Desde el puente m¨¢s alto del mundo
El viaducto de Millau, obra de Norman Foster, se convierte en privilegiado mirador de las gargantas del Tarn y de La Jonte. Bienvenidos a la tierra del roquefort, los templarios y las grandes 'causses'
Incrustada en el macizo central de Francia, la ciudad de Millau se ha convertido en el epicentro de un interesante plan de huida: una regi¨®n lejos de todo -incluso de la cobertura telef¨®nica en algunas de sus gorges-, pero igualmente cercana a la frontera pirenaica y repleta de posibilidades.
Reservas naturales, actividades al aire libre, rutas hist¨®ricas en ciudades templarias, una exquisita degustaci¨®n de aut¨¦ntico queso Roquefort y una de las grandes obras de un arquitecto con estrella, Norman Foster: el puente m¨¢s alto del mundo.
01 Las grandes 'causses' de Aveyron
Algo fascinante hay en el paisaje de las grandes mesetas calc¨¢reas que forman el Parque Natural de las Grandes Causses, en la regi¨®n francesa de Aveyron. Quiz¨¢ sean las caprichosas formas rocosas que, aqu¨ª y all¨¢, salpican estos inmensos altiplanos (causses) barridos por el incesante viento. O quiz¨¢ resida en su particular orograf¨ªa: un est¨¦tico contraste entre la amplitud de estas vastas planicies verdes y las estrechas gargantas que las delimitan, conjunto que dibuja una especie de puzle natural visto desde el aire.
02 El puente m¨¢s alto del mundo
Blanco y esbelto, el viaducto de Millau queda lejos de la estridencia paisaj¨ªstica que se podr¨ªan presuponer a sus impresionantes dimensiones: 343 metros desde las aguas del r¨ªo Tarn, sobre el que se eleva, hasta el punto m¨¢s alto de sus siete pilares. Ideado por el arquitecto ingl¨¦s Norman Foster, el puente m¨¢s alto del mundo gana incluso en altura a la mism¨ªsima Torre Eiffel.
Adem¨¢s de unir el Causse du Larzac y el Causse Rouge, y acabar as¨ª con los atascos que colapsaban Millau para poder cruzar el r¨ªo Tarn, esta majestuosa obra de ingenier¨ªa se ha convertido en reclamo tur¨ªstico, como el Golden Gate en San Francisco. De hecho, se ha habilitado un peque?o mirador para contemplarlo al que se accede desde un ¨¢rea de servicio -se trata tambi¨¦n del puente de carretera m¨¢s elevado del planeta- que principalmente funciona como una oficina de turismo local.
03 ?Kayak o piragua?
Desde el noreste, las aguas del Tarn descienden hasta Millau a trav¨¦s de una abrupta garganta que hoy es un para¨ªso para los deportes al aire libre. Descensos en kayak, piragua o practicando rafting cuando el cauce es generoso en primavera; un vuelo en parapente sobre los tejados de Millau; escalada sobre los imponentes muros calizos cercanos al pueblo de Les Vignes o espeleolog¨ªa en las grutas subterr¨¢neas del Causse de Sauveterre son solo algunas de las posibilidades, pues el cicloturismo o las rutas ecuestres cuentan tambi¨¦n con excelentes escenarios.
Una cantidad de ofertas que no corrompen, afortunadamente, la tranquila e incluso fantasmal atm¨®sfera -pasado el ajetreo veraniego- que caracteriza a este hermoso desfiladero. Silencio y naturaleza asegurados.
www.gorgesdutarn-sauveterre.com
04 Entre Templarios y Hospitalarios
Las cinco ciudadelas medievales que se concentran en la regi¨®n de Larzac (Sainte Eulalie de Cernon, La Cavalerie, Viala du Pas de Jaux, Saint-Jean d'Alcas y La Couvertoirade), hacen de este causse la mejor lanzadera para viajar en el tiempo a la Europa de las cruzadas. De las cinco propuestas, que forman una ruta por la historia de auge, esplendor y ca¨ªda de los Templarios y los Hospitalarios -pisando algunos escenarios reales-, destaca el caos de callejuelas, torreones y pasadizos de La Couvertoirade.
Esta laber¨ªntica muestra de arquitectura medieval muy bien conservada, resulta apasionante en fechas de baja afluencia (evitar el siempre concurrido agosto). Conviene detenerse en sus m¨²ltiples comercios, instalados en casas del siglo XV; contemplar los restos de un aut¨¦ntico castillo templario, o el tapiz de tejados que se despliega desde la solemnidad de su cementerio. Al fondo, las espigadas torres de la ciudadela, que anuncian al viajero la sorprendente ubicaci¨®n de esta villa medieval surgida en medio de un caos rocoso. Una delicia.
05 La tierra del Roquefort
Al pie del altiplano de Larzac, donde un derrumbamiento ya milenario horad¨® cuevas de ventilaci¨®n natural que originalmente sirvieron de refugio a los pastores de ovejas, la localidad de Roquefort da nombre a uno de los quesos de mayor prestigio en Francia, y en todo el mundo.
La temperatura y humedad constantes de estos subterr¨¢neos (naturales y excavados), as¨ª como la leche de oveja recogida en las localidades de la zona, siguen siendo las claves de la elaboraci¨®n de este queso. Con denominaci¨®n de origen desde 1925, ya en el siglo XV la corona francesa otorg¨® a esta regi¨®n la exclusividad en la producci¨®n, y establec¨ªa as¨ª la primera regulaci¨®n de este tipo.
Actualmente se pueden visitar varias granjas donde contemplar el proceso de producci¨®n, degustar el oloroso resultado y recorrer cavas similares a la cueva en la que, seg¨²n cuenta la leyenda, se obr¨® el casual nacimiento del conocido queso azul. Un pastor encontr¨® un pellizco de pan y un trozo de queso olvidados tiempo atr¨¢s; al degustar el enmohecido queso, al que el mendrugo de pan hab¨ªa transmitido sus bacterias, descubri¨® que estaba sumamente delicioso. Hoy son muchos los que opinan igual.
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