El acueducto m¨¢s deseado
Descubrir la Zamora modernista, disfrutar con las primeras nieves o apurar el sol de Gran Canaria. Planes para exprimir una larga semana durante el pr¨®ximo puente de la Constituci¨®n
El ¨²ltimo mes del a?o se inicia de buen humor, con las fiestas de la Constituci¨®n y la Inmaculada marcadas en el calendario. Sobre todo si, unidas, permiten disfrutar de una semana entera para una escapada viajera antes de Navidad. Como contrastar el porqu¨¦ de la fama de los caldos navarros en Olite, una de las capitales del vino en la comunidad foral. O fascinarse con otra versi¨®n de Zamora -la modernista- a trav¨¦s de una ruta por las caprichosas formas de la esta ciudad, integrada en la Red Europea de Ciudades Modernistas. Si la nieve acompa?a, es posible matar el gusanillo del esqu¨ª con el inicio de la temporada invernal en el Pirineo o apurar los rayos de sol y temperaturas templadas de las playas del sur grancanario, despu¨¦s de visitar yacimientos abor¨ªgenes. Propuestas de calidad durmiendo en paradores con paquetes especiales, para evitar descuadres presupuestarios a final de a?o.
Dormir
? Parador de Zamora (Plaza de Viriato, 5, Zamora). Telf.: 980 51 44 97.
? Parador de Cruz de Tejeda (Cruz de Tejeda s/n. Isla de Gran Canaria). Telf.: 928 01 25 00.
? Parador de La Seu d'Urgell (C/ Sant Dom¨¨nec, 6. La Seu D'Urgell, Lleida). Telf.: 973 35 20 00.
? Parador de Olite (Pza. Teobaldos, 2. Olite, Navarra). Telf.: 948 74 00 00.
Diciembre en ba?ador
Las playas de Gran Canaria son un im¨¢n que atrae en cualquier ¨¦poca del a?o. Temperaturas suaves en la tierra de la eterna primavera donde, en la zona sur, el microclima reinante permite disfrutar del sol en rincones m¨¢s populosos como Maspalomas o Playa del Ingl¨¦s o enclaves marineros m¨¢s tradicionales como el puerto de Mog¨¢n.
Tras las playas se esconde la idiosincrasia de una isla donde se cruzaron muchas culturas, incluida la de las comunidades que la habitaban antes de que llegaran los castellanos. Un pueblo de agricultores, ganaderos y pescadores que adoraba al dios Acor¨¢n. La Cueva Pintada de G¨¢ldar, habitada por los guanches, est¨¢ decoraban con figuras geom¨¦tricas. Las llamadas pintaderas son una especie de lenguaje de los primeros isle?os con formas de cuadrados, tri¨¢ngulos y c¨ªrculos que se repiten en colores rojizos, ocres y blancos.
M¨¢s secretos abor¨ªgenes se desvelan en el yacimiento del Cenobio de Valer¨®n, un refugio de cuevas para guardar el grano sobre un enorme barranco y en el Museo Canario, en la capital grancanaria. El recorrido por la isla termina en su centro geogr¨¢fico, donde el Parador de Cruz de Tejeda ofrece las vistas a los acantilados de la zona. Un plus de relax espera al pasar por su circuito spa, con alojamiento y desayuno, desde 74 euros la noche.
Zamora tambi¨¦n es modernista
El patrimonio rom¨¢nico de Zamora abruma al visitante con m¨¢s de veinte templos en su casco urbano. Pero esta ciudad que concentra vestigios medievales a cada paso, conserva tambi¨¦n muestras de arquitectura modernista, realizadas entre 1875 y 1930. Integrada en la Red de Ciudades Modernistas de Europa, sus casas y portales envueltos en cristal o aluminio contrastan con las construcciones en piedra. La clave de esta cara m¨¢s desconocida de la capital zamorana est¨¢ en seguir la pista de una hornada de creadores formados en la escuela de arquitectura de Barcelona, entre ellos el que fuera aparejador municipal, Francesc Ferriol. De su ingenio surgieron las casas de Gregorio Prada y Norberto Macho, ambas en la plaza de Sagasta. Su verticalidad, la abundancia de l¨ªneas curvas y la decoraci¨®n vegetal definen su estilo.
