La postal de Shangh¨¢i

Vale, s¨ª, de acuerdo, es el lugar m¨¢s tur¨ªstico de Shangh¨¢i. Pero cuando un sitio es visitado por millones de personas, algo ha de tener. Y el Bund -Waitan en chino- es uno de los pocos paseos de la ciudad en el que se puede tener su pol¨¦mico pasado y su prometedor futuro al alcance de la mano. S¨®lo los separa el r¨ªo Huangpu, y es dif¨ªcil decidir cu¨¢l resulta m¨¢s atractivo. Sin duda, los edificios de corte colonial tienen m¨¢s glamour y un aire rom¨¢ntico que no se estila en China, pero la silueta futurista de los rascacielos de Lujiazui simboliza mejor el rumbo que ha tomado el Gran Drag¨®n.

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Aunque el paisaje es espectacular, lo mejor del lugar es el paisanaje. Y disfrutar de c¨®mo va cambiando seg¨²n avanza el d¨ªa no tiene precio. El paseo m¨¢s famoso de Shangh¨¢i es un camale¨®n. Los primeros rayos de sol alumbran los movimientos lentos pero decididos de los residentes que practican tai-chi, y que componen una de las postales con mayor contraste de la ciudad. Las hordas de turistas que comienzan a llegar a eso de las 9 provocan una estampida. Hasta aqu¨ª viajan chinos de los cuatro puntos cardinales, ansiosos por fotografiarse en la postura m¨¢s rid¨ªcula posible frente a la ciudad que mejor representa el sue?o econ¨®mico de su pa¨ªs. Afortunadamente, la masa humana come, y a primera hora de la tarde llegan las parejas de reci¨¦n casados que, aunque s¨®lo pueden casarse por lo civil, se fotograf¨ªan con impolutos vestidos blancos y esm¨®quines propios de la realeza. Al atardecer, el ne¨®n eleva la temperatura: se acercan los shanghaineses m¨¢s j¨®venes y se liberan del pudor. Sin duda, en ning¨²n otro sitio desfila China con tantos matices.

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