Seis rincones poco conocidos de Galicia para un oto?o espectacular
Lugares llenos de encanto y menos trillados que los habituales para disfrutar de esta ¨¦poca del a?o en una comunidad que lo tiene casi todo
Galicia es inmensa. Un destino que nunca cansa y siempre sorprende. Costa, monta?a, cultura rural a¨²n en activo, pueblos pesqueros, gastronom¨ªa, monasterios, balnearios... Pocas comunidades aut¨®nomas ofrecen tantas propuestas para un viajero como la gallega. M¨¢s all¨¢ de sus archiconocidos centros tur¨ªsticos quedan rincones menos trillados para deleitarse en esta ¨¦poca del a?o que acaba de arrancar. Estos son seis de mis favoritos. ?
1. Cementerios g¨®ticos de Terra Ch¨¢ (Lugo)
Hay cementerios en los que uno se quedar¨ªa a vivir; o, por lo menos, a pasar un buen rato deleit¨¢ndose con ese extra?o y cautivador paisaje creado por el hombre para acompa?arle en la vida eterna. Es el caso de los cementerios neog¨®ticos de Goiriz y San Xo¨¢n de Alba, en la comarca de Terra Ch¨¢ lucense, con sus pin¨¢culos de filigrana formando un conjunto casi fantasmag¨®rico, sobre todo en d¨ªas de niebla.
Los dos cementerios est¨¢n anexos a sendas iglesias rurales por las que pasa el Camino de Santiago del Norte. La de Santiago de Goiriz fue construida en el siglo XVI, aunque reformada en el XVIII. La iglesia de San Xo¨¢n, una peque?a aldea cerca de Vilalba y Baamonde, es otro excelente ejemplo de la arquitectura rural religiosa lucense y tiene un miliario romano adosado a la pared del cementerio. Oscuras piedras de granito comidas por el verd¨ªn de la humedad en una regi¨®n, Galicia, que siempre mantuvo una relaci¨®n especial con la muerte.
2. Sobrado dos Monxes (A Coru?a)
Las rebuscadas torres del monasterio cisterciense de Santa Mar¨ªa de Sobrado despuntan como mazorcas de piedra en la llanura gallega. Es uno de los grandes centros mon¨¢sticos gallegos y el primero de la orden del C¨ªster en toda la Pen¨ªnsula. Sus or¨ªgenes se remontan al siglo X, pero fue en 1142 cuando los monjes cistercienses se hicieron cargo del recinto, al igual que ocurri¨® en otros muchos lugares del norte peninsular, favorecidos por los deseos de repoblaci¨®n y restauraci¨®n de los reyes y nobles cristianos.
Desde entonces, Santa Mar¨ªa de Sobrado ha estado ocupada por estos monjes austeros de t¨²nica blanca, seguidores de la regla de San Benito, con un par¨¦ntesis de 120 a?os (de 1834 a 1954), cuando tras la Desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal fueron obligados a abandonar el monasterio. El nuevo propietario lo us¨® como cantera, lo que llev¨® a su completa ruina. A principios de los a?os sesenta monjes de la abad¨ªa de C¨®breces (Cantabria) retornaron al lugar y empezaron las obras de reconstrucci¨®n.
3. Fragas do Eume (A Coru?a)
Una fraga en gallego es un espacio monta?oso donde crece salvaje la vegetaci¨®n. Un bosque. Y este de Eume, a poco menos de una hora en coche de los ruidos de la ciudad de A Coru?a, es uno de los bosques atl¨¢nticos mejor conservados de Galicia. Fresnos, casta?os, abedules, sauces, arces, avellanos, laureles y, por supuesto, carballos (robles) forman una pantalla densa de verdor y misterio, acrecentada por los helechos relictos del Terciario que crecen en las zonas m¨¢s h¨²medas.
