Adi¨®s a la taberna vasca de Shangh¨¢i
La expansi¨®n urban¨ªstica de la megal¨®polis china obliga a cerrar el Kuluska
Los mi¨¦rcoles en Shangh¨¢i no volver¨¢n a ser iguales. Por lo menos, no como los que se han disfrutado los ¨²ltimos cuatro a?os, desde que el Kuluska abri¨® sus puertas coincidiendo con la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. La primera taberna vasca de China decidi¨® poco despu¨¦s lanzar una oferta de pinchos y bebida a 15 yuanes -en aquel entonces equival¨ªan a 1,5 euros, ahora son ya casi dos euros- para activar el negocio los mi¨¦rcoles, un d¨ªa muerto en la capital econ¨®mica del Gran Drag¨®n. Pronto, la colonia de expatriados, sobre todo los espa?oles, hizo del Kuluska su punto de encuentro a mitad de semana. Tal fue su ¨¦xito que no faltaron las visitas de la Polic¨ªa preguntando a qu¨¦ ven¨ªa tanto revuelo.
No importa que all¨ª hayan comido el lehendakari Patxi L¨®pez o el alcalde del Bilbao, I?aki Azkuna. Kuluska cerr¨® el ¨²ltimo d¨ªa de junio. Es v¨ªctima del plan urban¨ªstico de la megal¨®polis, y ser¨¢ pasto de las excavadoras. Nada nuevo en una ciudad que hace bueno refranero chino: ¡®lo viejo tiene que desaparecer para dejar paso a lo nuevo¡¯. Claro que la interpretaci¨®n de ¡®viejo¡¯ es muy subjetiva, y en Shangh¨¢i muchos lugares desaparecen pocos a?os despu¨¦s de haber nacido. En el caso de establecimientos comerciales, la esperanza de vida puede resultar todav¨ªa menor.
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Y lo peor de todo es que, en demasiadas ocasiones, los due?os no reciben compensaci¨®n alguna por la inversi¨®n que han realizado. Es el caso del restaurante que han dirigido el chef bilba¨ªno Ion Ala?a y su mujer, la gallega Sara Su¨¢rez Dom¨ªnguez. ¡°Estamos sin contrato, porque el due?o no quer¨ªa renov¨¢rnoslo para que fuese m¨¢s f¨¢cil echarnos llegado el momento, as¨ª que nos vamos sin haber recuperado la inversi¨®n inicial¡±.
El Kuluska dice adi¨®s junto a la media docena de bares y restaurantes que compon¨ªan este curioso patio en el coraz¨®n de Shangh¨¢i. Aunque barajaron la posibilidad de ceder el nombre y el concepto para que volviese a abrir las puertas en alg¨²n otro lugar de la megaurbe, finalmente ser¨¢ un hasta nunca que se lleva de China los sabores del Pa¨ªs Vasco.
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