Con regusto cincelado de mar

El displicente y sa?udo Cant¨¢brico est¨¢ hoy tranquilo (...) se arroja adormecido sobre las playas, y en lo profundo de las grutas, en las ensenadas (...). El imaginario real de Gald¨®s se asom¨® a la cornisa Cant¨¢brica para homenajear al mar que ba?a las Villas Marineras . Este conjunto de pueblos de vida con sabor a mar se extiende desde las R¨ªas Baixas hasta el Golfo de Vizcaya a trav¨¦s de cuatro comunidades aut¨®nomas, de Galicia al Pa¨ªs Vasco pasando por Asturias y Cantabria. Pueblos marineros, grandes, peque?os, tradicionales, coloridos y bellos que se unen por su pasado, y su presente, siempre amarrado a la mar.

Realizar un itinerario para conocer las Villas Marineras s¨®lo requiere de la dif¨ªcil decisi¨®n de elegir en cu¨¢les de ellas el viajero se detendr¨¢. Las diecisiete opciones son sobresalientes, recorrer los bosques, las r¨ªas, las playas, sus islas, sus espacios naturales es sumergirse en un mundo donde sus gentes y paisajes han sido moldeados por los vaivenes del oleaje.

La singularidad, partiendo del com¨²n mar¨ªtimo, de cada una de las Villas Marineras, es el valor que se a?ade al encanto de su ubicaci¨®n geogr¨¢fica. En Galicia hay que detenerse en Baiona, Sanxenxo, Sada, Ortigueira, Vivieiro y Ribadeo; en Asturias la parada se har¨¢ en Cudillero, Gij¨®n, Ribadesella y Llanes; Cantabria acoge a las Villas Marineras de San Vicente de la Barquera, Santo?a y Laredo, y, por ¨²ltimo, en lo m¨¢s oriental del Cant¨¢brico, en El Pa¨ªs Vasco, hay que caminar por Bermeo, Lekeitio, Geteria y Hondarribia.

La propuesta de El Viajero es una ruta que abarque las cuatro comunidades aut¨®nomas, pasando por Leikeitio en el Pa¨ªs Vasco, San Vicente de la Barquera en Cantabria, Cudillero en Asturias y, por ¨²ltimo, Viveiro en Galicia. Quinientos kil¨®metros para empaparse de mar e historia.

La luz de Leikeitio

En el litoral oriental de la provincia de Vizcaya, a 55 kil¨®metros de Bilbao, se encuentra Lekeitio , una peque?a y encantadora villa cuyo pasado pesquero asoma en cada esquina, incluso en el s¨ªmbolo del municipio, una cola de ballena que evoca historias de pescadores, balleneros y aventureros. Ellos iban a la mar, y ellas, las neskatilas, les esperaban para la descarga de la mercanc¨ªa y su posterior venta. Lekeitio est¨¢ esculpido sobre los acantilados del Cant¨¢brico, y su gastronom¨ªa y sus hospitalarias gentes beben de su mar.

Despu¨¦s de tomarse un txacoli en cualquier bar del puerto (Kaia), se pueden degustar los productos t¨ªpicos y muy frescos en el restaurante Nerea, calle Monse?or Arpiri Kalea, 10, mariscadas suculentas y cocina de la tierra y el mar, a muy buen precio. Si en este puerto se quiere ser marinero por un instante, habr¨¢ que subir al barco 'Playa de Ondarzabal' donde se emula un d¨ªa cualquiera en la pesca del bonito, adem¨¢s, el viajero ha de visitar la cofrad¨ªa de Pescadores de San Pedro y desembocar en el rompeolas, un espect¨¢culo natural que sigue asombrando a los lugare?os.

El casco hist¨®rico de Lekeitio se divide en dos barrios, el artesano y el marinero. Adem¨¢s de pasear por sus callejuelas deteni¨¦ndose en las construcciones de arquitectura tradicional vasca hay que visitar la Bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa y contemplar el impresionante retablo gotico-flamenco del siglo XVI (el tercero mayor de la Pen¨ªnsula). Otra curiosa parada es la visita al antiguo lagar de Sosoaga donde el Capit¨¢n L¨®pez de Sosoaga, a trav¨¦s de un viaje interactivo, muestra al visitante todos los pormenores de la elaboraci¨®n del txacoli.