En la Plaza Mayor o la cuesta de Balborraz -edificios L¨®pez y Leirado- o, por ejemplo, la calle Santa Clara, donde proyect¨® las casas de Valent¨ªn Guerra, tambi¨¦n se aprecian las formas caprichosas de esta otra Zamora. El recorrido arquitect¨®nico pasa tambi¨¦n por el reci¨¦n abierto museo Baltasar Lobo, escultor zamorano muy influido por Picasso durante la ¨¦poca que residi¨® en Par¨ªs. El entorno que lo acoge, los jardines del Castillo de Zamora, ofrece imponentes vistas de la ciudad y la campi?a. Asimilar la historia castellana es m¨¢s sencillo en el Parador de Zamora, un hotel palacio construido sobre una antigua alcazaba musulmana a mediados del siglo XV, preferiblemente frente a un buen chulet¨®n de ternera.
?www.zamora.es
A esquiar (por fin)
El Pirineo catal¨¢n y Andorra son dos de las opciones para esquiadores de presupuesto medio y ganas de estrenar la temporada. La Seu d'Urgell permite mezclar el deporte blanco con una interesante visita a su casco antiguo, donde se rescatan del olvido tradiciones como la elaboraci¨®n de queso artesano, recolecci¨®n de setas y hierbas medicinales o la ganader¨ªa a peque?a escala. Alojarse en el convento de Santo Domingo, transformado hoy en Parador, permite adentrase de lleno en el barrio hist¨®rico: lo envuelven la Sala Sant Dom¨¦nec, la catedral, el ayuntamiento y el seminario.
En los alrededores, la nieve se disfruta desde la pionera estaci¨®n de esqu¨ª n¨®rdico Sant Joan de l'Erm, abierta a principios de los a?os setenta, hasta la de Tuixent-La Vansa y la de Aransa, situadas entre bosques de pinos y abetos. En la vecina comarca de La Cerdanya, La Molina y Masella forman unidas uno de los mayores centros de esqu¨ª del Pirineo con 133 kil¨®metros de pistas conectadas por remontes. Por su cercan¨ªa, resulta dif¨ªcil resistirse a las estaciones de Andorra, renovadas cada temporada con avances tecnol¨®gicos. Y para los esquiadores m¨¢s exigentes, Baqueira Beret mantiene siempre un alto nivel en pistas y servicios.
La capital del vino
A 42 kil¨®metros de Pamplona, en la peque?a ciudad de Olite sobresale la silueta del Palacio Real. Ocupa un tercio del casco urbano medieval porque, en realidad, son dos castillos, construidos uno junto al otro. Con horarios especiales para el puente de la Constituci¨®n (www.guiartenavarra.com/es), se puede recorrer la que fuera residencia predilecta de Carlos III el Noble. En ella alberg¨® jirafas, leones o b¨²falos y sus muros se cubrieron de verde en un intento de crear jardines colgantes. La otra parte, de los siglos XII y XIII, es el actual Parador de Olite. Su restaurante propone un men¨² de temporada basado en la alcachofa de Navarra, cultivada principalmente en las terrazas m¨¢s bajas de los r¨ªos Ebro, Ega y Arag¨®n.
Adem¨¢s, la ciudad presume de ser la capital del vino de Navarra. Ochoa, la Vega del Castillo o la de Pagos de Araiz son algunas de sus numerosas bodegas y cooperativas de Olite. Recorrerlas permite probar los caldos de su afamada denominaci¨®n de origen. Rosados, tintos j¨®venes, crianzas y grandes reservas arraigados a una tierra que acoge todos los organismos e instituciones del sector, Museo de la Vi?a y el Vino de Navarra incluido.
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