanzas y a que tuvo que empezar a trabajar a los 16 a?os. Tambi¨¦n ella fue parte del engranaje que atrapa a millones de brasile?os en un endeudamiento cr¨®nico. Cuando empez¨® a entender de dinero fue consciente de que aquellas tarjetas de fidelidad que vend¨ªa en la zapater¨ªa de un shopping eran una trampa. Ofrec¨ªan cr¨¦dito, pero solo en esa tienda, y adem¨¢s ?hab¨ªa que pagar una tasa! Tambi¨¦n a ella el banco le dio, en cuanto tuvo un empleo, una tarjeta con un cr¨¦dito que triplicaba su salario. Un caramelo que la enganch¨® y la har¨ªa sufrir para pagar sus facturas. A sus espectadores les explica que el cr¨¦dito es por si el frigor¨ªfico se estropea o surgen otras emergencias.
Sirve sus consejos en todos los canales imaginables: Twitter, Instagram, TikTok, un podcast, y acaba de estrenarse en WhatsApp, donde hace circular un resumen en audio de las noticias econ¨®micas de la semana.
Ideas no le faltan.
Sus primeros v¨ªdeos eran rudimentarios, ante una pared amarilla. El fondo son ahora unas librer¨ªas donde asoma El capital en el siglo XXI, de Piketty, junto a El capital, de Marx. Hasta hace nada estudiaba Administraci¨®n ¡ªse acaba de licenciar¡ª, trabajaba y dedicaba las noches a los v¨ªdeos. ¡°Lo hac¨ªa todo sola. Grabar, editar, postear, difundir. Un trabajo de hormiga¡±.
Poco tard¨® en ser descubierta por una agencia que le vio potencial e impuls¨® su carrera. A los que creen que YouTube es una m¨¢quina para hacer dinero f¨¢cil les dedic¨® un v¨ªdeo para contar que consigui¨® 1,718 d¨®lares en los primeros 18 meses.
Con lo que de verdad logra ingresos es colaborando con marcas que colocan productos en sus v¨ªdeos. Su ¨¦xito le ha permitido contratar en plena pandemia a 15 personas, incluida su madre, que le lleva la agenda y por fin, gracias a su hija Nath, tiene independencia econ¨®mica.
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