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¡®La colza¡¯: 40 a?os del envenenamiento masivo con aceite t¨®xico La mayor intoxicaci¨®n alimentaria de la historia de Espa?a, con miles de muertos y afectados, narrada en 14 im¨¢genes del archivo fotogr¨¢fico de EL PA?S El 10 de mayo de 1981 EL PA?S publicaba en su portada la muerte de tres ni?os y un adulto por neumon¨ªa at¨ªpica. Al menos 40 personas, en su mayor¨ªa ni?os, hab¨ªan enfermado en varios barrios humildes de Madrid y en localidades de su periferia. Los s¨ªntomas: ligero aumento de la temperatura, dolor de cabeza, somnolencia, fatiga y manchas parecidas a las del sarampi¨®n por todo el cuerpo. En un primer momento se piensa que pueda ser legionelosis, neumon¨ªa causada por la bacteria 'legionella'. Muchos de los enfermos son enviados al hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, donde se monta un laboratorio permanente para estudiar la enfermedad. El hecho de que no se produzcan casos aislados, sino que afecta a familias enteras, hace pensar a los m¨¦dicos que la enfermedad se transmite a trav¨¦s del aire o del agua. Tambi¨¦n les despista que mientras la legionelosis afecta sobre todo a gente mayor, en este caso los enfermos son ni?os y j¨®venes. Bernardo P¨¦rez El 25 de mayo de 1981, 120 personas se encuentran internadas por neumon¨ªa at¨ªpica en el Hospital Provincial de Le¨®n. El mal tiene conmocionado a todo el pa¨ªs. Lo que ha surgido en los alrededores de Madrid se extiende en direcci¨®n norte-noroeste, con una alta incidencia en Le¨®n, hasta el norte de Portugal. La falta de datos y las contradicciones en la informaci¨®n oficial desatan la psicosis colectiva. Microplasmas que caen del cielo en aviones, los p¨¢jaros, los pesticidas de los cultivos. La Embajada de Estados Unidos tiene que desmentir que en la base de Torrej¨®n de Ardoz, localidad que resulta muy afectada, haya armas bacteriol¨®gicas. El 13 de mayo de 1981 el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social afirma que se hab¨ªa encontrado en uno de los enfermos la presencia del microplasma neum¨®nico, una bacteria que causa una gran variedad de s¨ªntomas respiratorios. El ministro de Sanidad, Jes¨²s Sancho Rof declara en TVE que la neumon¨ªa "es menos grave que la gripe. Lo causa un bichito del que conocemos el nombre y el primer apellido. Nos falta el segundo. Es tan peque?o que, si se cae de la mesa, se mata". El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta manda a tres especialistas a Espa?a. Se apuesta por una fuerte campa?a de desinfecci¨®n. Ricardo Mart¨ªn El 10 de junio de 1981 la Direcci¨®n General de Salud P¨²blica env¨ªa una nota informativa a la prensa en la que se informa que la investigaci¨®n epidemiol¨®gica vincula la enfermedad con la venta ambulante domiciliaria de aceite a granel, sin marca ni ning¨²n tipo de control sanitario, ¡°que parece proceder de una mezcla de aceites comestibles con otras sustancias prohibidas por la legislaci¨®n vigente¡±. Ese d¨ªa la cifra oficial es de 3.430 personas hospitalizadas en toda Espa?a, que incorpora nuevas palabras al vocabulario colectivo: las aminas arom¨¢ticas. Pocos d¨ªas despu¨¦s se confirmar¨¢ que el origen est¨¢ en el ¡°aceite de colza desnaturalizado¡±. En la imagen, vecinos de Alcorc¨®n (Madrid) entregan bidones de aceite a granel el 30 de junio de 1981 en un centro de salud en el marco de una campa?a de canje por aceite de oliva del Patrimonio Comunal Olivarero. No solo es el aceite vendido a granel. En una investigaci¨®n del Ministerio de Econom¨ªa tambi¨¦n se identificar¨¢n varias marcas de aceite envasado como no aptas para el consumo. Muchos aprovecharon para canjear aceite de coche. Ricardo Guti¨¦rrez ?Qu¨¦ es el aceite de colza desnaturalizado? Para evitar la competencia con los aceites nacionales, la venta de aceite de colza natural, de uso alimentario, estaba prohibida en Espa?a (salvo en Canarias). Importado desde Canad¨¢ y norte de Europa (para lo que hac¨ªa falta una licencia administrativa) era sometido a un proceso de desnaturalizaci¨®n (se le a?ad¨ªa un colorante para que no fuera desviado al uso humano). Su destino era la industria sider¨²rgica, para templar las piezas de acero. Pero una trama criminal import¨® este aceite desnaturalizado desde Francia y, tras someterlo a un tratamiento que resultar¨ªa t¨®xico, se mezclaba con aceites comestibles y era vendido a granel como oliva o girasol, puerta a puerta, en barrios humildes (tambi¨¦n llegar¨ªa envasado a los