¡°La soledad de muchos ancianos es un problema social de primera magnitud¡±
Victoria Cardona es maestra y escritora; en su libro 'Nuestros mayores: entre el sufrimiento y la desesperanza' reflexiona sobre la huella que ha dejado la pandemia en los ancianos
Victoria Cardona es maestra, escritora, madre y abuela, as¨ª que habla con propiedad y desde el m¨¢s profundo conocimiento en las p¨¢ginas de Nuestros mayores: entre el sufrimiento y la desesperanza (Editorial Luci¨¦rnaga). En ellas, partiendo de su experiencia personal durante la pandemia de la covid-19, que salpica de testimonios de amigos y familiares y de referencias literarias y period¨ªsticas, reflexiona sobre la huella en forma de sufrimiento que esta situaci¨®n ha dejado las personas ancianas: confinamiento, soledad, miedo, dolor, duelo, muerte. Sin embargo, haciendo alarde del car¨¢cter optimista con el que ella misma se define, la escritora no puede dejar de buscar aprendizajes y resquicios para la esperanza: ¡°Prefiero quedarme con el aprecio aut¨¦ntico y la confianza que muchos nietos tienen hacia sus abuelos cuando han estado presentes y han sido cari?osos con ellos en su infancia¡±.
Pregunta. En la introducci¨®n del libro hace referencia a la anciana de la portada de su libro. ¡°La vemos vulnerable y sola¡±. ?Cree que es una buena definici¨®n de c¨®mo se han sentido los ancianos durante esta pandemia?
Respuesta. Durante el tiempo de confinamiento estuvieron muy solos. Los familiares o amigos que habitualmente les visitaban no pod¨ªan salir de casa y en las residencias tampoco permit¨ªan entrar a nadie. La vejez conlleva la p¨¦rdida de facultades y la inseguridad. ¡°Mi anciana¡± de la portada espera compa?¨ªa ¨Cmirando por la ventana¨C para disfrutar con los suyos y recibir sus besos y abrazos.
P. Durante la pandemia, esa compa?¨ªa y esos besos y abrazos est¨¢n teniendo que ser virtuales...
R. Mientras esta pandemia no se termine y tengamos que seguir reduciendo a su m¨ªnima expresi¨®n los encuentros familiares deberemos optar por los m¨®viles, tabletas y ordenadores, que ya fueron cruciales durante el confinamiento para que los mayores no estuvieran tan solos. Las videollamadas, o recibir fotos y audios de sus hijos y nietos fueron para muchos un chute de ¨¢nimo y de energ¨ªa. Era el apoyo emocional que se pod¨ªa dar y que hay que seguir dando.
P. Muchos mayores han tenido que aprender de buenas a primeras a utilizar la tecnolog¨ªa para seguir viendo a los suyos, ?verdad?
R. Es cierto, y es muy ¨²til que nuestros mayores usen los medios digitales cada vez con m¨¢s frecuencia. Los nietos, adem¨¢s, pueden ser los mejores profesores para aquellos abuelos que se inician en el aprendizaje de aplicaciones como Zoom, WhatsApp o Skype.
P. Le hac¨ªa la primera pregunta porque en los ¨²ltimos meses he tenido la oportunidad de hablar con varios m¨¦dicos y epidemi¨®logos. y todos, sin excepci¨®n y con tristeza, han llegado a una conclusi¨®n: esta pandemia ha dejado muy clara la respuesta a la pregunta a qui¨¦n vamos a dejar morir. En muchos casos, adem¨¢s, en unas condiciones de falta de humanidad absoluta.
R. Cuando estuvimos confinados lo que se vivi¨® en hospitales, cl¨ªnicas o residencias de mayores fue excepcional y esperamos que jam¨¢s se repita. La impotencia que sintieron muchos sanitarios, extenuados f¨ªsica y psicol¨®gicamente, viendo que no pod¨ªan ayudar a tantos contagiados, tal como hubiera sido su deseo, fue enorme. Y el horror de tener vidas que se escapaban de sus manos ¨Ccuando su vocaci¨®n y su intenci¨®n es la de salvar¨C provoc¨® que muchos lloraran. Cuando la muerte est¨¢ cerca, nuestros ancianos no deber¨ªan estar solos y deber¨ªan poder tener a su lado al m¨¦dico para que les proporcione cuidados paliativos que alivien su dolor.
P. Habla largo y tendido en el libro sobre la soledad, que adem¨¢s se ha acrecentado con la pandemia. ?Podemos hablar ya de un problema social en el caso de los ancianos?
R. ?S¨ª, es un problema social de primera magnitud porque la soledad conlleva desesperanza! En Occidente hemos aparcado a los ancianos y debemos hacer seria autocr¨ªtica al respecto. porque la soledad es muy dura. Sabemos que cuando la tensi¨®n, el agobio, el miedo, la tristeza, la inquietud o la incertidumbre se expresan y se comparten, el grado de malestar desciende. Estar aislado con la ¨²nica compa?¨ªa de nuestros pensamientos, sin embargo, puede llevar a entraren un bucle sin fin que lleve a los ancianos a empeorar su estado de ¨¢nimo, incrementando la tristeza y el agobio.
P. La soledad, adem¨¢s, como explica en el libro, tiene una repercusi¨®n directa en la salud.
R. Tengo un amigo que cuando empez¨® el confinamiento fue a recoger a su padre para que estuviera con los suyos en casa. Me dijo: ¡°Es mejor morirse de covid que de tristeza¡±. Y le comprend¨ª.
P. Muchos de los ancianos que han muerto en la pandemia y en condiciones de falta de humanidad flagrantes lo hicieron precisamente en residencias geri¨¢tricas. Usted cita al fil¨®sofo V¨ªctor G¨®mez Pin, que hablaba de esos geri¨¢tricos como ¡°arcenes del alma¡±. ¡°Hemos retrocedido en humanidad hasta dejar a nuestros padres tirados en esas cunetas¡±, afirmaba.
R. Ciertamente es distinta la vida de familia en un ambiente rural que en una ciudad, que es donde se da en mayor medida la p¨¦rdida de esa humanidad de la que hablaba con acierto V¨ªctor G¨®mez Pin. Las residencias geri¨¢tricas deber¨ªan convertirse en centros para ancianos y para j¨®venes. Yo ser¨ªa partidaria de ello por el bien que se producir¨ªa en las relaciones interpersonales. Es un sue?o que yo no ver¨¦, pero que puede que alg¨²n d¨ªa se haga realidad.
P. En el ep¨ªlogo escribe: ¡°nuestros mayores son la ra¨ªz de nuestra identidad, eslabones de nuestra historia y fundamento de nuestra cultura¡±. Los abuelos siempre han sido un bien preciado, un legado, pero ?tiene la sensaci¨®n de que, no s¨¦ si debido al envejecimiento de la poblaci¨®n, se est¨¢ perdiendo en parte esa consideraci¨®n, esa aura de profundo respeto que rodeaba a los abuelos?
R. Creo que s¨ª se ha perdido parte de esa aura que comentas. Sin embargo, prefiero quedarme con el aprecio aut¨¦ntico y la confianza que muchos nietos tienen hacia sus abuelos cuando estos han estado presentes y han sido cari?osos con ellos en su infancia. Soy optimista porque he visto a muchos nietos adolescentes y j¨®venes contando vivencias a los abuelos que saben escuchar y comprenden sus inquietudes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.