Cinco pecados cubanos
Por el interior de la isla, y de vuelta a La Habana para bailar
La Cuba interior tiene enclaves m¨¢gicos que garantizan al viajero con tiempo y ganas de excursiones una zambullida de vitalidad.
01 Baracoa
Ba?arse en el Toa es pecado capital. Baracoa es uno de los lugares m¨¢s hermosos del Caribe. Est¨¢ situada en uno de los humedales m¨¢s importantes de las Antillas, a mil kil¨®metros al este de La Habana, y el 95% de su territorio es monta?oso. Las cuchillas del Toa, en la cuenca cristalina del r¨ªo del mismo nombre, son reserva de la biosfera y darse un ba?o en sus aguas es una experiencia que no se olvida jam¨¢s. Otro placer es bordear los m¨¢rgenes del r¨ªo Miel en direcci¨®n al pueblo de La Mina; hay que cruzar el r¨ªo m¨¢s de 20 veces y ba?arse en el paso 12 o 13, donde hay unas pocetas de tres metros de profundidad, es impresionante. Baracoa, adem¨¢s, tiene una historia singular. Es la primera villa fundada por los espa?oles all¨¢ por agosto de 1511, y sus personajes son incre¨ªbles, como el extaxista Choca Choca, con m¨¢s de cien accidentes en su haber, pero "sin un solo muerto". Pregunte por ¨¦l, lo conoce todo el mundo y le servir¨¢ de gu¨ªa. Hay dos vuelos semanales desde La Habana, puede ir el jueves y regresar el domingo. O viceversa. Yo lo har¨ªa.
02 Cayo Largo
Imagine la mejor playa que pueda imaginar. Pues Cayo Largo es igual o mejor y adem¨¢s tiene el aliciente de estar pr¨¢cticamente salvaje. El islote est¨¢ situado a 180 kil¨®metros al sur de La Habana, a media hora de avi¨®n, y la barrera coralina es especialmente bella: tortugas, peces loro, s¨¢balos gigantes, estrellas de mar, todo lo que uno espera encontrar en el mar Caribe. Merece la pena alquilar un barco entre varios amigos y recorrer los canales y piscinas naturales de los peque?os cayos cercanos. Si prefiere quedarse en tierra disfrutar¨¢ igual: la blanqu¨ªsima arena de Cayo Largo -son 25 kil¨®metros de playa- siempre est¨¢ fresca, pues est¨¢ formada por residuos coralinos. Con un par de d¨ªas en Cayo Largo la mente se pone en blanco.
03 Los mogotes
El tiempo parece que se ha detenido en esta parte de la sierra de los ?rganos horadada por cuevas con r¨ªos subterr¨¢neos y donde existen f¨®siles vivientes como la Palma Corcho, cuyo origen data del jur¨¢sico y es exclusiva de Pinar del R¨ªo. Por la ma?ana, cuando todav¨ªa la bruma del tr¨®pico envuelve el valle -en 1999 fue declarado patrimonio mundial por la Unesco-, los campesinos de Vi?ales salen a trabajar a las vegas de tabaco y los caminos se pueblan de pioneros de uniforme y yuntas de bueyes. Impresiona caminar a la sombra del mogote Robustiano, en direcci¨®n a Puerto Esperanza, o cruzar al palenque de los Cimarrones a trav¨¦s de una gruta que atraviesa de lado a lado una de esas monta?as. De La Habana est¨¢ a hora y media en coche, es la t¨ªpica excursi¨®n de un d¨ªa que se agradece.
04 Trinidad
Cienfuegos-Trinidad-El Escambray es otra escapada que merece la pena si tiene dos o tres d¨ªas. Cienfuegos es una ciudad con personalidad y de gran riqueza arquitect¨®nica, ba?ada por una gran bah¨ªa de bolsa. Cerca est¨¢ El Escambray, intrincado macizo monta?oso propicio para el senderismo y con cascadas como el salto del Caburni. Trinidad es un pueblo colonial fant¨¢sticamente conservado, tanto que el desaparecido cineasta Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea lo escogi¨® de escenario para su pel¨ªcula Una pelea cubana contra los demonios, ambientada en el siglo XVII.
05 La trova picante
De regreso a La Habana siempre es bueno darse una vueltecita por la antigua zona comercial de Centro Habana. Las calles de Galiano, San Rafael y Neptuno est¨¢n llenas de vida y basta fijarse en los anuncios y terrazos de los viejos negocios prerrevolucionarios para imaginarse lo que fue aquello. Adem¨¢s, hay una pel¨ªcula que conseguir para ver tranquilamente en casa, Los sobrevivientes, de Guti¨¦rrez Alea. El filme cuenta los avatares de una familia de la burgues¨ªa cubana que se atrinchera en su mansi¨®n en 1959 pensando que la revoluci¨®n va a durar dos d¨ªas. Mientras fuera se construye el socialismo, la situaci¨®n en la casa va involucionando y se pasa del capitalismo al feudalismo, y as¨ª hasta llegar a la comunidad primitiva, cuando los sobrevivientes se comen a una t¨ªa. Los moradores solo tienen contacto con el exterior a trav¨¦s de un negociante que les trae los suministros para subsistir -al principio, jamones y langostas; luego, l¨¢tigos y grilletes-. Un d¨ªa, el due?o de la mansi¨®n le pregunta: "?Qu¨¦, c¨®mo va la situaci¨®n por ah¨ª afuera?". El hombre se encoge de hombros y le contesta: "Mire, la verdad, a m¨ª me da igual imperialismo, que feudalismo, que socialismo. La cosa es cogerle la vuelta al sistema".
Pues eso. Matarse a boleros hasta las cuatro de la ma?ana en El Gato Tuerto o en cualquier otro en que act¨²e Osdalgia, una multa de fuego con voz de las de antes, es una buena opci¨®n. La pe?a de Ray Fern¨¢ndez (los jueves en el Diablo Tun Tun) es tambi¨¦n espacio para el goce, la improvisaci¨®n y la trova picante. P¨ªdale a Ray que toque Matarife, canci¨®n que cuenta la historia de un cubano que roba vacas, un delito penado en Cuba con 10 a?os de c¨¢rcel, o m¨¢s. "Matarife est¨¢ en la calle / pag¨® su deuda y sali¨® / de catorce, diez cumpli¨® / qu¨¦ generoso detalle", dice la letra.
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