La magia de la fraga se ve acrecentada por las ruinas de algunos molinos y presas, por viejas torres defensivas y por el monasterio de Caaveiro. Es el bosque milenario, la cubierta vegetal que se extend¨ªa por buena parte de Galicia antes de que llegara el eucalipto. Algo m¨¢s de 9.000 hect¨¢reas de biodiversidad a lo largo de las riberas del Eume que fueron declaradas parque natural en 1997. El acceso est¨¢ se?alizado desde Pontedeume.
4. R¨ªa de Ald¨¢n (Pontevedra)
Todos hemos o¨ªdo hablar de las grandes y famosas r¨ªas Baixas (Vigo, Pontevedra, Arousa, Muros-Noia, Corcubi¨®n), pero muy pocos viajeros conocen esta peque?a y preciosa r¨ªa, transversal a las dem¨¢s y mucho m¨¢s peque?a que sus hermanas. Ald¨¢n es una ensenada encajada entre las dos r¨ªas ¡°mayores¡± de Vigo y Pontevedra, mucho menos explotada y m¨¢s genuina. Una r¨ªa en miniatura que conserva el esp¨ªritu y la fisonom¨ªa que un d¨ªa hubieron de tener las grandes antes de la explosi¨®n inmobiliaria. En la gran explanada del puerto de Ald¨¢n siempre hay pescadores en sus quehaceres.
La antigua factor¨ªa de salazones es ahora A Casa de Ald¨¢n, un incre¨ªble alojamiento rural. Y en la cantina de la lonja dan los fines de semana el mejor y m¨¢s fresco pescado de la r¨ªa. Deambular por el paseo construido a lo largo de la r¨ªa nos transporta a otro tiempo, cuando las r¨ªas eran a¨²n territorio de pescadores y mariscadores. En la parroquia de Coiro puede visitarse un interesante templo barroco y el pazo de Vista Alegre, que perteneci¨® a los condes de Ald¨¢n. La r¨ªa tiene excelentes y tranquilos arenales, como las playas de Casti?eiras, Areacova y Areabrava.
5. Monasterio de Oseira (Ourense)
Fue tambi¨¦n una fundaci¨®n muy temprana del C¨ªster en Galicia y el germen de la colonizaci¨®n y desarrollo de toda esta comarca orensana del concello de Cea. Un enorme y monumental conjunto mon¨¢stico cuyos or¨ªgenes se hunden en el siglo XII, que se ha conservado casi intacto y al que se le ha llamado el Escorial gallego. Tiene una fascinante iglesia rom¨¢nica, tres claustros y una vistosa sala capitular.
Dicen que el pulpo lleg¨® al interior de Ourense gracias a los monjes de Oseira, que cobraban los diezmos a sus feligreses del puerto de Mar¨ªn en pulpo. Lo cierto es que una de las Festa do Pulpo m¨¢s famosas del mundo se celebra en el cercano municipio de O Carballi?o. Oseira se encuentra a nueve kil¨®metros al norte de Cea por la OU-0406.
6. Castro de Baro?a (A Coru?a)
Ni tan grande ni tan conocido como el de Santa Tegra (en A Guarda, desembocadura del Mi?o), el castro galaico de Baro?a es para m¨ª el m¨¢s impresionante de Galicia. Y lo es por su ubicaci¨®n: una estrat¨¦gica pen¨ªnsula unida a tierra firme por un istmo en la pen¨ªnsula de Barbanza, r¨ªa de Muros-Noia. Baro?a estuvo habitado durante la Edad del Hierro (I a.C ¨C I d.C). Se han excavado una veintena de viviendas circulares distribuidas en dos barrios y separadas por una especie de plaza comunal. El conjunto lo rodeaban dos murallas de mamposter¨ªa, de la que a¨²n se observan lienzos. En el istmo hab¨ªa un foso y otra muralla como primera l¨ªnea defensiva.
Fue excavado por primera vez en 1933. Se han encontrado restos de trabajos en metal y piedra, as¨ª como tejidos. Quedarse sentado en lo alto al atardecer, cuando ya se han ido la mayor¨ªa de los turistas, a escuchar c¨®mo el mar bate contra los acantilados que defienden el poblado es una experiencia m¨¢gica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.