El fino bistur¨ª de Sutovsky
El gran maestro israel¨ª elimina piezas defensoras a cualquier precio, hasta crear una obra maestra
Blancas: Ta1, Ac1, Dd1, Te1, Rg1, Ac2, Cf3, Cg3; peones en a2, b4, c3, e5, f2, g2 y h2.
Negras: Ta8, Dd8, Re8, Th8, Ab6, Cc6, Ce6, Ag6; peones en a6, b5, c7, d5, f7, g7 y h7.
Entra de nuevo en esta colecci¨®n Emil Sutovsky (Bak¨², 1977), emigrado a Israel a los 14 a?os. Sus or¨ªgenes incluyen tres circunstancias que sin duda influyeron para bien despu¨¦s en la brillantez de su carrera: fue formado en los s¨®lidos principios de la escuela sovi¨¦tica de ajedrez; naci¨® en la capital de Azerbaiy¨¢n cuando Gari Kasp¨¢rov, a los 14 a?os, ya era un ¨ªdolo de masas; y su familia es jud¨ªa, una cultura que ha producido muchas estrellas del ajedrez.
La partida de este v¨ªdeo es tan brillante como instructiva, porque su belleza obedece a un proceso l¨®gico. Sutovsky, hoy director general de la Federaci¨®n Internacional (FIDE), la resume as¨ª, a petici¨®n de EL PA?S: ¡°En la apertura, pens¨¦ mucho b4, una decisi¨®n cr¨ªtica que debilita mi flanco de dama pero aleja al alfil de Sok¨®lov del control de las casillas negras del ala de rey. Luego, Cd2 y Dd1 es un reagrupamiento inusual pero muy eficaz para el ataque. Finalmente, es verdad que las maniobras Ch5-Ce4-Cf6 son muy est¨¦ticas, aunque quiz¨¢ no tan dif¨ªciles una vez que se llega hasta ah¨ª¡±.
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