Menorca, la isla tranquila

Menorca, una de las joyas del mar Mediterr¨¢neo, es el destino perfecto para una escapada de la rutina y el estr¨¦s sin ir demasiado lejos. Una isla que lo tiene todo para olvidar las preocupaciones del d¨ªa a d¨ªa, la dichosa crisis y, en general, para tomarse un respiro. EL VIAJERO ofrece diferentes alternativas para ello, y pesando en todos los gustos -desde playas casi desiertas a concurridos puertos-, gracias a las recomendaciones de los lectores.

Las calas de Menorca son, sin duda, la primera y principal propuesta de los viajeros. Peque?os reductos de fina arena y cristalinas agua, donde la tranquilidad y aislamiento desterradas de muchas de nuestras costas, son todav¨ªa posibles. Y si acaban en "un maravilloso atardecer" tal y como sugiere ?lvaro Dorronsoro, mejor imposible.

Desde Cala Turqueta, Son Saura, Es Talaier, Macarelleta o Macarella, con sus aguas azul turquesa en la zona sur de la isla, tal y como propone David Guti¨¦rrez, hasta Pregonda, una playa virgen situada al norte de la isla que descubre ?ngel Hidalgo.

Ubicado el destino, ?ngel tambi¨¦n se ocupa de la log¨ªstica m¨¢s adecuada. "Una neverita (con fruta, bocadillo y refrigerios), calzado c¨®modo y una mochila" para ir a pie hasta las calas. "Si es en barco", a?ade pensando en todo, "te ahorras las gotas de sudor, aunque al final las vistas ser¨¢n las mismas para todos", recuerda.

Naturaleza, silencio e historia

Mirem Guembe no olvida que Menorca es mucho m¨¢s que peque?as y paradis¨ªacas calitas: "desde sus gentes, sus puestas de sol, sus puertos, sus faros y la tramontana". Esta viajera recuerda que los espacios naturales interiores que ofrece la isla tambi¨¦n pueden ser protagonistas, y la convierten en un para¨ªso, eso s¨ª, "para gente que quiera respetarla".

?lvaro regresa al litoral para proponer una visita a uno de los cincos faros de la isla, el de Favaritx, cerca de del Parque Natural de Albufera des Grau . Y hay m¨¢s puntos indispensables para este lector, como el Monte Toro, un privilegiado mirador desde el que contemplar toda la isla, as¨ª como el t¨ªpico pueblo menorqu¨ªn de Binibeca Vell, "blanco y silencioso".

Los amantes de la arqueolog¨ªa prehist¨®rica tienen una oportunidad perfecta de conocer de cerca la cultura taly¨®tica, tal y como se?ala Carlos Trevi?o, quien se queda, entre los diversos yacimientos y ruinas, con la Naveta des Tudons, situada en la carretera Ciutadella-Ma¨®. Un monumento funerario ¨²nico por su tipolog¨ªa, aclara. Otros restos de la misma ¨¦poca que Carlos sugiere visitar son: "Son Catlar, con su muralla cicl¨®pea, Torre Vella, y las taulas de Torre Trencada y Torre Llafuda".

Para rom¨¢nticos y noct¨¢mbulos

Adem¨¢s de visitas cultuales, o simplemente tumbarse al sol, ?lvaro recuerda que existen en la isla lugares sumamente rom¨¢nticos... para otros menesteres. Por ejemplo, la Cova den Xoroi, ideal para una puesta de sol de postal, aunque cuando la noche cae del todo se convierta en una discoteca con bastante reclamo entre turistas y aut¨®ctonos.

Puestos a alimentar el esp¨ªritu, este lector comenta que "tanto la bah¨ªa de Fornells, famosa por su caldereta, como los puertos de Mah¨®n y la Ciutadella, son un excelente escaparate de la gastronom¨ªa local". Mar¨ªa Jes¨²s Nieto apoya la recomendaci¨®n con su excelente recuerdo del Caf¨¦ Balear, en la Ciutadella, donde degust¨® un "marisco y pescados frescos en una terraza junto a la orilla del mar y sin arruinarse".

?Exhaustos? No hay problema. Nuestros lectores piensan en todo, y concretamente Lourdes Mart¨ªn propone para el descanso el hotel Port Ciutadella. Aunque moderno y equipado con spa, su privilegiada situaci¨®n hace que esta lectora lo tenga claro: "teniendo la playa al lado sus instalaciones son un gasto casi innecesario, al contrario que su buffet de desayuno, que adem¨¢s de exquisito es muy variado".