Los cuadernos de viaje del pintor de la mediterraneidad
Viajero a la antigua usanza, el pintor Pedro Cano sigue plasmando la luz y las texturas en cuadernos de campo. Sus diarios de viaje, una de las colecciones m¨¢s luminosas de este g¨¦nero, pueden verse ahora en la fundaci¨®n que lleva su nombre
Nacido en Blanca (Murcia), un peque?o pueblo de la vega media del r¨ªo Segura, criado y amamantado como artista en Italia ¡ªa donde lleg¨® muy joven con una beca de la Academia de Espa?a en Roma¡ª, n¨®mada de todas las riberas del Mediterr¨¢neo, Pedro Cano es el prototipo de pintor-viajero a la usanza del XIX. Trotamundos reposado y esteta, en realidad no viaja sino que se instala a vivir en esos mundos m¨¢gicos de la mediterraneidad. Porque el grueso de su obra gira en torno al Mare Nostrum de fenicios, griegos, romanos y cartagineses que ¨¦l ha sabido reflejar como nadie en sus acuarelas. Habla italiano, griego y un poco de ¨¢rabe y confiesa encontrarse como en casa ya sea en una isla griega (siente debilidad por Patmos), en un oasis de Marruecos o en las ruinas de un teatro romano de Libia.
Cano ha expuesto en las mejores salas p¨²blicas y privadas de Europa y Am¨¦rica, posee obra en el Museo Vaticano y en la Galleria degli Uffizi de Florencia, ha hecho escenograf¨ªa para teatro e impartido talleres en medio mundo. Pero su obra m¨¢s ¨ªntima, m¨¢s cercana al coraz¨®n y por la que siente una especial debilidad son sus diarios de viaje. Cuadernos de campo a la m¨¢s vieja usanza del t¨¦rmino que lleva siempre encima y que son su memoria escrita donde reflejar luces, texturas y sensaciones que se traducen luego en colecciones tem¨¢ticas o en obras de gran tama?o. ¡°55 a?os de mi vida pintando y viajando est¨¢n en estos cuadernos¡±, me cuenta mientras me abre las vitrinas que los contienen en la Fundaci¨®n Pedro Cano, el museo creado en su Blanca natal por ¨¦l y su familia con ayuda de la Comunidad Aut¨®noma de la Regi¨®n de Murcia y el Ayuntamiento local. El fondo de la Fundaci¨®n acoge m¨¢s de mil obras que ha donado, incluida esa colecci¨®n de cuadernos de viaje, una de las vitrinas m¨¢s visitadas de la muestra.
Ah¨ª est¨¢ uno en sus primeros cuadernos en Patmos, su isla fetiche, donde como no pod¨ªa pintar por una tendinitis fue pegando ramas de eucalipto, flores de salvia, la entrada a un museo, la cuenta de una taberna, un boceto hecho a vuelapluma¡ ¡°es uno de mis cuadernos m¨¢s conceptuales¡±. Est¨¢ tambi¨¦n el cuaderno de Matera, ciudad italiana excavada en la roca ante cuyas fachadas ha pasado d¨ªas y d¨ªas pintando. El de Sanaa (Yemen), ¡°uno de los sitios m¨¢s bellos del mundo¡±, pintado desde la azotea de uno de sus rascacielos. Hay tardes enteras de trabajo en Tazarine (Marruecos), el oasis que inspir¨® la m¨²sica de Babel, de Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, esperando a que el sol cayera y dulcificara las luces extremas del desierto. Y en ma?anas de luz oto?al en el palacio de Diocleciano de Split (Croacia). Est¨¢ Sabrata, la ciudad libia con un majestuoso teatro romano detr¨¢s de cuya escena se ve el mar. Est¨¢ Craco, un pueblo fantasma italiano abandonado por sus habitantes tras un corrimiento de tierras. En sus cuadernos hay granadas, palmeras, limones, melocotones, d¨¢tiles, olivos, uvas, buganvilias¡ las esencias del Mediterr¨¢neo. Y est¨¢n Egipto, Libia, Yemen, Palmira, Jordania, Capadocia, Marruecos, Knosos, Creta, N¨¢poles, Lanzarote, el Mar Menor¡ ¡°Mucho oriente y mucho sur¡±, como ¨¦l mismo reconoce.
Algunos de esos cuadernos son de papel especial para acuarela, pero otros muchos son agendas vulgares y corrientes, con sus fechas, su calendario y su santoral, que los trazos figurativos del pincel de Pedro Cano han convertido en obras de arte m¨®vil.
Los cuadernos de viaje se expusieron por primera vez en el Meadows Museum de Dallas (Texas, EE. UU.), en 1988. Luego han pasado por Murcia, Roma, N¨¢poles, Venecia, Albacete¡ Se han convertido en libro y tambi¨¦n en documental. Y ahora pueden verse en su Fundaci¨®n, un edificio vanguardista a unos pasos del r¨ªo Segura y de esas huertas de limoneros y naranjos que fueron el patio de juego de su infancia y que tanto influyeron luego en su obra adulta.
Fundaci¨®n Pedro Cano, Avenida del r¨ªo Segura S/N, 30540 Blanca-Murcia. Abierto de mi¨¦rcoles a viernes, de 10 a 13 y de 17 a 19. S¨¢bados, de 11 a 14 y de 17 a 19. Domingo y festivos, de 11 a 14.
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