Desde aqu¨ª se puede realizar una sosegada caminata de unos veinte minutos, un par de kil¨®metros, para dirigirse al faro de Santa Catalina, el ¨²nico visitable de Euskadi. Dentro de sus tres salas se podr¨¢n conocer, a trav¨¦s de experiencias, todos los entresijos del mundo del farero ( la traves¨ªa en la txalupa virtual es tan real que el viajero siente la alegr¨ªa de llegar a puerto) . No olvidar pasar por la cafeter¨ªa, sus vistas al mar son espectaculares.

Siguiendo esta ambientaci¨®n marinera, una buena elecci¨®n es dormir en el Hotel Aisia , calle Santa Elena s/n, construido sobre las ruinas del antiguo Palacio Uribarren, y pedir una de sus doce habitaciones con vistas para tocar la brisa del mar.

Feliz cumplea?os, San Vicente de la Barquera

En 2010, San Vicente de la Barquera , ha celebrado el octavo centenario de su Fuero Real, ochocientos a?os en los que esta villa situada en el litoral occidental de Cantabria, observadora directa de los Picos de Europa, ha sido protagonista del esplendor comercial naval en la Edad Media; de la primera parada de Carlos V al llegar a Espa?a con diecisiete a?os; del aterrizaje forzoso de uno de los primeros vuelos transoce¨¢nicos, y de un sin fin de historias que conforman el San Vicente de la Barquera que es hoy.

Un pasado marinero y pesquero que converge con su importante patrimonio hist¨®rico. En el paseo por el San Vicente de la Barquera monumental no puede faltar, aunque es s¨®lo un ¨¢pice de su conjunto, acercarse al Castillo del Rey, abierto al p¨²blico, acoge interesantes exposiciones y presume, con raz¨®n, de espectaculares vistas. Desde aqu¨ª arrancan las murallas, las antiguas fortificaciones que rodeaban la ciudadela, donde se asentaban las clases privilegiadas, fuera de su recinto se encontraba el barrio pesquero. Saliendo del Castillo, si se continua por la calle alta, se puede observar el Palacio de la Familia Corro, edificio del siglo XVI con sobria decoraci¨®n plateresca; la siguiente parada es la Iglesia de Nuestra Se?ora de los ?ngeles de estilo g¨®tico monta?¨¦s, el suelo, todo de madera original, alberga tumbas de siglos pasados. El lugar donde se congregaban los marineros era el Santuario de la Barquera, situado junto a la entrada del puerto, cuenta la leyenda que la virgen lleg¨® en una peque?a barca a una cueva donde luego se construy¨® este lugar.

El entorno y el paisaje natural de San Vicente de la Barquera que fascin¨® a Gald¨®s se mantiene tal cual: (...) la inmensa anchura del valle a cuyo extremo se alza esta Villa, la proximidad del mar (...), las lejanas y alt¨ªsimas monta?as que forman un fondo majestuoso y parecen agrandar a¨²n m¨¢s el paisaje, hacen de esta perspectiva una de las m¨¢s admirables y sint¨¦ticas que pueden ofrecerse a vista del viajero. Esta belleza paisaj¨ªstica sigue intacta, San Vicente de la Barquera se encuentra en el coraz¨®n del Parque Natural de Oyambre, un espacio natural protegido de gran valor ecol¨®gico.

En los soportales de la Avenida del General¨ªsimo, donde se encuentra la oficina de turismo , abundan los restaurantes tradicionales que ofrecen los mejores pescados y mariscos de la regi¨®n, probar los platos t¨ªpicos barquere?os como el sorropot¨²n o unas anchoas en el restaurante Las Redes, en el n? 24, o un pastel de cabracho y un salpic¨®n de marisco en el Costa Mar, en el 27 de la Avenida, es obligatorio.

Los Pixuetos del anfiteatro con 'La Roja'

Al peque?o y preciosista pueblo de Cudillero , situado en la costa centro occidental de Asturias, se le llama 'El anfiteatro'. La raz¨®n est¨¢ a la vista, las casas escalonadas de la villa simulan los palcos y, la plaza, el escenario. Hay que adentrarse con curiosidad y realizar la ruta de los miradores, con incre¨ªbles vistas al mar y la monta?a, por el interior de las callejuelas y el entramado de cuestas que tejen esta colorida obra arquitect¨®nica. Atenci¨®n viajero a la calle Sal si puedes, entrar es f¨¢cil pero la salida puede sorprender. El ambiente marinero se respira en todo el pueblo, no es extra?o encontrar, en sus ventanas y balcones, colgado un "curadillo". Se trata de un pescado de la familia de los espualos que se deja curar durante seis meses para luego cocinarlo. Es un plato ¨²nico y el m¨¢s original de su gastronom¨ªa.

