Ca?a y anzuelo en Cos
En las islas griegas del Dodecaneso, la simplicidad es la t¨®nica vital
Oficialmente ser¨ªan doce islas (eso quiere decir Dodecaneso). Pero son muchas m¨¢s, incluso habitadas, las islas y escollos m¨¢s orientales y soleados de Grecia. All¨ª la primavera discurre pl¨¢cida, ajena a la c¨®lera de los dioses y de los mercados. El gobernador del Egeo Sur, con un vaso de zibouro (an¨ªs local) bajo un emparrado, lo expresaba hace unos d¨ªas de manera simple: "En este mar nuestro, con una ca?a y un anzuelo, se puede sobrevivir".
01 Rodas
En la m¨¢s chica del archipi¨¦lago, Kinaros, viven solo dos personas. En la m¨¢s grande, algo m¨¢s de cien mil: se trata de Rodas, la capital regional, la m¨¢s conocida para el mundo, y tambi¨¦n la m¨¢s desconocida. Conocida por el c¨¦lebre Coloso, una de las siete maravillas del mundo antiguo (y causa necesaria de la paella valenciana, seg¨²n teor¨ªa singular de Manolo Vicent: los pedazos de metal de la estatua sirvieron para hacer ollas, paellas y cataplanas por todo el Mediterr¨¢neo). Conocida tambi¨¦n por la orden militar de los Caballeros Hospitalarios, que la ocuparon durante dos siglos y armaron la coraza formidable de murallas, puertas y defensas que subsisten intactas, y ante las cuales atracan buques colosales de cruceros; de sus tripas emergen diariamente los miles de turistas que mantienen lozana la econom¨ªa de la isla y de la zona.
Desconocida Rodas, sin embargo, a partir de los l¨ªmites estrictos del casco amurallado, zocos o callejas. Ya a la propia acr¨®polis, en un parque retirado que esconde un teatro, un estadio y un templo antiguos, suben pocos curiosos. Del resto de la isla, solo Lindos es un sitio frecuentado. Con raz¨®n. Su acr¨®polis, colgada en murallones a pico sobre el mar, es la que sal¨ªa en Los ca?ones de Navarone. Aunque en el filme solo se ve¨ªan las grutas y acantilados, no las ruinas cl¨¢sicas, que dejan boquiabierto: los italianos (que ocuparon el Dodecaneso desde 1912 hasta despu¨¦s de la II Guerra Mundial) llevaron a cabo una restauraci¨®n m¨¢s acorde con una visi¨®n oper¨ªstica que arqueol¨®gica; como la cosa ya est¨¢ hecha, benditos ellos. La gente sube all¨ª en burro (10 euros, ida y vuelta, y el susto). Aparte de la playa, magn¨ªfica, el ambiente en el pueblo es, naturalmente, de pel¨ªcula.
02 Cos
La segunda isla en poblaci¨®n del archipi¨¦lago es Cos. La m¨¢s oriental, casi rozando la costa turca (a solo un par de millas marinas). La cercan¨ªa es contagiosa; el ambiente en las orillas griega o turca es parejo, envolvente, fascinante en ambos casos. El coraz¨®n de la villa de Cos no es el puerto, demasiado ajetreado, sino las calles atestadas de terrazas que llevan al ¨¢gora o plaza del mercado.
En el ¨¢gora, adem¨¢s del mercado, el Consistorio, una mezquita y muchos lectores de peri¨®dicos, est¨¢ el museo. Un edificio de la ¨¦poca y gusto de los italianos, fe¨²cho por fuera, pero con tesoros impensados en su buche: una soberbia partida de esculturas y mosaicos helen¨ªsticos y romanos. Destaca sobre todo una estatua del hijo m¨¢s ilustre de la isla, Hip¨®crates. Este m¨¦dico impuls¨® hace 2.500 a?os un centro terap¨¦utico al amparo de Asklepios/Esculapio, el dios de la medicina. El asklepeion ocupaba una colina a las afueras de la ciudad, y all¨ª Hip¨®crates y su equipo desarrollaron las bases de la medicina cient¨ªfica. El llamado juramento hipocr¨¢tico regula, por ejemplo, en t¨¦rminos muy actuales, aspectos como el aborto o la eutanasia, y suele presidir, enmarcado, las consultas de muchos doctores del planeta.
Descubierto el asklepeion en 1902, un terremoto asol¨® en 1934 sus ruinas, y la ciudad entera. Los italianos hicieron entonces otra de las suyas (con menos osad¨ªa, menos mal, que en la acr¨®polis de Lindos) al restaurar el conjunto. Fue un desastre, el terremoto, pero tambi¨¦n una bendici¨®n: sac¨® de las tripas de la tierra muchas piedras ignoradas, que ahora se pueden admirar en recintos ajardinados. El ode¨®n, la llamada Casa Romana, el castillo de los Hospitalarios o los ba?os turcos retienen en la villa a los turistas.
Para estos, sin embargo, la seducci¨®n mayor est¨¢ a las afueras, en las playas y resorts impresionantes. Hay que tener en cuenta que para los m¨¦dicos del mundo Cos es una meca, as¨ª que se organizan aqu¨ª congresos cada dos por tres. Adem¨¢s, la isla da mucho de s¨ª. Esconde algunas de las playas m¨¢s hermosas de Grecia, que ya es decir; como la de Agios St¨¦fanos, que, envuelta en pinares, ba?a los fustes rotos de una bas¨ªlica paleocristiana. Las puestas de sol desde el mirador de Zia son una liturgia oficiada cada tarde por decenas de ciudadanos en trance.
03 Symi
Symi es uno de los grandes secretos de Grecia, solo para connoisseurs. Es una isla muy chica, a media distancia entre Cos y Rodas. Tan peque?a, que solo posee un pueblo, de tres mil y pico vecinos. All¨ª los a?os tienen, como en todas partes, 365 d¨ªas, pero Symi tiene una iglesia y una fiesta para cada d¨ªa del a?o. Dicen que es una de las dos o tres islas m¨¢s bonitas de Grecia. Por su arquitectura. Bonita es el adjetivo adecuado, ya que todas las casas parecen peque?os partenones pintados, eso s¨ª, en colores desinhibidos. Una belleza. Cosa que no debiera extra?ar, ya que aqu¨ª nacieron las Tres Gracias.
Y no solo eso: seg¨²n Homero, el rey de Symi, Nireo, aport¨® tres naves a la guerra de Troya. La construcci¨®n de nav¨ªos y el tr¨¢fico de esponjas dieron vida y fama a la isla hasta hace nada, como puede apreciarse en el Museo Naval. Ahora, la belleza de las casas y de la propia ensenada, una de las mejor protegidas de forma natural, as¨ª como los pescados reci¨¦n capturados, o las diminutas y preciadas gambas de Symi (que se comen enteras, sin pelar, por todo el archipi¨¦lago) son imanes m¨¢s seductores, para muchos, que la propaganda hom¨¦rica.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Conexiones diarias en avi¨®n
desde Atenas a Rodas y a Cos con Olympic Air (www.olympicair.com) y Aegean Airlines (www.aegeanair.com). Tambi¨¦n conexiones diarias en barco desde el puerto del Pireo. A Symi se puede llegar en barco desde Rodas o Cos.
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