comercios) sin ning¨²n control sanitario. La pr¨¢ctica totalidad de este veneno proced¨ªa de esta refiner¨ªa de Raelca en Alcorc¨®n (Madrid), donde el aceite desnaturalizado era sometido a altas temperaturas que provocaban la formaci¨®n de productos t¨®xicos, como la anilina o el azobenceno. El resultado de la codicia y la falta de control administrativo fue la muerte y la enfermedad de cientos de personas, con secuelas de por vida. Ra¨²l Cancio Desde la izquierda, Jaime Lamo de Espinosa, ministro de Agricultura; Ignacio Bay¨®n, de Industria y Energ¨ªa, y Jes¨²s Sancho Rof, de Sanidad y Consumo y de Trabajo y Asuntos Sociales, en el debate del pleno del Congreso de los Diputados sobre la colza, el 16 de septiembre de 1981. Ni las principales cadenas de radio ni RTVE (que s¨ª ofrece en directo desde Praga el Bohemians-Valencia, de la Copa de la UEFA) transmiten el debate ante la indignaci¨®n de numerosas personas que, con llamadas a EL PA?S, recuerdan que la emisi¨®n de partidos de f¨²tbol en d¨ªas conflictivos era una t¨¢ctica habitual en el franquismo. Con 123 muertos, seg¨²n los datos oficiales, y m¨¢s de 500 seg¨²n los no oficiales, el Gobierno niega toda responsabilidad pol¨ªtica e intenta desviarla hacia los ayuntamientos, que rigen la venta ambulante y se encuentran, mayoritariamente, en manos de la izquierda. El Congreso rechaz¨® la reprobaci¨®n de los cinco ministros implicados en el envenenamiento: de Agricultura, de Econom¨ªa y Comercio, de Hacienda, de Industria y Energ¨ªa, y de Sanidad y Consumo y Trabajo y Asuntos Sociales. Marisa Fl¨®rez Varios centenares de v¨ªctimas, muchas de ellas en sillas de ruedas y con visibles secuelas, y sus familiares se concentran el 21 de octubre de 1983 en Madrid para exigir responsabilidades. Los afectados consideran que ha habido 4.800 muertos (la Justicia reconocer¨¢ 1.700). El mayor envenenamiento alimentario de la historia de Espa?a deja tras de s¨ª una enfermedad, denominada S¨ªndrome del Aceite T¨®xico (SAT), que causa a miles de personas problemas vasculares, lesiones en el sistema nervioso perif¨¦rico y dermatol¨®gicas, y afecci¨®n de los ¨®rganos internos. El resultado es un paciente con debilidad muscular, astenia, calambres y dolores musculares y articulares, sin contar con traum¨¢ticas secuelas psicol¨®gicas. Marisa Fl¨®rez El industrial Juan Miguel Bengoechea Calvo, que hab¨ªa importado 600.000 kilos de aceite de colza desnaturalizado desde Francia, llega el 30 de marzo de 1987, el primer d¨ªa del juicio, en medio de fuertes medidas de seguridad. Es el primero de los 38 acusados en declarar. En el sumario, que el juez Alfonso Barcala hab¨ªa tardado casi cinco a?os en concluir y que ocupaba 100.000 p¨¢ginas, el m¨¢s voluminoso de la historia judicial espa?ola, se reconoc¨ªan 650 muertos (386 censadas oficialmente) y unas 25.000 intoxicadas, sin determinar exactamente los agentes qu¨ªmicos concretos que hab¨ªan producido el envenenamiento. Luis Mag¨¢n Interior del auditorio de la Feria del Campo de Madrid (se hab¨ªa barajado el Palacio de Congresos de la Castellana), el primer d¨ªa del juicio, el 30 de marzo de 1987. Los acusados se encuentran protegidos por una mampara de cristal. Debido a la gran cantidad de afectados, se habilitan 700 asientos que se llenan r¨¢pidamente. Adem¨¢s de la sala de vistas, son necesarios despachos para los magistrados, testigos, peritos, Polic¨ªa Judicial, sala de prensa, archivo y una habitaci¨®n para la conservaci¨®n y tratamiento pericial de los aceites. El primer macrojuicio de la Audiencia Nacional, termina el 28 de junio de 1988. Un total de 1.086 testigos y 180 peritos (con serios enfrentamientos entre ellos) testifican ante el tribunal. Entre las pruebas periciales aportadas se incluye una investigaci¨®n de la Universidad de Sevilla con siete grupos de monos a los que se les administraron distintos t¨®xicos (entre ellos, el aceite envenenado). Tras ser guillotinados (previamente anestesiados) se examinaron v¨ªsceras y m¨²sculos. Se tard¨® casi un a?o m¨¢s en redactar la sentencia. Luis Mag¨¢n El 20 de mayo de 1989 se da a conocer la sentencia que resulta ser un duro golpe para los afectados. El tribunal estim¨® que ninguno de los acusados hab¨ªa cometido delito de homicidio, sino varios delitos contra la salud. 