Cristian Oliv¨¦ & ?lia Riudavets: La lengua de los memes

Marc dibuja un c¨®mic, May encaja los acertijos de un escape room, Leyre idea un juego de mesa y Yanyra dise?a tazas con el ordenador. Podr¨ªa ser una clase de pintura, c¨¢lculo, estrategia o marketing, pero es de lengua y literatura. La que imparten ?lia Riudavets y Cristian Oliv¨¦. Esta pareja de profesores propuso a sus alumnos de 2? de la ESO contar Serena, la lectura obligatoria en catal¨¢n, a trav¨¦s de un formato distinto. Trabajan en grupos mientras suena Billie Eilish de fondo. La m¨²sica y los colores vivos de las paredes hacen juego con el alboroto de dentro, que revela que una peque?a parte de la realidad sigue intacta a pesar de la pandemia.

Utilizar el doble lenguaje es el truco de este par de profesores desde que coincidieron en la Escola Joan Pelegr¨ª (Barcelona), hace cuatro a?os. Oliv¨¦ llevaba tres cuando lleg¨® Riudavets para empezar unas pr¨¢cticas en su antiguo colegio. Lo que no sab¨ªa era que iba a impulsar una revoluci¨®n en las clases de lengua ¡ªen catal¨¢n y castellano¡ª a punta de memes. ¡°Pens¨¦ que les har¨ªa gracia, pero era mi lenguaje tambi¨¦n, no ten¨ªa la sensaci¨®n de hacer algo rompedor¡±. Lo fue. Hoy Riudavets tiene 27 a?os y no ha descansado desde que se puso a trabajar mano a mano con su compa?ero, de 33. El ¨¦xito de aquel meme estimul¨® otras f¨®rmulas y, como si se tratara de un juego, construyeron un m¨¦todo.

Los alumnos de este colegio han metido a 30 autores literarios en la casa de Gran Hermano, han estudiado el g¨¦nero dist¨®pico a trav¨¦s del videojuego Fortnite y utilizado el roomtour ¡ªla ruta en v¨ªdeo de una habitaci¨®n¡ª para trabajar la descripci¨®n. Aqu¨ª las actividades no se repiten y los apuntes no se vuelven color sepia con el paso del tiempo. ¡°Lo que utilizamos un a?o, al curso siguiente ya no funciona. Los gustos de los alumnos cambian¡±, explica Oliv¨¦. As¨ª que el temario es ajustable; los profesores a?aden din¨¢micas que maduran durante el curso cuando detectan nuevos elementos en el mundo de sus alumnos. Les une una curiosidad que mantiene sus ojos y orejas a pleno rendimiento: ¡°Necesitamos aprender, independientemente de la edad¡±, sentencia Oliv¨¦, que argumenta: ¡°Cada a?o es un reto; conocer a los alumnos y entender lo que est¨¢ pasando. Si queremos que el aula avance al mismo ritmo que la sociedad, debemos escuchar constantemente¡±.

Uno y otro se retan para ver a qui¨¦n se le ocurre la locura m¨¢s grande. Lo comparten todo. ¡°Llegamos al cole o nos escribimos: ¡®He preparado esto¡¯, y vamos haciendo entre los dos¡±. La complicidad salta a la vista y ha hecho que recopilen las ideas que les han permitido llegar m¨¢s all¨¢ del temario en El cuaderno donde por fin me puedo expresar sin filtros (?Larousse). ¡°Comunicarse tambi¨¦n tiene que ver con entenderse a uno mismo. Y eso lo hacemos con las clases de lengua y literatura, donde se entienden much¨ªsimos comportamientos a partir de los personajes¡±.

Aquel meme abri¨® los ojos de Riudavets y Oliv¨¦. Ahora lo tienen muy claro: ¡°Lo que no podamos relacionar con la realidad no vale la pena contarlo. Todo debe tener una aplicaci¨®n¡±. Cuando es as¨ª, salen ganando todos: ¡°No te preguntan para qu¨¦ sirve. No son conscientes de que aprenden¡±, concluye Oliv¨¦, como si ese fuera su mejor premio.