Los platos tradicionales son los potes de fabas o de berzas.

Sus amables habitantes son los Pixuetos, gentes con gran tradici¨®n marinera que mantienen su propia lengua, el pixueto. Para conocer un poco m¨¢s de su pasado ligado a la mar se puede visitar el Aula Did¨¢ctica "Los pixuetos y la Mar", en la Plaza de la Marina s/n, un espacio que refleja con gran detalle en sus dos plantas la historia y las costumbres de este pueblo y su cultura marinera. No es de extra?ar que el edificio donde est¨¢ instalado este espacio fuese una antigua y emblem¨¢tica lonja de pescado.

Las numerosas playas del t¨¦rmino municipal de Cudillero merecen una visita en cualquier estaci¨®n del a?o. Para el oto?o lo mejor es descubrir sus imponentes acantilados y calas de aguas cristalinas. La playa del Silencio destaca por su forma de concha regular de cantos rodados de color claro, se accede por la N-632, tomando el desv¨ªo a Novellana y seguir la se?alizaci¨®n a Casta?eras. Otra muy recomendable es 'La Cueva' en la localidad de Ovi?ana, el acantilado de bajada alcanza los 75 metros de altura, impresionante.

Apunte singular es el nombre del nuevo estadio de f¨²tbol de cudillero: La Roja. Fue inaugurado hace apenas dos semanas.

Naufragios, puertas y pulpo en Viveiro

Hay que entrar al casco antiguo de Viveiro , villa situada en el norte de Lugo, a trav¨¦s de la Puerta de Carlos V, para imbuirnos de la historia de este bello municipio que a¨²n respira aires medievales al pasear por algunas de sus calles con tradicionales nombres gremiales. Si se detiene el viajero un jueves en Viveiro podr¨¢ comprar productos t¨ªpicos y naturales de la zona en el mercado que se instala en la Plaza Mayor, centro neur¨¢lgico de la villa, aqu¨ª destaca la antigua Casa Consistorial coronada por un reloj de sol. Una buena pausa ser¨¢ contemplar la exposici¨®n que acoge: Viveiro 181. Augas mortais que incluye bocetos y originales de un c¨®mic que recrea el naufragio de la fragata Magdalena y el bergant¨ªn Palomo. ?sta es s¨®lo una de las actividades programadas para la conmemoraci¨®n del bicentenario de este naufragio. Otras paradas obligadas en el deambular tranquilo por sus calles son la Fachada de la Casa de los Leones, calle Pastor D¨ªaz n?12, el Convento de las Concepcionistas, situada en la parte alta de la villa, o la Iglesia de San Pedro, entre los numerosos monumentos que encontramos en sus calles peatonales.

Se puede degustar lo mejor de la gastronom¨ªa viveirense en el Mes¨®n Imperial, en la calle Pastor D¨ªaz, 66. Este peque?o local, acogedor y tradicional, tiene una parte de bar donde los pinchos no paran de salir y ser ofrecidos. Si se pide men¨² o carta, no puede faltar el pulpo a la plancha, una de sus apetitosas especialidades.

Extramuros encontramos su pasado y presente marinero alrededor de la r¨ªa de Viveiro. Para mantener la tradici¨®n popular, este a?o, la Cofrad¨ªa de Pescadores ha organizado por primera vez la fiesta del percebe, que homenajea a los percebeiros de Celeiro. Otra fiesta tradicional es la de la 'Merluza'. Viveiro se caracteriza en la actualidad por su flota que captura merluza del pincho de un modo artesanal.

Son muchas las rutas que se pueden realizar en esta Villa Marinera, desde la del Monte de San Roque donde se disfrutar¨¢n de las mejores vistas de Viveiro y la r¨ªa, hasta el paseo fluvial del r¨ªo Landro, o la ruta de los Molinos.

Villas Marineras de la costa Cant¨¢brica