Brillo de playa

El prefijo que abandera este hotel de playa no es un grito militar ni una onomatopeya caprina, sino las siglas del grupo tur¨ªstico que dirige el milan¨¦s Giorgio Ascolese, con cuatro hoteles y varios apartamentos en Calpe. Su buque insignia ofrece, como el diamante, una talla con distintas facetas a gusto del consumidor. El emplazamiento en segunda l¨ªnea de playa le otorga m¨¢s bien pocos quilates. A¨²n menos su arquitectura comercial. Otra cara menor es la que presenta un complejo de piscinas apretado y a veces insuficiente para las 566 personas que supone su capacidad m¨¢xima de alojamiento.

M¨¢s valor adquiere el servicio, el buen hacer profesional sorprende muy gratamente en un establecimiento marcado por las reglas del turismo industrial. El rostro m¨¢s amable y refulgente de este diamante se encuentra 17 plantas arriba, en las habitaciones. Sencillas en su dise?o, con una decoraci¨®n simple, mobiliario eficiente y ba?o limpio, abiertas al exterior a trav¨¦s de una amplia terraza, concentran sus mejores argumentos en la comodidad de sus camas, dotadas de unos colchones que solo se ofrecen en los hoteles de lujo. La insonorizaci¨®n hace el resto.

Adem¨¢s, cinco de los siete grandes equipos ciclistas utilizan en invierno los servicios de este hotel calpino especializado en acoger con garant¨ªa a deportistas, impedimenta y camiones de apoyo, mientras cumplen su programa de entrenamiento en las sierras de Aitana y Mariola. Un gran aliciente para los aficionados, adem¨¢s, el compartir instalaciones con profesionales de la talla de Contador y los hermanos Schleck.