13 de los 38 aceiteros acusados fueron condenados por delito contra la salud p¨²blica a penas que oscilaban entre los seis meses de arresto y los 20 a?os de prisi¨®n. Solo dos condenados ingresar¨ªan en prisi¨®n. El tribunal fij¨® indemnizaciones para las v¨ªctimas, pero los empresarios condenados se declararon insolventes, alegando que no pod¨ªan pagar. Oficialmente 330 personas hab¨ªan muerto por el SAT. Marisa Fl¨®rez Tras conocerse la sentencia el 20 de mayo de 1989, los incidentes, que hab¨ªan comenzado dentro de la sala, se trasladaron al exterior. El autob¨²s que transportaba a los acusados fue apedreado y sus lunas acabaron rotas. Ricardo Guti¨¦rrez Cacerolada el 18 de junio de 1991 ante la sede del PSOE en Madrid. Desamparados, enfermos y hartos de esperar justicia, los afectados por el SAT salen a la calle. Durante dos a?os se hacen o¨ªr a las puertas de la Audiencia Nacional (a diario en 1993 y m¨¢s tarde, semanalmente) meg¨¢fono en mano y al son de los cupl¨¦s de la cantante Olga Ramos ("Y son, y son y son, y son unos sinverg¨¹enzas, sabiendo que nos enga?an, nos tienen aqu¨ª en la puerta"). Tambi¨¦n la calle Ferraz de Madrid, donde se ubica la sede del PSOE, el partido que lleva en el Gobierno desde noviembre de 1982, es escenario de acampadas y cortes de tr¨¢fico. Luis Mag¨¢n La Sala Segunda del Tribunal Supremo inicia, el 24 de febrero de 1992, la vista de los recursos de casaci¨®n, en medio de un gran desastre organizativo. La asistencia de casi 2.000 afectados, que han viajado en autob¨²s desde toda Espa?a, hace que el sal¨®n de plenos se quede peque?o y los afectados, algunos de ellos con visibles secuelas f¨ªsicas, ocupan escaleras y pasillos. El Tribunal Supremo tiene que contratar de urgencia un sistema de megafon¨ªa y de circuito cerrado de televisi¨®n para que los afectados puedan seguir la vista en un sal¨®n del Colegio de Abogados de Madrid. El 23 de abril de 1992, el Supremo ampl¨ªa las condenas y eleva las penas de algunos de los aceiteros hasta los 80 a?os de prisi¨®n. Pero como los condenados no tienen el dinero para afrontar el pago de las indemnizaciones, los abogados de las v¨ªctimas exigen responsabilidades a la Administraci¨®n por supuestas negligencias de sus funcionarios. El 9 de octubre de 1995 se inicia el denominado "juicio de los altos cargos" que concluye en febrero del a?o siguiente con la condena de un funcionario (al que luego se a?ade otro) que obliga al Estado a hacerse cargo de las indemnizaciones, limit¨¢ndolas al 50% (y deduci¨¦ndolas de las cantidades anticipadas). Ricardo Guti¨¦rrez Afectados por la colza, el 2 de octubre de 1997 ante el Tribunal Supremo, donde la Sala Segunda dictaba la ¨²ltima sentencia de esta ¡°cat¨¢strofe nacional¡±. El fallo ordenaba el pago del total de las indemnizaciones de la sentencia de la Audiencia Nacional de 1989 y extend¨ªa el derecho a cobrar a todos los afectados, aunque no hubieran estado representados en el juicio. Pero, sobre todo, declaraba al Estado responsable civil subsidiario del 100% de las indemnizaciones, anulando el l¨ªmite del 50% establecido por la Audiencia Nacional en el llamado ¡°juicio de los altos cargos¡±. En diciembre de 2005, la Audiencia Nacional consideraba concluido el caso del s¨ªndrome t¨®xico. Hasta entonces se hab¨ªan tramitado 18.515 solicitudes y pagado 2.131.202.541,43 euros, la mayor parte a herederos de los fallecidos y afectados con gran invalidez, con una media de 20 millones de pesetas (122.000 euros). Las familias cuyos parientes fallecieron antes de la sentencia de la Audiencia Nacional de 1996 cobraron menos que los fallecidos despu¨¦s. El dinero tard¨® entre cinco y siete en llegar a los perjudicados. Luis Mag¨¢n El 13 de noviembre de 1998 concluy¨® la retirada de 440.000 kilos del aceite t¨®xico para que fueran destruidos en una planta cementera en Airvault (Francia). Ninguna empresa de tratamientos de residuos en Espa?a quiere hacerse cargo de ello. La Audiencia Nacional orden¨® su retirada en 1985. El aceite fue almacenado en Arganda del Rey (Madrid), donde la Seguridad Social ten¨ªa unas naves industriales en desuso. Durante siete a?os la Guardia Civil vigil¨® el lugar, pero en 1992 los agentes fueron trasladados para la seguridad de la Expo 92. Los vecinos pidieron en muchas ocasiones que el aceite fuera retirado. El Ministerio de Trabajo afirm¨® que era ¡°una prueba¡±, a pesar de que el caso estaba cerrado desde 1992. El abandono de las instalaciones, las inclemencias del tiempo y la acci¨®n de los desaprensivos acabaron con los bidones rotos por el suelo. Las labores de descontaminaci¨®n acabaron costando 25,8 millones de euros a la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Ricardo Guti¨¦rrez