Comer con los cinco sentidos
La gastronom¨ªa nepal¨ª resiste a la invasi¨®n for¨¢nea atesorando los ingredientes tradicionales
La complicada geograf¨ªa de Nepal, sorteando la cordillera del Himalaya, ha avivado durante siglos el aislamiento de esta regi¨®n asi¨¢tica, conocida como "jalea entre dos rocas" por su caprichosa situaci¨®n entre T¨ªbet y la India. Con los a?os esta carencia comunicativa (quiz¨¢s la clave que mantiene su peculiar exotismo) ha ido cediendo hacia un aperturismo que empieza a notarse desde algo tan leg¨ªtimo como su gastronom¨ªa. No es dif¨ªcil encontrar una pizzer¨ªa parapetada a los pies de la monta?a. A¨²n as¨ª, la fortuna todav¨ªa conserva una dieta que da buena cuenta de la historia del basti¨®n hinduista y que se disfruta con los cinco sentidos.
TACTO: Para disfrutar la comida en Nepal hay que aparcar las buenas maneras; por lo menos las occidentales. La tradici¨®n indica que los alimentos se ingieren con una mano: la derecha, como sucede con los musulmanes. Eso s¨ª, la higiene previa y posterior es escrupulosa. Para comenzar, y despu¨¦s de amasar un pedazo de comida con los dedos, el alimento se debe resguardar en la palma, oculto a la vista del resto de comensales. Despu¨¦s se ingiere discretamente con el dorso de la mano, disimulando el gesto de masticar. La mezcla de salsas tambi¨¦n se hace con los dedos, un arte en el que la mayor¨ªa de los nepal¨ªs exhiben una impresionante gracilidad.
OLFATO: El Dudh Chiyaa es el motor que mueve Nepal. Frente al escaso caf¨¦, los cultivos de t¨¦ abundan en el pa¨ªs. Los nepal¨ªs beben un arom¨¢tico t¨¦ negro cocido ¨ªntegramente con leche, que acompa?an con grandes cantidades de az¨²car. No hay una hora fija para consumir esta bebida. M¨¢s bien, todo lo contrario. El Dudh Chiyaa se bebe a todas horas y el buen nepal¨ª se sentir¨¢ ofendido ante el rechazo a una invitaci¨®n para degustar este preciado n¨¦ctar de la cordillera del Himalaya.
VISTA: La forma tradicional de servir la comida en Nepal se sustenta en una bandeja redonda. Sobre ella, y alrededor de una generosa porci¨®n de arroz (guarnici¨®n b¨¢sica de casi todos los platos), se disponen los diferentes ingredientes, recogidos en peque?os cuencos que facilitan su ingesta sin cubiertos. La presentaci¨®n de la comida es tan primordial como ¨¦sta en s¨ª. Al tratarse casi siempre de un plato ¨²nico (tan generoso que podr¨ªa tratarse de tres) en ¨¦l, adem¨¢s de la carne y la verdura, se a?aden las salsas y las especies que, en su justa medida, aportar¨¢n el color y el sabor a una comida sobriamente elaborada.
OIDO: Para comer, mejor el silencio. Aunque la comida sigue siendo en Nepal una actividad social que se realiza en grupo, s¨®lo entre plato y plato se reserva espacio para la conversaci¨®n. En los circuitos de trekkin, por el contrario, se suele romperse esta regla. El Thukpa, una sopa de noodles t¨ªpica de estas zonas, es m¨¢s propicia al di¨¢logo. Entre discusi¨®n y discusi¨®n, los monta?eros acompa?an sus palabras con el Chang, un licor de fermento de arroz transformado el mejor remedio contra el fr¨ªo.
GUSTO: No se puede volver de Nepal sin haber probado su plato m¨¢s t¨ªpico, el Dhaal Bhaat. De hecho, resulta realmente dif¨ªcil hacerlo, pues esta mezcla de arroz con salsa de lentejas y verduras al curry se encuentra en casi todos los restaurantes. El Tsampa, que durante siglos fue la fuente de energ¨ªa de los n¨®madas, es una papilla de harina un tanto ins¨ªpida pero con una textura tan peculiar que merece por lo menos ser probada una vez. El Momo, algo m¨¢s sofisticado, completa la terna de platos imprescindibles nepal¨ªs. Consiste en pasta rellena de carne o vegetales, seg¨²n la variedad, que puede consumirse sola o acompa?ada por una de las muchas salsas de especias disponibles en el pa¨ªs.
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